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Y es en este momento en dónde esa frase de "entre la espada y la pared" se hace real. Si no voy podré arrepentirme toda mi vida, y si voy también existe esa posibilidad.

¿Debo creerle a alguien que nunca ha estado de mi lado? ¿Debo creer que casi de la noche a la mañana esa persona ya abrió los ojos? No digo que eso no sea posible, pero cuando se trata de mamá no lo sé.

—Esto puede ser una trampa —me dijo Minho. Puede estar teniendo la razón pero eso no lo sé.

Resulta que mamá me llamó... Me dijo que necesitaba que fuera a la casa, que papá la había golpeado y estaba muy mal. Me dijo que estaba dispuesta a ir contra papá, que ya no quería seguir así, que no queria seguir viviendo sin mi.

Me siento tan mal en este momento porque una parte de mi no le creé ¿Qué es lo que no le creo? Pues... No le creo que esté dispuesta a dejar a papá, no le creo que se sienta mal por no estar conmigo. Lo complicado está en que puede que no esté mintiendo.

—¿Y si no? —le pregunté de vuelta a Minho.

Estoy tan cansado de que la gente juegue conmigo.

Estoy tan cansado de que siempre sea yo el que esté detrás.

Estoy tan cansado que todos me perciban como una sombra, esa sombra que nunca se cansará de seguirte.

Estoy tan cansado de que al tomar la decisión de alejarme siempre el malo de la historia soy yo, ¿De verdad soy tan malo por no dejar que me traten como un salvavidas?

No soy ese libro que leerás solo porque ya no tienes más nada que leer.

Estoy tan cansado de que siempre me traten como a un estúpido.

Estoy tan cansado de que crean que mis sentimientos no son válidos.

Estoy tan cansado de llorar todas las noches por personas que no me merecen.

Estoy tan cansado de siempre repetir el mismo discurso sobre mis estúpidos sentimientos ¿Pero qué más puedo hacer? Es lo que siento, nada está cambiando, el daño sigue aquí, heridas que no cierran y personas que en el olvido quedan.

Sin mi permiso van cavando mi tumba, cada vez más cercano a esa fría y solitaria eterna estadía, cada golpe a mi corazón se convierte en un centímetro más cerca de caer ahí.

Creen que pueden decidir por mi, siempre lo han creído, siempre lo han hecho, deciden que ya no debemos tener una amistad, deciden lo que siento, lo que pienso, un estrés constante.

Que si hablo mucho, que deje de ser tan hiperactivo, que deje de pensar que todos están en mi contra, que deje de caminar así, creo que los demás deberían dejar de querer cambiar quién soy.

Mis padres son unas arañas y me tienen atrapado en su telaraña, trato de salir pero es muy pegajosa. Veo la salida y de repente vuelvo a estar en el punto de inicio ¿Esto acabará? ¿Cuando? No soy una presa, no soy su presa.

Debatirme entre qué es más importante es muy difícil, por un lado está pensar en mí y por el otro está pensar en los demás... Creo que ya encontré mi problema, doy muchas oportunidades, siempre les entrego el beneficio de la duda a todo el mundo, miles de veces ¿Pero quién me da el beneficio de la duda a mi?

Me tachan de mal hijo solo por tener un mal día, al parecer ellos pueden tener hasta un mal año y nadie les puede decir nada pero yo debo estar bien siempre. Me duele saber que todo puede cambiar a mejor, mis padres pueden pedirme perdón y todo eso... Pero llega ese momento en dónde abres los ojos y encierras tu corazón por unos segundos y te das cuenta de que no, no todas las personas cambian. Una persona que cree que todo lo que está haciendo está bien nunca va a buscar cambiar porque en su mente él cree que está en lo correcto.
Puede ser que ellos lleguen a cambiar pero eso no será ahora.

¿Qué nos sucedió?Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt