Nobody Like You || Han Seojun

Chapter 7

La mañana estaba bastante cálida, iba caminando por el patio de la escuela cuando en eso se acerca Lee Suho.

– Lim Mi-rae.

– Hola Suho, cómo estás.

– No muy bien... supe que Lim Jukyung tuvo una cita – dijo serio.

– Ah sobre eso... lamento no haberte dicho, lo olvidé – me excusé – Pero descuida, no funcionó así que no volverá a ver a ese tipo.

– ¿Enserio? – preguntó entusiasmado.

– Enserio, tranquilo Suho todo está bien, además tienes mi bendición. Ahora te considero mi cuñado – dije bromeando.

Ambos reímos por mi comentario. De pronto diviso a Han Seojun caminando hacia nosotros.

– Aquí tienes – dijo mientras me lanzó sus llaves.

– ¿Cómo? – dije cuando las atrapé.

– Dijiste que no montara la motocicleta.

De repente se puso a mi altura y acercó su rostro al mío.

– A partir de hoy, planeo escucharte solo a ti – dijo sonriente.

Me quedé perpleja y no contesté, Han Seojun se fue. Cuando por fin reaccioné miré a Suho. Este me miraba de forma pícara.

– Oye, no es lo que crees – dije rápidamente.

– Yo no he dicho nada... – dijo Suho mientras sonreía y se fue.

Los alumnos que vieron la escena comenzaron a murmurar cosas.

Entré al salón y me dirigí a mi banco, cuando llegué Suho estaba allí, me senté a su lado y me dió el bombón de todas las mañanas. Siempre compramos bombones para ambos, nos turnamos y hoy le tocaba a él.

Saqué las llaves de mi bolsillo y comencé a examinarlas, no entendía por qué Seojun me las dió repentinamente. Volteé a ver a mi compañero y este me sonreía otra vez.

En eso entra Han Seojun.

– Oye niño, ¿por qué cambiaste de opinión? – le pregunté.

– Deberías quedartela para que yo no monte la motocicleta – dijo.

– Vaya... hasta que entiendes... pues bien, me la quedaré pero no quiero que me la pidas de vuelta – dije mientras lo señalaba con mi dedo.

– No te preocupes porque... a partir de ahora solo te escucharé a ti.

El resto comenzó a hacer ruidos de asombro, en ese momento me di cuenta que todos vieron y escucharon la conversación que tuvimos. Ahora los rumores serán peores.

– Oye... ¿no te estarás vengado cierto? Por tomarte esa foto – pregunté.

– Ja... como si eso funcionara.