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Draco sintió a su corazón brincar de preocupación, tomando la mano de Pansy con mucha fuerza, ¿No se va a morir verdad? Tiene que graduarse a su lado, decirle que lo ama en el altar, en su boda, Merlín, quiere llorar.

Pero no pasó nada, está bien, volando por encima de muchos árboles, luciendo completamente peligroso y mortal, pero está bien.

Suspira sintiendo su estrés dejarlo, un poco de envidia y alegría reemplazandolo.

Hagrid les indica que seleccionen a un hipogrifo y que empiecen a trabajar en su saludo.

Su grupo se cierra al rededor de ¿Buckbead? No recuerda, no puso atención, son como serpientes, decidiendo si quieren atacar o no, da un paso atrás, su sensatez le dice que se aleje.

Ve a Blaise hacer el proceso, solo para ser empujado por Pansy cuando la bestia no se inclina.

"No me digas, tu también prefieres a Potter" bufa "Es como si todo lo que sea rubio ama a Potter"

Draco le da un codazo, provocando que Blaise lo empuje para enfrente, casi se cae pero logra equilibrarse, lastima que ese fue el momento exacto en el que el ave decidió que no le agradaba Pansy, atacando a su más cercana víctima.

Draco.

El dolor recorre su brazo, su piel se rompe y siente la sangre salir, puede ver su hueso está casi seguro, el piso está caliente, teme por su falda blanca, no quiere que se tiña de sangre, grita, siente que va a morir, sus sentidos se nublan.

Todo se vuelve negro.

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El tiempo se para, deja de respirar, odia los gritos de dolor de su rubio, no deberían de existir, Draco solo debe reír y hacer sus comentarios sarcásticos.

Su cuerpo se mueve más rápido de lo que su mente lo registra y ya lo tienen en brazos, se siente abrumadoramente ligero, eso solo lo preocupa más, la sensación helada a su alrededor solo empeora con cada segundo que Draco mantiene sus ojos cerrados.

Su cuerpo se está moviendo, sus pies respondiendo al grito de Hermione sobre la enfermería, pero su mente solo está concentrada en el rubio, un constante Draco despierta, Draco despierta, por favor, Draco, despierta, por favor.

El Slytherin es retirado de sus brazos por Hagrid, pasa 3 segundos en silencio y quieto antes de que su mente reaccione, intentando llegar de nuevo a su rubio, Ron lo detiene, le dice que espere, que se tranquilice, que todo estará bien.

Un sonido triste sale de su garganta.

"Estará bien, compañero. Ya verás cómo Pomfrey lo deja cómo nuevo"

En cuanto sus clases terminan, corre a la enfermería, quiere ver a Draco, su rostro tranquilo y ver si su herida está bien, lo quiere ver tanto que ni al final del horario de visitas lograron sacarlo.

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Su brazo le duele horrores, lo mueve tan solo un poco hacia algún lado y siente como si se volviera a abrir, sabe que eso no va a pasar, después de todo ya están cerradas las heridas, ni una marca, su piel sigue igual de blanca que siempre.

Tiene hambre, pero su mano derecha todavía es torpe para agarrar las cucharas, las plumas y la varita son sencillas porque no hay manera correcta o incorrecta, por otro lado los cubiertos...

"¿Y si la hago flotar?"

"No puedes hacer magia hasta pasado mañana" la voz lo hace brincar en su camilla, gira a ver hermosos ojos verdes, preocupados, tan grandes que puede perderse en ellos.

"Hola... Digo- si, ya sé pero, es difícil comer con la derecha"

"Lo puedo hacer por tí" sus mejillas se colorean, ya lo cargo, ya se quedó la mayor parte del día de ayer, no hay necesidad de... Antes de que pueda externar algo ya hay una cuchara con sopa enfrente suyo.

Abre la boca con las mejillas en un rojo intenso, pero vale la pena esa pequeña humillación por la sonrisa tan sincera y brillante de Harry.

Cuando termina de comer, el Gryffindor no se va, se queda a su lado contándole el día anterior, acariciando de manera casi obsesiva su brazo izquierdo.

Cuando pregunta por ello Harry le responde con el tono más honesto que jamás ha escuchado.

"Quiero asegurarme que no quedo ningún rasguño, que estás bien, sano y a mi lado"

Draco solo entierra su rostro en su mano derecha.

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Una vez fue autorizado para hacer magia, pudo retomar sus clases, eso no le emocionó, la cantidad de tarea que tenía pendiente era tanta que estuvo a nada de llorar, por suerte Theo se ofreció a ayudarle.

Para su mala suerte eso significa deberle una a Theo.

El ojiverde quiere entrar al equipo de Quidditch, y cómo él quiere entrar entonces Draco tiene que entrar, simple lógica dijo él, después de todo le debe un favor.

Draco no quiere entrar, no lo hizo en segundo, toma demasiado tiempo que necesita para mejorar sus influencias, tiene a la mitad de la casa encantada, el adorable heredero Malfoy que no hace nada malo, la otra mitad cree que le falta crueldad, así que todavía no, no puede darse el lujo de perder el tiempo.

"¡Va a mejorar tu reputación!"

"O la puede hundir, nadie le gana a Harry como buscador"

"Pues le haces ojitos y lo distraes, o..., o, ¡ponte un pantalón muy pegado! va a querer estar detras de ti siempre"

"¡Theodore!" el adolescente rueda los ojos al escuchar su nombre.

"Vamos, será divertido, siempre amaste las alturas, decías que te hace sentir como un imponente dragón o algo así"

"Un etéreo dragón"

"Si eso, además podrás pasar mucho más tiempo fuera de clases"

"Eso no me hace feliz"

"Vamooos, Draco por favor, me debes un favor"

"No debí aceptar tu ayuda, serpiente rastrera" Theo sonríe, su actitud cambia de golpe a su tipica seriedad lo que le hace voltear y toparse con su prometido.

"¡Draco!" Se ve muy emocionado.

"Harry, hola, ¿Por qué tan feliz?"

"¡Te unirás al equipo de Quidditch! Podremos pasar más tiempo juntos"

"Potter, si estás conciente de que... Así no es cómo funciona, estarán en equipos distintos" el otro Slytherin le informa.

"¿Y? ¡Te veré más tiempo!" Claro que no menciona que su felicidad se deriva de su reciente preocupación por Draco, no quiere que se desmorone cómo hace 2 días, no gracias, mejor se quedan cerca para que Harry impida que algo malo le vaya a pasar.

En medio de su eufória, Harry lo carga, dándole vueltas, no debería concentrarse en la sensación de la piel de sus brazos contra la de sus muslos propios, pero le gusta, le encanta, Merlín, lo quiere hacer así de feliz solo para que lo vuelva a cargar así.

"Yo te entreno"

"¿Eh?"

"Para quidditch"

"Ajá..." Salazar, ¿por qué es tan fuerte? Un buscador no necesita músculos.

"¿Draco?" Sus pensamientos se dirigen con rapidez a dónde no deben de, son cosas que están prohibidas hasta que tenga 14 y su núcleo mágico sea capaz de retener su propia magia, sin explotar a la hora de sentir emociones muy fuertes, pero Merlin bendito, lo que haría por unir su núcleo con el de Potter.

"Ah, ¡si! Si, me encantaría" la sonrisa que le regresa mientras lo baja le hace derretirse por completo.

El Quidditch será su muerte.

"¿No qué te dolía mucho el brazo, qué tenías otras responsabilidades, qué-?"

"Cállate Theo"

El chico de la falda Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt