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Draco inocentemente pensó que en cuánto entrara al equipo Harry iba a dejar de querer tener esos pequeños vuelos de práctica, no, no pararon, solo se volvieron más largos e intensos, no es que le moleste. Probar sus habilidades en el deporte siempre le gustó, además de que necesita acostumbrarse a la sensación de la madre contra sus muslos para el siguiente juego.

Pero, ahora lo que le preocupa no es el Quidditch, sino la siguiente clase de defensa.

Un boggart.

Las criaturas se suponen que muestran tu peor miedo, van a revisarlas en dos días, en su siguiente clase, está bien, hacer el ridículo frente a Ravenclaw y Slytherin no pasa nada, solo que a su grandioso profesor vagabundo se le ocurrió juntar las dos clases de tercero ese día, serán 4 tortuosas horas con Gryffindors y Hufflepuffs, asqueroso.

Así que ahora se encuentra estudiando, pensando en que será su miedo.

Tal vez sea algo irracional, pero entonces cómo se presentará su boggart, ¿como nada? El miedo a estar solo es normal, o tal vez como si mismo en un ataúd, la muerte también da miedo.

No sabe, eso le da ansiedad, y eso lo estresa.

Suspira tomando su escoba, tiene que ir a con Harry a entrenar.

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Harry está preocupado, mucho.

Tiene muchas preocupaciones, una de las peores son sus pensamientos impulsivos, cada le aterran más, todos y cada uno de ellos tiene que ver con querer tomar a Draco, agárralo de la cintura, besarlo, besar su cuello, sus mejillas, cada parte en la que el rubio lo deje. Le preocupan esos sentimientos porque no sabe si están bien, si tiene permiso de hacer real esas fantasías.

Aunque otra de sus preocupaciones es la clase de defensa de mañana.

No esta preocupado por lo que sea que vaya a ver en la clase, sino por Draco. Esa chispa que hace al rubio destacar se ha estado apagando poco a poco a lo largo de la semana, si esto sigue así, mañana se extinguirá por completo.

Pero no puede hacer mucho si su "novio", (Ron ha empezado a referirse a Draco así, no son novios, o tal vez si, no se han vuelto a besar, pero si entran juntos, se agarran de las manos, es confuso) no quiere hablar de ello, cada que el Gryffindor pregunta que está mal el Slytherin solo niega y vuelve a montar su escoba.

No sirve que la cantidad de piel que puede ver lo distraiga de su cometido de distraer a Draco.

Un par de estudiantes mayores pasan a su lado jugando, emoujandose mutuamente antes de que uno bese al otro, dándole una idea de que hacer con su propio rubio.

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Su humor va decayendo conforme el día avanza, falta un día y sigue sin saber cuál es su miedo.

Es peligroso en realidad, exponerse de esa forma, si sabes que es mínimo puedes estar preparado para enfrentarlo, respirar lentamente y atacar, pero así, completamente a ciegas, es una muerte social segura.

Harry intenta hablarle durante el día pero con su humor no puede hacer más que gruñir y decirle que se ve bien con esa túnica, pero que por favor no le hable hasta mañana, después de la clase de defensa.

El chico, de manera inusual solo sonríe y asiente, le da un beso en la mejilla que lo descoloca por completo, haciéndolo reír, Harry corre lejos, pero Draco lo persigue.

"¡Relájate un poco! Nada malo va a pasar, ¡estarás conmigo!"

Draco lo sigue de cerca cuando su pie se tropieza con una parte del piso que sobresale, está a punto de caer cuando una mano en su muñeca lo jala, le duele un poco pero no se queja.

"¿Estás bien?" Le pregunta Harry sosteniendo su brazo, recargandolo en su pecho, el ritmo cardíaco de Draco aumenta.

"Si, estoy bien, gracias"

"Todo sea por mi prometido"

Draco se ríe, le encanta como suena eso.

"Las traes" vuelve a besar su mejilla y otra vez corre por los pasillos, con un rubio correteandolo.

Así consigue distraerse todo un día más de su problema.

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El día llegó y su nudo solo se volvió peor en cuanto hizo click lo que realmente iba a ver.

Caminar hacia el salón se sentía como caminar hacia su muerte, intentaba pensar en Harry y en el como todo el día de ayer no dejo que pensará en cualquier otra cosa que no fueran unos brillantes ojos verdes.

Pero era imposible, su ansiedad solo iba aumentando conforme niño a niño pasaban al frente.

Algunos miedos fueron muy graciosas, como ver a Sev con un vestido rosa y maquillado, otras curiosas como ver una pato con patines pero cuando fue su turno, cuando lo llamaron al frente...

La puerta se abre lentamente, tan despacio que le sorprende, ¿Así lo vieron los demás? O para él es especialmente cruel este boggart.

Suenan los tacones de unos zapatos contra el piso de mármol, hacen un eco poderoso y aterrador en el salón.

La imagen se esclarece y ese cabello completamente rubio le deslumbra, es él, pero sabe que no es él, se ve mucho mayor, una copia a carbón de su padre, siempre dicen eso, al menos hasta que ven la falda que lleva puesta.

Se ve tan vacío, tan falto de emociones, levanta su varita con lentitud y elegancia, le recuerda a su madre.

"Cruci—"

"¡Ridikulous!"

Estaba más que claro lo que su versión mayor iba a decir, así que lo corta antes que pueda, la imagen se altera, el blanco se derrite tomando la forma de un muñeco de nieve.

Blaise ríe a su derecha, golpeando su brazo mientras Pansy lo abraza con fuerza.

Sonríe y voltea a ver a Harry, quien le devuelve la sonrisa mientras sus labios se mueven en un "te lo dije"

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Tal vez, solo tal vez, debió haberse preocupado por lo que iba a ver.

Iban en orden alfabético, así que no estaba tan preocupado, podría ayudar a Draco si algo malo pasaba y después solo tendría que hacer el hechizo.

No contaba que una de esas criaturas del demonio se apareciera enfrente suya intentando succionar su alma.

Esos gritos y esas súplicas nuevamente empezaron a resonar con su alma.

El salón entero estalló en gritos antes de que el profesor Remus se colocara enfrente suya para salvarlo.

Es justo ahí, que algo hace click en Harry, su madre dió su vida por la de él, para que pudiera vivir como mejor quisiera, entonces debe de perder el miedo.

Iba a hablar, a agradecer primero que nada cuando fue tacleado al piso por un pequeño cuerpo, normalmente un abrazo así no lo derribaría pero...

"¿Estás bien? ¿No te pasó nada?" Draco le revisaba el cuerpo pasando sus manos por encima de su ropa, mientras la clase era cancelada "¿Porqué no respondes? ¿Te pegaste muy duro? Perdón, no quise, solo me—"

Su voz fue cortada por un pequeño beso en sus labios.

"Estoy bien" Si, tenía que perder el miedo, dejar de temerle a las consecuencias de besar a Draco, no es como que vaya a ser rechazado.

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Era semana de exámenes y luego me enfermé :(

El chico de la falda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora