Capítul◌ 50.

2K 265 341
                                    

Abrió los ojos, a su alrededor no había nada, y no sabía si era porque estaba miope o porque realmente después de la muerte no había nada.

—¿Me morí para ésto? —soltó la pregunta levantando sus manos para verlas, al menos no parecía ser transparente, era relativamente normal.

Llevó las mismas a su cara para lograr tocar sus lentes, al parecer sus problemas oculares no mejoraban ni en el más allá.

Parpadeó un par de veces y ahora se dedicó a ver su alrededor, todo oscuro, mas que oscuro, no había nada más que él. Así que empezó a caminar después de procurar que no caería si tan solo daba un paso.

Mientras caminaba y sus pasos no resonaban y no parecía ver nada, empezó a caer sobre lo que estaba pasando.

»—A ver, acabo de morir, de hecho Spreen me mató, aunque yo lo acepté —hizo una pausa reflexionando eso, sacudió la cabeza y siguió—. Entonces aparezco en la nada, no siento dolor, no huelo nada, no soy un fantasma, tampoco estoy vivo, camino y camino pero no hay nada...

Paró de caminar viendo atrás, no dejaba ningún rastro, podía hacerlo ya que cabía la posibilidad de estar en un bucle.

Tomó su bandana, que parecía ser material y arrancó un pedazo con la boca, escupiendolo en el camino.

Asintió ante su gran idea y siguió caminando.

»—Vamos a ver... —murmuró dando un chasquido, no soltaba ninguna chispa, lo hizo un par de veces más y se acabó rindiendo—. Mierda, no puedo usar magia.

Cerró sus ojos confuso y al abrirlos pudo encontrar esa parte de la bandana que hace segundos antes tiró.

Se espantó pensando en primera instancia que se quedaría en ese bucle por siempre.

»—P-pero no tiene lógica, seguramente hay un anciano que debe estar viendo mi vida para saber dónde enviarme. Sí, seguro es eso —trató de convencerse para no entrar en pánico, no funcionó ya que pronto su pulso se aceleró y empezó a respirar irregularmente—. Seguro que están viendo dónde meterme, yo lo sé, yo lo sé...

Sonrió sin saber cómo darse ánimos, ¿qué podía hacer estando totalmente solo eternamente?¿y si era verdad que no había ningún anciano viendo su vida?

Se agachó y colocandose de cuclillas abrazó sus piernas escondiendo su rostro en las mismas haciéndose bolita en su lugar.

»—Qué se supone que haga ahora... —susurró simulando un llanto, así quizá se amparen de él.

Se quedó en esa posición "llorando" mientras pedía ayuda y pedía una explicación razonable a todo eso.

En su pánico y arrepentimiento, abrió sus ojos en una corazonada y levantó la vista, todo a su alrededor (partiendo de él mismo), empezó a teñirse de rojo. Eso era nuevo.

»—¿Qué...? —murmuró cansino de sorpresas, todo cambiaba excepto él que se mantenía con aquella ropa con la que murió en el mundo de los vivos.

Se calló cuando al instante escuchó un par de voces en latín, ¿o hebreo? No lo sabía pero eran demasiadas que le podría dar jaqueca en unos minutos.

Entonces el pulso que al parecer seguía quedando en él, empezó a resonar a su alrededor y poco a poco se fué apagando.

Su vista empezó a nublarse cada vez más, pero a través de esos nublados ojos pudo ver cómo su piel empezaba a estar cada vez más y más pálida hasta el punto de quedar incoloro, totalmente blanco son algunos cortes en gris, así también, sus dedos se alargaron volviéndose delgados y las puntas empezaron a ponerse verdes, aunque no cambiaron mucho ya que antes también lo era.

El circo ┊ 𝗰!spruan.Where stories live. Discover now