✧ ─ 𝐓𝐑𝐀𝐈𝐃𝐎𝐑𝐄𝐒

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La albina podía ver como, ahora, se encontraba a miles de kilometros de distancia de hogwarts. Lo único que se podía apreciar desde aquel gran carruaje en el que viajaba, era el cielo naraja y un par de estrellas que comenzaban a ser vistas.— Entonces no tuviste la oportunidad de despedirte del chico Potter y sus amigos— Charlize rodó los ojos, era la sexta vez que su padre comentaba aquello. Intentaba ignorar lo que su padre decía, miraba por la ventana el hermoso paisaje que se le presentaba. Una luna llena comenzaba a adornar el cielo, que con cada segundo se tornaba más oscuro—. Es una pena que no te hayas despedido de la chica Granger, seguro es muy espe-...

— ¡Podrías dejar de ser tan intenso!— exclamó de mal humor la albina. Gellert se sorprendió al escuchar el tono de voz que había utilizado su hija.— Ellos simplemente me evitaron, no les iba a rogar.

— Entiendo... pero podrías haberlos, ya sabes persua-...

— Ni lo sueñes, no soy como tu— sentenció logrando que Gellert la mirara fijamente con seriedad—. No necesito persuadir a las personas para que sean mis amigos. Si ellos no quieren serlo, yo no soy quien para obligarlos— Gellert había caído en cuenta que había cometido un error. Claro que le dolió lo que su hija le había dicho, pero como se había atrevido a decirle aquello a su hija.

Pronto la presencia de una mujer lo sacó de sus pensamientos. Alzó su mirada, dandose de cuenta que Charlize había salido de la pequeña sala.

— Te advertí que no insistieras— pronunció la francesa. El albino agachó su mirada. El mismo iba a hablar pero Vinda lo interrumpió—. Debes de entender que ella se está conviertiendo en una adolecente, tiene sus propias decisiones. Charlize ya no es la niña que seguía tus ordenes al pie de la letra. Trata de comprender que es dificil para ella dejar a Hogwarts, a sus amistades.

— Aun asi ella-...

— Ella nada. Ponte en sus zapatos. Hace un día dejó Hogwarts y ya le escribió dos cartas a Pansy Parkinson. ¡Dos cartas Gellert! ¿y sabes que no faltó en ninguna de las dos cartas?— el mayor nego escuchando con atención— "¿Has comido bien? ¿Cómo está Harry? ¿Hermione a asistido al comedor? ¿Draco ha molestado a Ronald?"— recitaba lo visto— Se que tu y Merope no quieren que ella sea igual a quien tu sabes, pero mira como está. Solo un día a pasado, ella intenta ordenar sus pensamientos y tu solo has logrado que se ponga de mal humor.

— Tiene que adaptarse.

— Se que lo tiene que hacer, pero no tienes porqué invadir su espacio. Y ni se te ocurra contarle de la niña a Charlize porque te lo repito, ella no la está pasando buen. Asi que espero que no se vuelva a repetir o le escribiré a Merope y le diré a Charlize el por qué enviast-

— ¡Papá!— la voz de una niña se escuchó y no era la de la albina. Una pequeña niña, de piel pálida, ojos azulados, cabello corto y rubio cruzo la puerta desesperada.

La niña corrió a los brazos de Gellert. Éste algo desconcertado tomó en brazos a la niña, pero lo que no esperaba era que Charlize apareciera poco después de la niña.

La albina miraba expectante a su padre y aquella niña. Que la niña fuera rubia y que llamara a su padre como papá, había provocado que Charlize sacara conclusiones. Pero no quería creer.

— Charlize, te lo podemos explicar— habló primero Vinda viendo como la albina negaba. Aquello llamó la atención de la ya mencionada, quien ahora con el ceño levemente fruncido y con lágrimas siendo retenidas en sus ojos pasaba su mirada de Vinda a Gellert y de Gellert a la niña.

— ¿Quién es esa niña? —cuestionó entre dientes— ¡¿por qué te llamó padre?! ¡¿Qué me tienen que explicar?!-— poco a poco su voz comenzó a quebrarse.

— Charlize, cariño, te explicaremos todo pero debes de estar tranquila—. habló Gellert. Curiosamente la pequeña niña al escuchar el nombre de la albina sonrio con timidez, mientras miraba a la ya mencionada—. Ella es Améli verbalizó el albino con un nudo en la gargánta, dejando a la niña en el suelo— Amélie es tu hermanita— confesó dandole una mirada rápida a Vinda. Ahí lo había entendido todo.

Antes de hablar Charlize negaba— Ella no es nada mio.

— Charlize.

— ¡Mientes! ella no es mi hermana ¡No es tu hija! ok? ya apredí la lección, se que no debí hablarte asi papá, pero ya detenganse, ¿está bien? ya aprendí— La albina intentaba convencerse de que no era cierto, pero su esperanza desvaneció al ver el rostro de su padre y de vinda—. No es cierto... dime que no es cierto

— Char

— ¡Cállate sucia traidora! ¡Adultera!

— ¡Charlize! —regañó Gellert— arrepientete ¡arrepientete! pídele perdon ahora ¡ahora!

— ¿Perdón? pedirle perdón a ¿ella?— dijo incrédula— Tanto tú como ella son unos traidores, ¡sucias ratas! ¡mentirosos!

Sin venir verlo, Gellert con enojo se acercó a la albina, levantó su mano y por pocos centimetros su mano no tocó el rostro de Charlize. Un campo invisible cubrió por completo a la menor, logrando asi, aislarse del contacto con Gellert.

Ambos se miraban con rabia, ninguno de los apartaba la vista del otro. De no ser porque es tan solo un parpadeo la menor se desplomó, alertando a los mayores e incluso a su hermanita

 De no ser porque es tan solo un parpadeo la menor se desplomó, alertando a los mayores e incluso a su hermanita

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