✧ ─ 𝐄𝐍𝐂𝐔𝐁𝐑𝐈𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎

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Al fondo de la enfermería, recostada en una de las camas se encontraba Charlize. Despertando gracias a los rayos del sol que como si tratasen de relampagos lastimaban su vista. Al despertar por completo su primera impresión fue "¿Dónde estoy?"

Su vista se posó en los grandes ventanales. Los molestos rayos de luz se asomaban cegando la vista de la albina.

Recorrió con la mirada el lugar donde estaba. Ahí cayó en cuenta que se encontraba en la enfermería. Las camas, pegadas a la pared, eran apenas unos colchones delgados y blancos donde dos estudiantes, aparte de Charlize, descansaban. Al lado de las camas había un pequeño mueble con objetos perfectamente ordenados.

— Al fin despiertas cariño— aquella voz femenina fue fácil de reconocer. Charlize dirigió su mirada en dirección a la voz de la mujer.

— ¡VinVin!— Charlize quitó aquella sabana que la cubría, con intensiones de bajar de la cama, pero la mujer de ojos verdosos la detuvo.

— Quedate tranquila. Podrías lastimarte.

— Tu más que nadie sabes perfectamente que puedo curarme con un simple movimiento— le hizo recordar la albina a mujer. Nuevamente intentó bajar de la cama, pero la mujer, por segunda vez la detuvo.

— Claro que lo se. Pero también se te arriesgas al igual que anoche—. Charlize miró con sorpresa— Te he cuidado desde que eres una bebé. Acaso creístes que no me daría de cuenta que hiciste magia sin varita? 

— Igual, no tiene nada de malo que lo haga.— soltó la menor como si no le importara.

— Tu sabes a lo que me refiero. Tu padre te lo prohibió. Si hubieras intentado controlar-.....

— ¡Esto es nuevo para mi! ¡no me pidas que la controle cuando ni siquiera se que es lo que siento! ¡toda esta mierd-..— Charlize dejó de hablar o más bien de gritar al escuchar las puertas de la enfermería ser abiertas.

— ¡Yo también soy su amiga!

— ¡Pero yo soy su amiga del alma!

— ¡Déjame! ¡Quita tus manos serpiente!

— ¡Largo de aquí! ¡asquerosa san-... 

Un fuerte carraspeo detuvo la pelea de aquellas dos muchachitas. — Perdón por interrumpir— dijeron ambas al unisono.

— Para nada— habló la mujer ojiverde—. Pero mira nada mas. No me habías dicho que habías hecho amigas, Ginger.— dijo con una sonrisa sincera.

Apenada, Charlize decidió presentar a la mujer. Aun que no fue lo que esperaba — Chicas, ella es-...

— Soy su madre— interrumpió dandole un guiño de complicidada—. Vinda Rosier.

La slytherin tragó en seco y palidecio al escuchar ese nombre. Charlize nunca había contado sobre su madre, siempre hablaba de su padre y muy poco. Claro que sintió curiosidad por saber quien era la madre de la albina, pero no pensó que se llevaria gran sorpresa. Aun sorpredida decidio hablar:— Mi nombre es Pansy Parkinson.

— Vaya! una Parkinson, es un gusto. — decía con una sonrisa. Incluso Charlize se sorprendió. Esa sonrisa muy pocas veces la había visto. Era de esas sonrisas de orgullo.— y ¿tu? ¿quién eres?

— Soy Hermione Granger—. se presentó algo tímida.

— Hermione Granger— repitió Vinda, mirando a la albina, esperando respuestas. — Nunca había escuchado ese apellido...

— Es una sangre su-..

— Nacida de muggles— Charlize miraba con el ceño fruncido a Pansy quien solo rodó los ojos—. Hermione es una nacida de muggles— repitió.

— ¡Oh!— soltó Vinda finguiendo sorpresa.— Bueno, fue un gusto conocerlas chicas. Iré a visitar a Dumbledore.  Hasta luego, cariño. J'attends une réponse à ça, tu pourrais avoir des ennuis (espero una respuesta de esto, podrías meterte en problemas)— dijo para luego dejar un beso en la frente de la albina y desaparecer por las puertas.

Charlize se quedó mirando a ambas chicas, pero apenas vio intensiones de hablar, interrumpio:— Pansy podrías buscar a Madam Pomfrey. Tengo un poco de dolor de cabeza y no quiero discusiones. — Aclaró al ver el intento fallido de Pansy al hablar.

Al ver a la slytherin salir de la enfermeria, Hermione habló:— Yo solo venía a agradecerte por salavarme.

— No tienes por qué agradecerme. El troll que te atacaba lo noqueo Ron, no yo.

— No importa si noqueaste a ese troll o no, igual te agradecere porque estuviste conmigo desde antes.— Dijo con una sonrisa tímida— Bueno, me tengo que ir. Hoy es el primer partido de Harry.

— Veo que hicieron las pases.

— Sí. Bueno, me voy, espero que te recuperes pronto. ¡Hasta luego!— exclamó luego de haberle dado un abrazo a la albina, que incómodamente tuvo que recibirlo.












𝐂𝐇𝐀𝐑𝐋𝐈𝐙𝐄 𝐆𝐑𝐈𝐍𝐃𝐄𝐋𝐖𝐀𝐋𝐃: 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜𝑠 𝑒𝑠𝑝𝑎𝑟𝑐𝑖𝑑𝑜𝑠Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora