𝑯𝑨𝑵𝑨𝑯𝑨𝑲𝑰 ─ 𝑷𝑼𝑺𝑺𝑫𝑬𝑨𝑻𝑯

⁹

( Nótese el drama del mis notas finales )
-Sin corregir-

——————

Jodido idiota, pendejo, infeliz, rata gigante, sin cerebro, Gato insulso, ¡Ni sabe captar indirectas! Enserio se está esforzando, está tratando de todas las formas posibles llamar su atención, ¿Debería arrastrar al infierno a algún otro ser? No, no debería, no tiene Porque.

— Respire, por favor.- Una pura se acerco a él y acarició sus orejas.— Se ha mantenido bien, siga así y no se deje vencer.

— Sí mi señor, el veneno no es nada para usted.- Ánimo otra flotando a su alrededor.

— ¡Ah! Vayan y busquen un paraíso o su propio infierno, es más reencarnen y tengan una vida para que dejen la mía.— Grito ahuyentando a todas y cada una de ellas, eran lo único que él tenía y conocían de su padecimiento, le tenían paciencia y lo tenían en calma, pero simplemente no las soportaba de vez en cuando.

— Mh, ¿Tan siquiera tiene vida?.- Por más lejos que estuviera, por más bajo que hablara, la muerte siempre escuchaba a las almas bajo su dominio, ¿Que si tiene vida? ¡Claro que la tienes, sino como estaría allí! No, es un ser sin alma, sin alma para poder caminar eternamente como un cascarón vacío y solo cumplir su cometido.

Suspiro, no podía estar totalmente vacío, tiene flores, hermosas y venenosas en su interior que deja una vez más cerca de una ventana de alguna posada donde se queda aquel felino rebelde. Le observariía desde la sombra de alguna esquina de la habitación, notaría como su mirada brilla al ver un nuevo regalo, una flor diferentes a las de siempre; pequeña y frágil, con pétalos rosas y por alguna razón con un brillo distinto al resto.

Gato decidió llevarla en su sombrero hoy, siempre se marchitan rápido de todos modos, también miro a su alrededor intentando disimular, sabía que estaba allí, no podía verlo pero si sentir suY maquiavélica presencia y aún que Lobo tuviera buenas intenciones su escencia de lo malo es imposible de borrarla, no cuando sus pelaje se eriza al tenerlo cerca.

No sabía que era lo que quería, ni lo que hacía, pero dejar flores y regalos por su camino talvez sea la bienvenida de segundo intento de asesinato que Death le daba a sus víctimas. Sí es así, mil veces hubiera preferido está bienvenida que la que recibió durante los acontecimientos de la estrella de los deseos, de solo recordar ya le entraba el pánico.

Cómo de costumbre salto desde la ventana y caía pulcra y elegantemente fuera de la posada, otravez tenía la misma información de la última vez; Había un perro, pequeño y gruñón en alguna parte de la montaña, y él iría a por el cachorro, luego por Kitty, quien sabe.

Camino hasta salir del pueblo, cruzo sus puentes sin miedo a caerse, igual ya sabía que alguien lo seguía y quería tantas, sí, tentar a la propia muerte con su muerte.

Parece irracional, pero funcionaba.

La muerte iba detrás de él con el corazón en la garganta y el pánico en sus patas, ¿Cómo es posible? ¿Hay que recordarle que solo tiene una vida otravez o que? Estaba empezando a enojar con él, jugar de esta manera era peor qué fingir ser un suicida, diviso un destello blanco cruzar a su lado, luego otro detrás del felino. Oh estúpida pura, que no se te ocurra hacer lo que creo que harás.

— Lo empujo, no lo empujo... Lo empujo, no lo empujo.— A pesar de estar tan cerca Gato no podía oírla y mucho menos podía ver la cara de tragedia del pobre Lobo que se escondía tras la sombra de los árboles. Ya había pasado el puente, pero la corriente del río veloz seguía estando a su izquierda y de vez en cuando se acercaba a mirarlo o a tomar agua, como ahora.