Capítulo 7

94 19 28
                                    

Sus gritos,atraen la atención de todos los borrachos que paran de inmediato la pelea.

-¡¿Se puede saber qué haces aquí?!-pregunta alterada mientras coje un taburete para sentarse a mi lado-.¿Con que ibas a tu casa?

-¿Me has seguido hasta aquí, Lucía?-pregunto indignada.

-¡Cómo querías que me quedara tranquila con todo lo que habías tomado!¡Ah y gracias por hacerme el corte manga a través de la ventanilla!

-No sabía que eras tú la que me estaba pitando. Además,no tenías por qué seguirme. Ya soy una adulta¿Sabes lo que es eso?-pregunto molesta.

-Claudía,solo quería asegurarme que estuvieras bien. Después de todo lo que te ha pasado hoy,me quedé preocupada cuando te fuiste. Y mucho menos me iba a imaginar que ibas a seguir bebiendo sin mí-me recalca la última frase.

-Perdoname-me disculpo dandole un beso en su mejilla-. Eres la única que has estado y sigues estando en estos momentos tan duros para mí.

-Te quiero¿Lo sabes?-me rodea con sus brazos y me abraza muy fuerte-.¡Y ahora dejémonos de penas y vamos a seguir con la fiesta!

La botella de vodka se vaciaba como lo hacian nuestros bolsillos. La cosa empieza a animarse y Lucía canta a todo pulmón una canción que esta sonando. Yo la acompaño en este coro que solo éramos ella y yo. La gente aplaude ebria este concierto a Capela. Y la barra se convierte en un escenario para nosotras,donde nuestros fans pedían a gritos que nos pusieran otra más. Lucía baila con sensualidad,mientras que los silbidos superan el volumen de la música. Ella me agarra del cuello,bajando suavemente hasta abajo y yo le acompaño en este baile que es solo nuestro.Nuestras risas cómplices son sin duda alguna lo mejor de la noche.

Decidimos marcharnos del lugar, dejando por finalizado nuestro gran espectáculo. Nuestro cuerpo ahora mismo está compuesto de puro alcohol, tanto que al hablar el aliento te delata exactamente qué tipo de bebida hemos consumido.

Nos sentamos en un banco que hay frente al bar. Casi no nos mantenemos ni sentadas. Empezamos a reírnos la una de la otra,y Lucía pierde el equilibrio cayéndose de espaldas. Intento ayudarla pero caigo encima de ella. Nuestras risas se escuchan en toda la calle y todos lo que pasan nos miran anonadados ante la bochornosa situación.

Por fin consigo levantarla y nos sentamos de nuevo. Siento como algo se me sube hacia arriba de la garganta.¡Ay no,por favor!ahora no. Empiezo a vomitar sin control, salpicando sus zapatos.

-¡Claudía!¡Mis zapatos nuevos!-grita apenada.

Quiero parar, pero mi estómago sigue rechazando todo este exceso. Mientras Lucía me sujeta el pelo para no mancharme. Tan linda como siempre.

-¿Estás bien?-pregunta preocupada.

Levanto mis dos manos,esperando a que adivine mi respuesta. Termino de vomitar y me limpio no solo mi boca,si no está situación tan ridícula que acabo de dar.

-Quiero irme a casa-contesto desganada.

-No te preocupes cariño,llamaré a un taxi-saca el móvil del bolsillo y para nuestra gran suerte está apagado-.¡Mierda,está apagado!

-Calmate Lucía,llamaremos del mio-Saco mi móvil y para rematar la noche no tiene señal-.¡Esto no puede estar pasando!

-¿Que ocurre?¡Dame el móvil!-grita quitándomelo de la mano-.¡Joder!esto es surrealista. Esperame aqui, voy a ir caminando hacia allí para cojer cobertura.¡No te muevas de ahí!

Asiento con mi cabeza. Como si pudiera ir a algún lado,si ni siquiera puedo mantenerme recta. Me llevo mis rodillas al pecho y pego mi cabeza en el. Escucho de lejos sus maldiciones y no tengo otra opción que reírme por esta noche tan peculiar. Cuando de repente unas luces hacen que levante mi cabeza dejándome totalmente ciega. Empiezo a gritarle pero hace caso omiso a mis insultos. Abre la puerta y veo como se baja pero no consigo ver quién es, solo la silueta de un hombre alto. Y cuando está a metros de mi,escucho mi nombre.

EL PLACER ES MÍO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora