una chita adoptada por una manada de leones;
¿logrará encajar? ¿logrará ser más que una simple chita? ¿logrará ganar su lugar en la manada?
un joven león príncipe de la manada;
¿logrará mostrar que es más lo que une que lo que separa? ¿logrará mostr...
Los días pasaban con mucha tranquilidad. La rutina me consumía como al resto. Pero en lugar de ser el típico león travieso y sonriente, solo cumplía con aquello que me demandaban sin dejar de pensar y pensar.
No me he cruzado con Fuli en estos días. No sé si me evita o inconscientemente yo soy quien la evita a ella. No me atrevo a acercarme nuevamente a hablarle, aunque quiera hacerlo.
Es curioso, pero extraño su pesimismo y cruda sinceridad.
Pero lo hecho, hecho está. Ya está claro que no nos necesitamos.
Rani me ha acompañado a cumplir labores algunos días, y aunque es agradable, no dejo de pensar en la otra felina.
Incluso me siento mal por eso. * Cómo puedo pensar en Fuli mientras hablo con Rani? Es una falta de consideración de mi cabeza.*
Subía a la roca del rey contando que pronto anochesería, y me encontré con mi padre y madre, ambos esperándome. Debería ser normal pero eso para mí era mala señal, muy mala.
- Kion, en vista de que tú y Rani se llevan de maravilla. - decía mi madre. - daremos la noticia oficialmente mañana a la manada. -
Incluso retrocedí y negué rotundamente con la cabeza. - no... Aún no... No estamos listos. - dije ante la idea de que fuéramos compañeros. Aún no lo aceptaba.
- no es como si fueran a tener cachorros de una vez y a gobernar... A mí y a tu madre nos queda mucho tiempo con ustedes. - dijo el león adulto. - si son compañeros, tendrán más tiempo para conocerse. Estoy seguro que cada día se harán más cercanos. -
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Apreté mis labios aguantándome lo que tenía por decir. Tenía mucho que decir... Pero jamás valdría la pena.
- tengo, tengo algo que hacer... Volveré después. - dije sin ánimos de discutir y volví a bajar de la roca del rey. Mis padres llamaron y llamaron en vano. - alenos déjenme pensarlo. - supliqué a lo lejos par continuar mi paso.
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Supongo que al final tendré que haceptarlo. No podré escapar para siempre.
Fuli
Akila me había dejado sola en la gruta de las leonas. Todas hablaban sobre diferentes temas, pero si especificamos aquel que me tenía de mal humor era que las jóvenes no dejaban de hablar de que Rani pronto sería nombrada futura reina y compañera de Kion.
