Día 2: Fortune & Failure

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Marinette tiene Tinder. Y Félix también. Y el destino es cruel y retorcido, especialmente cuando por error, deslizas hacia la derecha la pantalla de la aplicación y.. él también.. y ella también. Y ambos hacen... Match!

Advertencias:

- May 18 -

- Sexo explícito -

- Angst -

- Primera persona -

- Clasificación M de Fanfiction -

- Clasificación M de Fanfiction -

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***FORTUNE***

Su rostro se me hace conocido.

Es rubio, y tiene el color de los ojos de Adrien. Aunque un poco más oscuros. O profundos. Y su cabello no es tan dorado. Es más del color de la miel. Supongo que será por la estación del año. Otoño. Casi invierno. Bueno, es noviembre. En noviembre, los rubios se vuelven castaños. O al menos, no son tan rubios.

Suspiro, mientras me pregunto qué diablos estoy haciendo.

Fue un error.

Es un error.

Deslicé la pantalla hacia la derecha, porque el teléfono se iba a caer de mis manos y apreté la pantalla accidentalmente, y así, sin darme cuenta, ya había hecho match con un hombre rubio, aparentemente inteligente, y muy similar en lo físico a mi ex novio traidor - Adrien Agreste, el infiel. -

Alya me obligó a venir.

Yo me negué, alegando que todavía no estaba lista.

Pero ella insistió.

- Un clavo saca a otro clavo. - me dijo mi amiga, aquella mañana. - Él me parece un buen clavo. -

Sí.

Podría ser un clavo de oro o titanio.

O eso creo. Es alto y ancho de hombros. Con el cabello rubio muy corto a los lados, y un buen matojo de pelo algo largo peinado hacia un lado. Es un corte a la moda. Le sienta fenomenal. Y tiene una nariz perfecta. Está pulcramente afeitado. Viste con pantalón y camisa, muy similar a un traje de ejecutivo. Reconozco que sus zapatos son italianos y caros y que su reloj de pulsera es de alta gama. No lleva corbata, y tiene abierto los primeros botones de su fina camisa, tiene los dedos largos y gruesos, y las uñas están recortadas y limpias. Huele bien. Lo sé porque nos saludamos con un beso en cada mejilla. Por supuesto que me sonrojé, porque la verdad hace mucho no me besaba con un hombre desconocido.

Y estamos sentados en una cafetería de moda, en la que el café es vegano y las galletitas no tienen gluten.

La mesita es estrecha y pequeña. Circular. Apenas si entran nuestras dos tazas de café. Por debajo del tablero, él tiene las piernas recogidas, dándome mi espacio. Yo, sin embargo, las tengo un poco estiradas. Intentamos no rozarnos. Tal vez intentamos respetar el contacto físico, al menos por ahora.

MATCH!- Felinette. AU.Where stories live. Discover now