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Y ahí seguimos en la cama abrazados. Le dí un beso en la frente y me levanté.

—¡Minhoo!

—¿Qué pasa Han?

—Tengo frío —me dijo Han.

—¿Quieres que te preste un hoodie?

—Siii —habló Han emocionado.

—En el closet están, escoge el que quieras —le dije —pero eso sí, te van a quedar algo grandes.

—Mientras más grande mejor.

—¿Cómo? —le pregunté riéndome.

—Callate, eres un mal pensado —dijo Han acercándose a closet. Al final escogió uno gris con letras celestes.

—No se te ven las manos —le dije. Eso lo hacia ver más pequeño.

—Me gusta como me queda —dijo Han viéndose en el espejo que está en mi habitación.

—A tí todo te queda bien —le dije.

—¿Qué estás haciendo? —me preguntó Han mientras se acercaba a mí.

—Estoy editando el calendario —le expliqué —ando agregando los exámenes próximos en las fechas correspondientes para que no se me olviden.

—Pero si igual siempre se te olvidan —añadió Han.

—No voy a perder la esperanza de que algún día no se me olviden.

—Uhm, está bien. ¿Te falta mucho? —preguntó Han.

—Ya casi termino ¿Por qué? ¿Quieres hacer algo? —le pregunté.

—¿Vemos una película? —sugirió Han. Yo estaba sentado frente a mi escritorio viendo mientras utilizaba la computadora. Han corrió la silla para atrás y se movió para sentarse de lado en mis piernas.

—Acepto ¿Qué quieres ver? —le pregunté. Han se puso de lado recostando su cabeza en mi pecho.

—Lo que sea, no importa.

—Bien —le respondí. Han tenía sueño, ni siquiera estaba viendo la computadora. Abrí Netflix y puse la primera película que encontré, en cualquier momento Han se dormirá.

—Gracias Minho, —habló Han aún teniendo su cabeza en mi pecho —si todo esto me hubiera pasado sin que tú estuvieras en mi vida no sé qué habría hecho, de verdad. Ya viste todas las veces que me puse como loco hoy... Cada vez que lo recuerdo me da vergüenza, pero ya pasó y no puedo cambiarlo. Gracias a tí este día no se convirtió en el peor, a pesar de todo lo que pasó en la mañana ahora siento felicidad.

—No tienes nada que agradecer —le respondí —que yo esté en tu vida tambien es gracias a tí, tu fuiste el que me buscó y me dió una segunda oportunidad.

—Yo digo que eso fue un 50/50.

—Puede ser —le respondí.

—Gracias por tenerme la paciencia que ni yo mismo me tengo. No quiero que pienses que esta tarde te dije que te amaba solo porque estoy pasando por todo esto, porque estoy algo vulnerable y sensible —habló Han —nada de eso. Es lo que me haces sentir Minho, desde que te conocí.

—¿Te gustó desde antes? —le pregunté.

—¿Por qué creés que me acerque a tí? —preguntó Han de vuelta.

—No sé, ¿Por qué querías tener un amigo genial? Algo así —le respondí.

—Nunca me hubiese acercado a ti si no hubiera tenido esos sentimientos hacia tí, me cuesta mucho hacer amigos.¿Recuerdas ese día que salimos a comer y me contaste que te enamoraste de alguien y que él nunca supo de tu existencia? —preguntó Han.

¿Qué nos sucedió?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora