Chapter 27

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No sentía ánimo alguno para levantarme, la discusión que tuve con mamá me agotó por completo.

No hablé con Jukyung en toda la noche, solo escuchaba su llanto. Esta vez no tuve fuerza alguna para consolarla porque me sentía igual de mal que ella.

Sentí el despertador sonar una, dos y hasta tres veces, en todas lo apagué y seguí durmiendo.

Me desperté y todo estaba en completo silencio. La cama de mi hermana estaba ordenada, supongo que fue a la escuela. Bajé a la primera planta y no había nadie, todos se habían ido.

Subí nuevamente y me di una ducha para despejarme. Lo que menos quería hoy era pensar.

Una vez terminé de ducharme me dirigí a mi habitación. Allí puse algo de música mientras ordenaba un poco el cuarto.

De pronto siento golpes en la ventana. Pero lo ignoré y seguí en lo mío.

- ¡Oye! - se escuchó.

Por un momento apagué la música para comprobar si no me estaba volviendo loca. Cuando lo hice todo estaba en silencio, así que la encendí otra vez.

- ¡Oye, semáforo! - dijo una voz - ¿Estás ahí?

Esta vez estaba segura de haber escuchado algo, apagué la radio y me asomé a la venta. La abrí y saqué mi cabeza.

- ¡Hey semáforo! - gritó Seojun desde la calle - ¿Qué te parece si me abres la puerta?

- ¿Qué haces aquí? - dije seria.

- Vine por ti - dijo sonriente - Te llevaré a pasear.

- No estoy de humor - dije en el mismo tono - Solo vete.

- Oye, no me hagas entrar por tu ventana - dijo burlesco.

- Atrévete gotas - dije burlesca.

Volví a cerrar la ventana y puse la música a todo volumen. Empecé a bailar como si fuese una profesional.

En eso la ventana vuelve a sonar. Maldita sea no se cansa.

Me volteé y me encontré con Han Seojun trepado en un árbol, lanzaba piedras para que lo dejase entrar.

- ¡Maldición! - dije y me acerqué.

Abrí nuevamente la ventana.

- ¿Enserio no me dejarás en paz hasta que te deje entrar? - pregunté.

- Nop - dijo burlesco - Anda, ayúdame.

Ayudé a Han Seojun. Tomé sus brazos para que tuviese equilibrio. Entró primero su cabeza, luego su torso y por último sus piernas. Cayó sobre mi cama.

- Vaya - dijo mientras saltaba - Es bastante cómoda y no es ruidosa.

Aquel comentario me hizo sonrojar. Maldita sea Lim Mi-rae, ¿por qué piensas eso?

Nobody Like You || Han Seojun Where stories live. Discover now