Como debió empezar todo

760 129 88
                                    

>Capítulo +18<

La combinación de manos tibias buscando explorar su cuerpo con el aroma de sus pieles envolviéndolos en feromónas les hizo muy difícil la tarea de respirar propiamente.

Las copas de más en sus torrentes sanguíneos hacían que sus caricias se volvieran torpes, pero ambos más que nadie se sentían listos para entregarse a los brazos del otro.

Carga emocional es lo que mejor definía el acto desesperado de sus cuerpos por sentir más cerca el tacto entre ellos.

El sudor cubría sus frentes mientras la ropa yacía en el suelo de la habitación.

Lionel se retorcía de placer al tener los labios del guardameta recorriendo su abdomen bajo, esperando autorización del más bajo.

—¡D-Dale, nene! —balbuceó teniendo la piel de gallina al sentir los dedos humedecidos del rizado previamente por su boca jugueteando con su entrada pero sin llevarlos dentro de él todavía—. ¡No me dejés así más tiempo!

—Quiero que disfrutes lo más que puedas esta vez... —mencionó Memo volviendo a masajear su rosada entrada con el dedo corazón de su mano. Un gemido necesitado salió del albiceleste—. Que sepas que soy solo tuyo y de nadie más.

—¿A qué viene e- ¡AHH! —Lionel soltó un chillido complacido, sintiendo los largos dedos de Memo bombear su entrada levemente—. ¡M-Más!

Memo subió hasta encararlo nuevamente, continuando su labor de dilatar a su omega.

—Escuché que has estado sufriendo solo porque no quieres decirme cuánto te está doliendo verme con Karla. —mencionó sin rodeos.

El rostro de Lionel palideció borrando cualquier expresión de placer en él, farfullando lo primero que salió de su boca para justificarse rápidamente:

—No tenés que hacer esto para consolarme, entiendo que-

—No lo tomes así, quiero hacerlo. —murmuró Memo inclinando su pecho hasta tocar el de Lionel y plantar un beso en su labios. Sus mejillas fueron ahuecadas por el albiceleste, profundizando el beso. Pronto las lágrimas comenzaron a salir de Lionel, combinando así el sabor de sus labios—. Fui un idiota, cielo... nunca debí llevar a alguien en mis brazos si no eras tú.

El alfa en él se partía en dos al ver a su omega tan herido por él. Las caricias no eran suficientes para sanar su error y las palabras nunca eran fieles al sentimiento de culpa que presionaba en su pecho.

Finalmente rompieron el beso a falta de aire, dejándole entrever incluso con la poca luz de la noche lo hinchados que estaban los ojos del albiceleste.

—Lo siento, Lio... —susurró Memo limpiando un par de sus lágrimas al pasarlas con su mano disponible y Lionel cedió a su toque con los ojos cerrados—. Todo eso termina hoy.

Memo introdujo un tercer dedo a su entrada, arrebatando un jadeo del albiceleste.

El calor rodeó la habitación nuevamente y después de un vaivén con sus dedos, supo que Lionel estaba listo para recibirlo.

—Voy a hacer las cosas como debieron empezar. —mencionó alineando su miembro con la punta tirando los primeros chorros del pre semen—. Te amo, Lio.

El albiceleste largó un gemido arqueando su espalda al sentir la primera estocada del rizado. Su estómago dio un vuelco y sus ojos volvieron a lagrimear del impacto.

¡Yo también te amo, Guille!

Sus labios se buscaron de nueva cuenta, desesperados por fundirse el uno al otro mientras el choque de sus caderas les daba música a sus oídos.

La mente de ambos era su propio enigma.

Lionel sabía que Memo no iba a parar incluso cuando terminara de llegar al éxtasis, y Lionel tampoco le pediría que lo hiciera. Entonces, la luz volvió a pintar el final del túnel.

Un cachorro.

Una familia.

Su oportunidad de redención.

El fragmento de felicidad que se le fue arrebatado por fin volvía a ser una realidad y no una posibilidad.

Quería llorar, reír y festejar al mismo tiempo.

El placer carnal se convirtió en una promesa de que todo por fin acabó.

Memo derrochaba tranquilidad.

Por primera vez el agua volvía a tocar sus pies y no su cuello. Ese sentir de que puedes ahogarte en cualquier momento se había ido.

Vivir del ahora y no el futuro.

Un momento a su lado vale más que un contrato, más que una apariencia.

¿Y qué si nunca fue suficiente para sus equipos? ¿Y qué si se retira ahora mismo? Nadie sabrá cuán duro fue su trayecto más que él porque ninguno fue capaz de plantarse en esa cancha como él.

Ser feliz es la opción y con Lionel sabía de sobra que la encontraría.

Una familia por su cuenta.

Que Guardado y sus padres convivan con el que nunca le hará daño y jamás se atrevería a chantajearlo. Aquel que no está por interés sino por su propio pie.

Memo aumentó el ritmo en su vaivén para segundos después sentir el nudo en su estómago buscando liberar su semilla.

—E-Estoy por-

—Y-Yo tambié-

—¡LIO!

—¡GUILLE!

Está hecho.

Sus rostros pintaron una inquebrantable sonrisa, conectando sus miradas con aires de esperanza.

—Tremendo pibito que tendrás diciéndote papi. —jadeó Lionel agotado después de que Memo salió de él.

Una risilla floja acompañó su respuesta.

—No pude pedir mejor compañero para aprender a cuidarlo que tú.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
¡YA ESTAMOS POR LLEGAR AL FINAAAAAL! /c emociona en autora

Pueden escuchar eso? Si, si, algo como WAAAAAAR IS OOOOVER cantan los ruiseñores y caen muchos pétalos porque esto está cerrando con broche de oro.

Ay, les juro que moría por llegar a este punto! Yo quería decirles que el final iba a ser feliz, pero me gusta hacerlas sufrir un poco. ¡AHHHH! Ya quiero escribir el siguiente cap

Se viene lágrimas de felicidad, primer aviso.

¡Hasta el próximo cap!

xoxo

@kinda_bussy

La vida después de ti || MECHOAWhere stories live. Discover now