Nobody Like You || Han Seojun

Chapter 10

Hoy sería un día genial, mi hermana y yo preparamos todo lo necesario y nos dirigimos al sauna. Descansaré de ese idiota.

Llegamos al lugar y entramos al espacio caliente, mi hermana empezó a tomar fotografías y subirla a sus redes, por mi parte estaba sentada sintiendo el calor.

- ¡Qué bien se está aquí! - exclamó Jukyung.

- Lo sé - dije aún sentada y con los ojos cerrados.

- Bien, iré por un helado - dijo mi hermana llendo a la puerta.

- ¡Ay pero que calor! - exclamó alguien.

- Ca-calor - empezó a tartamudear mi hermana.

Abrí mis ojos para ver qué pasaba, Kim Chorong se encontraba frente a la puerta.
Mierda.

- ¡Aah calor! - dijo y se sentó a mi lado - ¡Oh! ¡Lim Mi-rae!

- Hola Chorong... ¿qu-qué haces aquí? - pregunté mientras miraba a mi hermana.

Esta estaba cada vez más nerviosa, pues está sin maquillaje. Le prometí un día tranquilo y ahora tenemos a Kim Chorong con nosotras... Solo espero que no aparezca nadie más.

- Oye... esa seño...

- ¡Ay! - exclamé.

- ¿¡Estás bien!? - preguntó alarmado Chorong.

- Me quemé con una piedra - mentí mientras sobaba mi mano.

- A ver, déjame ver - dijo Chorong mientras sostenía mi mano y la examinaba.

Durante ese lapso le hice señas a Jukyung para que saliera. Pero la puerta nuevamente se abrió y entró alguien... Han Seojun.

Mi hermana hizo una pirueta y se tiró al suelo, se quedó allí acostada dándonos la espalda.

- Aish, ¿no es más caliente? Detesto tan el cal... - Seojun se me quedó viendo, luego a Chorong y después nuestras manos.

- ¡Seojun! ¡Mira a quién me encontré! - gritó emocionado Chorong.

- ¿Piensas seguir sosteniendo su mano? - preguntó serio y con su vista en las manos.

- Ups, lo siento Mi-rae - me soltó.

- ¿Qué haces aquí? - me preguntó Seojun.

- Ah... eso, hice un agujero en mi casa, comencé a cavar y cavar, luego llegué aquí - dije sarcástica.

- Ja ja, muy graciosa - dijo - A ver, háganme un espacio.

Seojun movió a Chorong de mi lado y se sentó en medio. Empezaron a conversar de lo caliente que era el lugar, por más que traté de convencerlos para irnos, no querían, ya que hicieron un reto de quién soportaba más adentro. En lo único que podía pensar era en mi hermana.