2

5.2K 563 38
                                    

Durante todo Enero fue completamente normal ver a Draco Malfoy en una túnica de Gryffindor y a Harry Potter con solo un suéter y la bendición de Hermione (un hechizo de calefacción).

Cada día era casi igual, Draco se quejaba del frío en voz alta (casualmente en todas las clases en que comparten con Gryffindor) y Harry le entregaba su tunica.

La rutina le encantaba a Harry, ¡el niño lindo quería su tunica! Cada vez que se la regresaba terminaba oliendo tan dulce como Draco, provocando que se quedara horas en su habitación, abrazando la prenda hasta quedarse dormido. Varias veces Ron se burló de él, diciendo que eso era demasiado raro, pero Harry tiene derecho a ser raro, no sabe que son esos sentimientos nuevos y no es como si pudiera preguntarle a sus tíos que es lo que son.

Está lidiando con ellos de la mejor manera que puede. Haciendo lo que el precioso rubio quiere.

.

"Tengo frioooo" se queja por décima vez en el día mientras camina hacía la clase que comparten con los Gryffindors.

"Tienes frío porque te gusta sufrir, y porque quieres que el mestizo te de su tunica" Pansy le contesta.

"Es que sus ojos son tan lindos, y su cabello se ve tan suave... Además de su sonri—"

"Si, si amas al mestizo, lo sabemos" Blaise se ríe bajo, le encanta molestar a su amigo.

"Es por esto que nunca les cuento nada" bufa el rubio antes de apretar el paso, sus piernas están muy frías, quiere abrazar sus brazos y quedarse quieto, pero de tro de poco ya podrá estar caliente con la túnica de Harry.

Entra al salón y está vez en lugar de quejarse la tela le es presentada de inmediato por un niño de ojos verdes completamente rojo. Draco sonríe.

Ese niño es tan lindo.

Adora a Harry Potter.

.

Cuando la temporada de frío pasa, Draco entra en crisis, ya no puede pedir el suéter de su crush, ¡sus interacciones desaparecerán! O al menos eso creyó hasta que sus amigos empezaron a darle ideas.

Es la primera clase de pociones de la semana, a él y a sus amigos les cuesta mucho trabajo no ir de inmediato hacia el salón, los Gryffindor siempre llegan casi tarde, así que se tienen que entretener fuera del salón.

Es en medio de una discusión sobre si un partido de Quidditch es más interesante que un duelo de magos que llega el niño lindo.

Sus amigos retienen a Weasley y a la chica de cabello loco en lo que él toma su brazo, caminando a una mesa.

Harry jadea al verlo, sus mejillas tomando color, le hace sonreír de lo tierno que se ve, le regresan la sonrisa en lo que se pone aún más rojo.

"Buenos días, ojos lindos" finge no saber su nombre, claro que es imposible no saberlo, pero técnicamente nunca se presentaron.

"B—buenos días, Draco" el rubio se ríe bajito, él sabe su nombre y no le importa demostrarlo.

"¿Quieres estar conmigo el día de hoy?"

"¿Contigo?"

"Si, cómo compañeros de pociones"

"¡Me encantaría!" A Draco le gusta mucho ese entusiasmo, continúa caminando de su brazo hasta su lugar.

La clase pasa como normalmente lo hace, con el rubio dandole instrucciones a su compañero, haciendo las partes que más parece complicarsele a Harry, con pequeños comentarios que le saca una risa al otro o con momentos fugaces dónde sus manos se tocan y eso provoca sensaciones maravillosas que llegan a marear a Harry.

Su poción fue de las mejores realizadas, aunque a Snape no le agradó para nada tener que felicitar a Harry.

"¿Te gustaría ser mi pareja?"

"¡¿Qué?!" Harry le responde dejando caer sin querer un pergamino, Draco vuelve a reír por su torpeza en lo que se agacha a recogerlo.

"Si, si quieres ser mi compañero de pociones por el resto del año" le explica con una sonrisa mientras le entrega su pergamino.

"Amh. Si, claro"

"Genial" toma sus cosas, dirigiéndose a la puerta "Nos vemos, niño guapo"

Está a punto de salir cuando Harry le grita que su nombre es Harry Potter.

"Lo sé"

.

Harry acaba de tener uno de los mejores días de su vida.

Draco le hablo, trabajó con él, le tomo de las manos... Se siente en las nubes, mareado incluso, hoy es un grandioso día.

O lo era.

"¡Tenemos que ir antes que Snape!" Se queja Hermione cuando ve que ninguno de sus amigos tiene realmente su atención en ella.

"Vamos a hacerlo más tarde, tenemos el resto del año..."

"No creo que tarde en ir Harry, será dentro de poco"

"No, no, va a tardar"

"Amigo, hasta yo sé que dices eso porque quiere pasar más tiempo con el insoportable de Malfoy"

"¡Hey! No es insoportable"

"Harry, tenemos que hacerlo pronto"

"Si Hermione, ya escuché, podemos siquiera dejar que pasó un poco más de tiempo, dos meses tal vez" la castaña gira sus ojos exasperada.

"No entiendo ni siquiera que es lo que le ves"

¿Qué es lo que le ve? Todo. Esos ojos grises que parecen brillar con cualquier luz, el cabello tan rubio, casi blanco que está casi seguro que dejarlo sin gel se vería aún mejor, la piel tan suave que no oculta, su manera de hablar tan elegante, su risa tan dulce, sus pestañas largas y... Dios, que le está pasando.

"Es lindo"

"¿Te gusta?" la castaña le pregunta.

¿Le gusta? Le agrada, si.

"Claro que sí"

"No Harry, si te gusta, de gustar" Ron le intenta explicar.

"¿Qué?"

"De manera romántica Harry"

"Oh" Cómo siquiera se puede dar cuenta si le gusta.

"Pues, si quieres pasar tiempo con él, tomar su mano, protegerlo, besarlo... Creo" ni siquiera se dió cuenta que hizo la pregunta en voz alta.

"Ew, que asco besar" Ron hace una mueca de asco que hace que Harry ría.

"Creo que sí, si. Me gusta Draco"

"Oh por Merlín"

"¡Ron!"

Hermione empieza a regañar a su amigo mientras él solo puede pensar en esos ojos grises que quiere que siempre lo vean.

El chico de la falda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora