𝑯𝑨𝑵𝑨𝑯𝑨𝑲𝑰 ─ 𝑷𝑼𝑺𝑺𝑫𝑬𝑨𝑻𝑯

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HANAHAKI

Las almas sin memorias y encariñadas con el consuelo que Death puede ofrecerle con su canto, su dulce silbato que los vivos verían como algo negativo y digno de temer, para ellas no era más que el dulce nectar de un sentimiento de anheló, comprensión y consuelo.

Él cantaba sin mucho ánimo y aún con hiervas de Hanahaki naranjo atravesando su cuerpo, sin embargo, para ellas seguía siendo tan precioso y bello, le admiraban por soportar el dolor del amor, tener el trabajo de guiar almas y además, ser consuelo de todos, ellas no estaban de acuerdo en lo que hacía desde que la enfermedad empezó e incluso había roto una de las reglas más grandes de la existencia.

No interferir en las líneas de vida, él debía ser justo y llegar en el momento precisó, no antes ni después, talvez podrían haber excepciones si llegaba minutos luego del fallecimiento, ¿Pero antes? ¡Era una total desgracia y ellas lo sabían! Más no podían hacer mucho para detenerlo, talvez ayudarlo y así calmar su ira, su tristeza o la emoción mortal por la que pase en el momento, pues solo él puede verlas, escucharlas y darle paz, puede hacer eso, mientras ellas no vayan a su descanso eterno por cuenta propia pues él las guiaba, más era decisión de ellas si vagar o hacerle caso y hallar la paz, cosa que el no tenía y ellas querían darle.

Death quería a la gata fuera de su camino y aún que saben que eso va a encontra de las reglas, no dudaron y le hicieron el favor de arrastrarla esa noche al Inframundo y a las sombras juntos con él. Muerte les agradeció la azaña que había pedido en un momento de demencia ofreciéndoles consuelo y calma con su canto.

Ellas durmiendo y hallaron calma en la melodía de Death, agradecían eso, así no tendría que ver ni saber lo que ocurriría despues.

Gata aún dormía, pues las almas fueron cuidadosas que no empeorar las cosas, Death hizo el resto y como suponía, la felina aún tenía muchas vidas de sobra.

Vida que robó una a una, con gusto o disgusto, con momentos en los que se detenía a pensar en si estaba mal hacer eso, más le irritaba como aquella hembra se quejaba, le insultaba y mandaba a la mierda mientras era torturada por las hoces.

— ¿Podrías callarte? .- Death señalo a las afueras de la cabaña improvisada que había hecho bajo un árbol negro, ahí estaban las almas descansando, ellas ya sabían que estaba haciendo el Lobo y que estaba mal, más por el apreció y embrujó del silbato de la muerte se harían las bobas y preferían dormir.— Las vas a despertar y si eso pasa querrán poseerte, ¿Te gustaría que alguien más poseyera tu cuerpo?

Kitty lloraba mientras el filo de la hoz se clavaba lento y tortuosamente profundo en su estómago.— Pudrete.– Escupió al rostro de la muerte la cual con notable fastidio se limpio y con la segunda hoz privó a la gata de una de sus patas.

— Oh vaya, ahora eres Kitty, pero no SoftPaws.– Ella chilló, el grito era agudo y ensordecedor, Lobo camino a la puerta y la cerro, no sin antes fijarse en las almas puras que se removían.— Ya, deja el drama.

La sangre se atoraba en su garganta, vio a Death escupir una flor y ahí lo supo, entendió más el porque y como de su situación, ya llevaba mucho rato ahí, como no lo había notado antes.

— Gato nunca va a amarte.

Un dolor oprimido en su pecho y escupió más flores.

« Nunca lo hará, ¡Jamás! – Siguió afirmando y gritándole mientras perdía nuevamente la conciencia y la sangré, estaba muriendo.

— Cuando tú no estés, lo hará. – Trato de darse un consuelo, más sabe que talvez, solo talvez lo que ella diga tiene posibilidad.— Ya estás en tu última vida gata, ¿Algo que decir?

— Eres una manzana enferma, si no te alejas, vas a enfermas al manzano.

Lobo jugo con una hoz en su pata haciéndola oscilar y volar, cayendo nuevamente en su pata, se acercó peligrosamente. Kitty lo sabía, hasta aquí llegaría, no habrá tumba ni despedida para ella, todos sus sueños ahora se van, se pierden y su vida tan hermosa pasa frente a sus ojos, el silbato del lobo agita en sus oídos, morirá por culpa de un enfermo que se dejó dominar por el hanahaki más no teme por ella, si no por Perrito y por Gato, ambos quedarán a la deriva a la ruina y más con la Muerte detrás de ellos.

— Buena analogía, lo que sea que haya sido, pero yo prefiero el término Naranjo. – La hoz voló, era como jugar al tiro al blanco y Kitty era el blanco que Death no falló, ya no respiraba, su mirada azulada dejo de brillar y su cráneo el punto de quiero para la hoz.— Que asco.

Lobo limpió sus hoces, salió de la cabaña y alguna almas le miraban, curiosas por saber, por ver qué hacer, recibieron una orden simple, arrastrar la alma de Kitty una vez haya abandonado su cuerpo, dejarla por ahí y a la deriva de algún paraíso vacío, tampoco sería tan malo.

Las puras miraron dentro de la cabaña, no podían reconocer mucho, pero sabían que era malo, que debían detener al Lobo, más no pudieron, obedecieron y escondieron toda evidencia, después de todo, ningún Dios o ente parecido a Death podía saber las desgracias del amor de un Hanahaki.

Death volvió a sentarse sobre la rama de un árbol y se relajo, quiso descansar igual que el resto de almas, más no pudo y solo pensó, pensó y pensó hasta que cayó en lo que había hecho, todo estaba mal, tan mal.

Muerte, eres demasiado terca para existir.

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©MoffinDie