viii. uhm, so... shit

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❝  sexy profesor de deporte ❞

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❝  sexy profesor de deporte

Su palma se pegó al pecho ajeno, sintiendo bajo su tacto los latidos intensos y alarmados del rubio a su disposición. Le mostró una sonrisa de labios apretados. 

—¿Te sigue doliendo?

—Solo... necesito un respiro.

Se apoyó en sus piernas en pleno estacionamiento de aquel lujoso restaurante del que acababan de ser echados. Los trabajadores los miraban de mala manera, pero ellos estaban metidos en su mundo.

—¿Deseas que haga algo más por ti?

—¿Me podrías besar?

—Mhm, —fingió pensarlo. Su nariz levemente refinada por los genes Salvatore arrugándose mediante se acercaba—. Sabes que eso no tienes que pedírmelo. Pero no podemos.

Agachó la cabeza.

—Carajo, solo gírate para que no nos vean.

Pocas veces eran las que se besaban. Bueno, deberían. Están en una relación. Sin embargo, su lenguaje de amor era el contacto (intenso) físico, sus días se basaban en caricias que olvidaban los besos en la boca.

Sonrió quitándole debajo del labio inferior el labial de brillo ensuciando su mentón. Se lamió los labios.

—¿Fresa?

—Así es.

—Me gusta la fresa.

—¿Es la fresa o soy yo?

—Puede que también seas tú.

Oh oh, alguien está enamorando.

—¿Qué estás haciendo? —le habló al verla ponerse el casco sobre sus alborotados cabellos. Desvió su mirada hacia abajo, cuando la blusa se le subió. Rápidamente Cassie se lo bajó.

—Manejaré yo.

JJ frunció los labios.

—¿Quieres poner nuestras vidas en peligro?

Mofó, su mano dirigiéndose hacia su ovalado estómago para comenzar a sobar.

Cass cabizbaja asintió, —No pondré nuestras vidas en peligro. Si tuve el mejor profesor.

—¿Así que soy tu profe?

—No empieces, JJ.

Subió el pie, acomodándose sobre el asiento de la moto, con él detrás suyo. JJ le pasó las manos alrededor de la cintura, sujetándose fuertemente del cuerpo mediante fingía no escuchar las constantes críticas lejanas.

—Pisa sus flores.

—No pisaré más flores. No tienen la culpa de nada.

Puso sus ojos en blanco y escondió su rostro en el cuello de su novia, inhalando su suave aroma adictivo tomándolo como su nueva zona de confort.

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