Un nuevo plan inefable

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-Esto tardara demasiado- dijo Beelzebub esta molesto por lo que había ocurrido en la escuela de Ángel.

-¿Seguro que plantaste bien la idea?- cuestiono el arcángel. 

-Claro que lo que si, soy Beelzebub príncipe del jodido infierno- dijo molesto

-Ahg lo se, pero son niños porque no solo se lanzaron a los golpes- 

-Son niños Gabriel, sus mentes son moldeables así que cualquier acto que detenga la idea plantada desaparece inmediatamente- dijo el demonio. 

-¿Que podemos hacer?- 

-No se tu eres el maldito arcángel, una de las manos derechas de dios…¿Y me preguntas a mi?- Beelzebub se burló de Gabriel.Ambos miraban todo desde lejos, la institución donde habían anotado a la menor, escondidos cómo niños pudieron pasar desapercibidos. 

-Podríamos….

-Ángel nunca haría eso- reprocho Aziraphale, acusaban a su hija de haber golpeado a un niño dejándolo inconsciente. 

-Señor Crowley aquí esta la evidencia- dijo el director mostrándole las fotografías del incidente y claramente el ángel las veía, cómo también vio a su hija llorar afuera. 

-Solo fue un accidente- 

-¡¿Un accidente?! ¿¡Eso le parece un accidente?! Por poco mata a mi hijo- dijo la misma mujer que estaba en la entrada. 

-Ella nunca había hecho algo cómo esto- Aziraphale no podía aguantar a la humana, así que solo la ignoraba. 

-Bueno si hubo un momento antes de la pelea, según unos compañeros. El niño intimidó a su hija, hasta que le intentaron quitar el peluche. Fue ahí cuando el ángel atacó al niño- el director no parecía nervioso o algo por el estilo, se mantenía sereno. Para él tener a dos padres frente al escritorio defendiendo a asus respectivos hijos era algo que vivía casi a diario. 

-SU HIJA ES UN MALDITO DEMONIO, ESA NIÑA NI SIQUIERA DEBERIA ESTAR AQUI-

-Suficiente, su hijo es dos años mayor que mi hija. ¿es que acaso no le han enseñado valores? ¿No le enseñaron a no molestar? ¿Ha ser buena persona?- Aziraphale no levantó el tono de voz pero, dejó ese tono amable y pasó a un tono gélido, casi amenazante. La mujer se quedo sin palabras, creo que todos los padres odian que hablen de sus hijos. 

Ángel seguía afuera de la oficina del director, ya no lloraba le dolía demasiado la cabeza pero no quitaba el hecho de seguir triste y cómo no iba estarlo, si aquel niño había “asesinado” a lenguita. Estaba partido a la mitad lo sostenía con mucho cuidado no quería perder ni una parte de su amigo, bueno técnicamente su único amigo, estaba destrozada siempre desde muy pequeña había sido buena con los niños en los parques aunque estos la molestaran y se burlaban por tener dos papás. La hacian sentir inferior, indigna de tener un amigo, no deseada por nadie, no podia reir de los chistes que otros hicieran sin que se enojaran o peor la empujaran. Por eso había tomado el consejo de su padre (Crowley) de devolverles los que le hacian a ella.

-Oye, niña. Buena pelea- dijo una niña de cabello negro, sus ojos eran claros y era de estatura baja.

-¿Eh? yo-

-Fue genial, aunque si fuera por mi le hubiera dado una paliza a sus amigos por ser unos imbéciles- dijo sentandose al lado de ángel, que se sorprendió al escuchar el insulto. 

-No digas esa palabra-

-¿Cuál? ¿Imbécil?- dijo divertida. 

-Si, mi papi dice que eso esta mal-