Capítulo 6

345 53 4
                                    


Un nuevo día iniciaba, y con eso, nuevos comentarios despectivos hacia Agustín se avecinaban, pero por primera vez en mucho tiempo, aquellas palabras no le pesaban en lo absoluto, nadie podría quitarle su excelente humor. Se sentó en su oficina con una sonrisa, ignorando por completo las miradas de extrañeza que lo apedreaban. Todo iba bien, magnífico de hecho, hasta que su supervisor lo había llamado para conocer al "nuevo jefe", Guardis no tenía idea de que habría alguien nuevo a cargo, parecía una extraña, pero divertida, coincidencia. Aunque todo su buen humor calló al vacío cuando se encontró de frente con Marcos Ginocchio vestido con un elegante traje gris y su típica sonrisa brillante, que se ensanchó más al ver a su enano.

-¿Agu'? -preguntó al verlo con una alegría inmensa, no podía creer lo que estaba viendo.

-Ho-Hola...

Murmuró el más bajo apenado. El chico que le encantaba, que a penas y había conocido el día anterior, ahora era su nuevo jefe. Todos sus compañeros los miraban, algunos asombrados y otros sorprendidos. Nadie entendía como el rarito de Frodo podía conocer al sexy jefe que estaba delante suyo. Marcos se presentó ante todos con una sonrisa amable, para luego pedirle al de ojos cielo que lo acompaña a su oficina un momento. Sua compañeros lo miraron confundidos, algunos creían que iban a despedirlo, otros decían que iban a ascenderlo, y otros, los menos, simplemente seguían con su trabajo. Juan Ignacio sólo veía la escena desde lejos, molesto e irritado porque el gran jefe era el novio de Agus, de SU Agus. El platense entró en la oficina de Ginocchio seguido por él, el cual cerró la puerta con una sonrisa. El más alto no podía expresar su alegría en palabras, así que simplemente atinó a rodear al enano con sus brazos.

-Ahora sí que no va a pode' rechazar mi oferta... -murmuró sonriente separandose levemente del contrario, sin quitar sus manos de su delgada cintura.

-¿Estás loco? O sea, sos mi jefe... Ésto está mal, Marcos. Muy mal de hecho... -comenzó a hablar Agus alejándose un poco del salteño.

-¿Por? Digo, esto arrancó antes de saberlo. ¿Por qué ahora tendría que parar o estaría mal? -la actitud tan serena e inocente de si nuevo jefe, enternecía mucho al platense, pero aún así era incorrecto.

-Es que todos van a hablar... Van a decir que me ascendiste sólo porque me acuesto con vos, no porque hago bien mi trabajo -se quejó sutilmente tomando con ternura la mano del mayor.

-Primero, todavía no pasó. Segundo, ¿Y a uste' desde cuando le importa lo que piensen? Y tercero, prefiero que mi asistente sea alguien leal y de confianza -explicó con tranquilidad-. Ademá', nadie tiene porque saber que pasa entre nosotro'. Si uste' no lo dice, y yo tampoco, nadie se va a entrar.

-Nacho lo sabe porque VOS se lo dijiste ayer -recordó Guardis intranquilo.

-Pero yo soy el jefe, primito. Eso lo arreglo fácilmente... Hablo con él y lo resuelvo -suspiró levemente frustrado para luego mirar directamente a los ojos celestes del contrario-. Si uste' ya no quiere salir conmigo porque le incomodo, puede decirlo sin problema... Prometo que no voy a enojarme ni desquitarme con uste', pero quiero que sea sincero conmigo...

Agustín se llamó al silencio por unos minutos que parecían eternos para Marcos, algo en él comenzó a romperse poco a poco con cada segundo que pasaba, la ansiedad y los nervios lo comían por dentro, pero aún así intentaba ser fuerte, lo afrontaría de una manera profesional, y aún así le daría el ascenso si éste lo quería. Si no podían estar juntos, al menos quería tenerlo cerca de alguna manera, quizás era estúpido, pero ese chico de metro sesenta y cabello rizado lo había enamorado en menos de veinticuatro horas, una total locura, pero ahora Marcos creía fielmente en el amor a primera vista.

El Hombre De Al Lado // Margus //Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon