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-Miren a las brujas- dijo un niño burlándose de las amigas. Ángel y Belén ignoraron completamente al niño, tal vez por el simple hecho de que su conversación tenía más importancia en ese momento.Ya no podían salir al parque debido al tiempo, había demasiado viento y la lluvia ocupaba el segundo puesto en el pronóstico del día.

-¿Entonces tus papás son sobrenaturales?- cuestiono Belén comiendo un pedazo de sandwich.

-Sip, es por eso que tengo poderes- dijo orgullosa la pelirroja. Había escuchado las burlas de sus compañeros, que comenzaron a planear una broma- Te lo puedo demostrar- dijo Ángel llamando la atención de su amiga. Fijó sus ojos celestes en sus víctimas y rápidamente tomaron un color rojizo, que provocó el estallido de varias latas sobre la mesa de los molestos chicos ahora manchados con gaseosa.

-Estuvo increíble pero debiste hacer otra cosa...como- dijo Belen señalando las luces y de pronto todo el colegio se oscureció. Los gritos y risa se hicieron presentes, los maestros intentaban silenciar a los niños y todo empeoró cuando se escuchó un trueno tan fuerte que hizo vibrar las ventanas.

-Ahora si- dijo Belen escuchando los gritos de todos. Ninguna de las dos estaba asustada o mejor dicho solo una no estaba asustada, Ángel tenía miedo pero intentaba no demostrarlos. Los ojos de la menor brillaban por las lágrimas acumuladas por el miedo pero intentaba sonreírle a su amiga por un hechizo tan bueno cómo ese.

Belen (Beelzebub) noto enseguida a su amiga, nunca había estado nerviosa cómo un demonio, pero ahora era diferente. Tomó la mano de la pelirroja para brindarle algo de apoyo. Por primera vez en la historia el príncipe del infierno, se sentía feliz por hacer una obra "buena".




-El lugar esta quedando tal cómo usted pidió- dijo el arquitecto algo nervioso. Las paredes seguían sin revocar, las instalaciones necesarias estaban siendo revisadas y claro que no cabe mencionar que Crowley quería que sus ángeles pudieran disfrutar de aquel lugar.

-Ya veo, ¿cómo esta quedando el jardín interno?- dijo observando un desfile de trabajadores con plantas.

-Bien, cómo usted solicitó pondremos una especie de invernadero para que las personas puedan comer ahi- dijo el hombre revisando sus planos.

-No es para los clientes- dijo y el arquitecto anotó eso.

-Entendido señor, pronto llegarán los decoradores desea...- el hombre quedó con la palabra en la boca cuando notó que el pelirrojo se había ido.

El Bentley era el único auto con clase en todo el pueblo y eso era algo que le agradaba a Crowley, estaciono frente a una costosa joyería (la única en el pueblo) puesto que no deseaba salir de Turner Hill si no era extremadamente necesario.

-Buenos días- la única empleada del local lo reconoció inmediatamente, era casi imposible olvidar a un hombre tan atractivo. -En seguida llamó al dueño señor- dijo con cordialidad. El demonio se paseo por la tienda, intentado reprimir sus instintos de hacer alguna que otra maldad aunque ese sentimiento se desvaneció al ver justo en una de las estanterías un collar hermosos relicario en forma de corazón, algo en el le decía que debía comprar ese collar o tal vez robarlo pero necesitaba tenerlo.

-Buenos días señor Crowley- la voz del anciano lo despertó de su ensoñación

-Hola, ¿ya esta listo?-

-Si señor- dijo y mostró una caja muy pequeña de color negro. Crowley la tomo y extrajo lo que había en su contenido -Cómo usted pidió el anillo es de oro de 24 quilates, un zafiro de color azul oscuro en el medio, rodeado de un par de pequeñas alas muy parecidas a la de los ángeles- dijo describiendo el anillo. Dejo ese en su caja y tomo la otro pero de color blanco -Ese anillo es de oro blanco de 18 kilates, un topacio imperial en el medio y sin mencionar de el anillo tiene la forma de una serpiente y cabe mencionar que el mismo distintivo de las alas- repitió la descripción con el anillo y cómo siempre en su vida, recibió un buen pago y una sonrisa de satisfacción.

Un nuevo plan inefableWhere stories live. Discover now