A la Cuarta División le falta un Teniente, un Vice-Capitán que sea digno de llevar tal título, pero Kazutora ni siquiera se molesta en buscar uno y nadie objeta nada. Sin embargo, un día Mikey se harta y le reclama que busque uno, teniendo a sus dos...
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"What a Hipocrite~"
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Cuando salió de aquella casa, Kairi recordaba que eran más o menos las once de la noche. También recordó que era el momento perfecto para salir a despejarse de su entorno, el cuál le estaba resultando agobiante y hasta imposible de soportar. Correr de noche nunca le hacía mal, ni siquiera en el aspecto físico –como pescar resfriados o anginas–. Una de las cosas que Kairi creía que eran positivas era su inmunidad a las enfermedades comunes, por lo que podía andar de noche sin abrigo o estar bajo la lluvia sin temor a que el frío le hiciera pescar una enfermedad de mierda que le hiciera sentir para el culo unos días.
—¡No te lances, imbécil!.
Volviendo al presente, Kairi se encontraba parado en el barandal del puente e inclinado hacía adelante, siendo insultado en gritos por un tipo desconocido a su lado izquierdo. El de iris negros se giró a la voz que le gritaba con terror, y descubrió que era apenas un adolescente que lo que destacaba de él era su cabello largo oscuro y su vestimenta.
—Sé que la vida puede ser una mierda a veces —murmuró aquel joven—, ¡pero no por eso debes hacer esto!
—¿Mh? —Kairi dejó de estar inclinado hacía adelante y miró con una ceja alzada al chico—. ¿Hacer qué?
—Quitarte la vida —respondió el otro, aunque sintiéndose medio confundido por la reacción contraria—. No sé tú, pero yo creo que lo más cobarde es huir de tus problemas por medio del suicidio.
—¿Suicidio? —preguntó Kairi con extrañeza—. ¿Quien va a suicidarse?
A Baji le estaba por dar un tic en el ojo de lo estúpido que estaba actuando el suicida.
—¡Pues tú, idiota! —le gritó igualmente el de cabello largo.
—¿Eh? —Kairi se señaló y luego recordó en el lugar en el que estaba parado, y comenzó a reírse de su estupidez —. Oh, ya entendí, ¡jaja! ¿Crees que voy a suicidarme, solo por estar parado aquí?
—Hasta alguien sin cerebro creería eso —le respondió Baji alzando una ceja.
—Mh, tienes razón — asintió el de iris negros —. Pero te equivocaste en algo: yo no soy un suicida.
