A la Cuarta División le falta un Teniente, un Vice-Capitán que sea digno de llevar tal título, pero Kazutora ni siquiera se molesta en buscar uno y nadie objeta nada. Sin embargo, un día Mikey se harta y le reclama que busque uno, teniendo a sus dos...
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"A picture of me for you..."
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Cuando tienes a un ser extraño frente a tí, lo que menos harías es encerrarte junto a él en un baño, ya sea o por miedo o porque quieres enseñárselo a tu amigo por haberlo encontrado en su casa. Baji no era su amigo, pero Kairi sí estaba en su casa compartiendo el lugar como si ambos llevaran una amistad de una duración prolongada y con una confianza que llegaría hasta las nubes como para tener una discusión infantil...
—Kairi, abre la puerta.
—¡No!
Y por supuesto, Kairi era inmaduro, y eso le estaba sacando de quicio a Baji.
—Hey —dijo Baji en voz alta para que el otro escuchara—. Kairi, se me acaba la paciencia... ¡Abre la puta puerta!
—¡No!
—Tch —expresó Baji con algo de molestia, pero igualmente suspiró, tratando de calmarse—. Al menos dime qué hacías con mi teléfono en el baño —dijo con calma, y sin embargo agregó:—, y no me salgas con idioteces raras.
—E-eh... —tartamudeó Kairi, apoyando su espalda a la puerta y buscando una excusa para poder salvarse de una reprimenda por contestar llamadas ajenas como todo un chismoso—. Uf, está bien... —murmuró—. Me atrapaste, Baji; yo estaba... s-sacándome unas fotos.
No Kairi. Esa definitivamente no es una buena excusa. Es una idiotez rara.
—¿Ah? —musitó Baji confuso—. ¿Una foto para qué? ¿Y por qué con mi teléfono?
—Este...
Bien podría decir que le gustó el fondo del baño y el modelo del teléfono con una cámara de muy buena calidad. Podría decir que quería una buena foto que publicar en Facebook y así conseguir más solicitudes de amistad...
—Para que tú la tuvieras.
Pero es de Nakamura Kairi de quién hablamos.
Para pensar rápido Kairi es un as, pero solo tenía dos excepciones: su papá y su hermano. A ellos dos nunca podría mentirles, y lo mismo estaba pasando con Baji, lo cuál le resultaba algo... inusual, ya que el pandillero es un chico que apenas conoció hace unas horas antes, en la noche anterior para ser más precisos.
—Esto debe ser una broma... —susurró Baji mientras pasaba sus manos por el rostro—. ¿Y por qué querría tener una foto tuya en mi teléfono? ¿Para no olvidarte o qué mierda?
—Precisamente —le respondió Kairi.
—Tch, ni siquiera eres mi tipo —comentó Baji mientras se rascaba la nuca para no perder la paciencia.
—¡Kya! —Kairi gritó adolorido—. Es como una daga en mi corazón... ¡Justo en el centro y muy en el fondo!
Toc, toc, toc.
Baji miró hacía la entrada del departamento al escuchar los golpes. Kairi también los escuchó y al hacerlo se quedó congelado en su lugar; sin embargo, cuando sintió unas pisadas alejándose del baño, salió estrenduosamente.
—¡N-no abras la puerta! —le gritó el de iris grises con miedo de que la visita sea la persona que por poco lo traumó por la llamada de antes.
—¿Por qué? —preguntó Baji, mirando de reojo a Kairi acercándose por detrás.
—¡P-puede ser un asesino! —se excusó.
—Qué paranoico.
Toc, toc, toc, toc.
—Baji —Kairi se paró a su lado y tiró de la camiseta de Baji, en un intento para que le prestara atención a él y no a la visita-, por favor, no abras...
¿Acaso Kairi acaba de decir "por favor" con ojitos de cachorrito abandonado? Pues sí, sí lo hizo, y causó que Baji llegara a dudar de ir a abrir la puerta.
«¿El idiota también podía ser así de tierno?»
Se escucharon unas voces provenientes del otro lado de la puerta, unas que discutían entre ellas, pero que dos de las mismas se pusieron en sincronía mientras gritaban:
—¡Uno! ¡Dos! ¡Tres!
Baji sonrió de lado al reconocerlas. Se acercó a la puerta y la abrió de par en par, y Kairi simplemente corrió a esconderse atrás de Baji. Por consecuente, se escucharon dos cuerpos caer de cara al suelo.
—Te dije que tirar la puerta no era buena idea, Mikey...
—¡P-pero Ken-chin!
—¡¿Por qué siempre tengo que ser el que sale con un golpe en la puta cara, eh?!
—Porque eres un idiota, Pah, y Mikey te controla por serlo.
Kairi se asomó por el brazo de Baji y divisó a un rubio bajito y a un tipo grandote levantándose del suelo. Luego, entraron dos más, uno exageradamente alto con tatuaje en la sien y otro con apariencia más decente y tranquila.
—¿Huh? —expresó Kairi confundido.
—Ahora solo quiero saber... —murmuró Baji mientras cerraba la puerta y se cruzaba de brazos ante los cuatro invitados—... ¿Por qué carajos querían tirar la puerta de mi departamento?
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