CAPÍTULO 14

1.8K 169 1
                                    

POV. Lauren. 

—Maguire, quiero que averigües quién demonios trajo a ese toro que casi mata a Jericho.

— ¡Lauren! — dice alguien, pero ignoro a los que reclaman mi atención y trato de terminar este asunto.

—Estoy en ello, no sé cómo demonios alguien podría haber conseguido uno en la manada. O por qué querrían hacerlo. — Se gira hacia mí y compartimos una mirada.

—Haré que los chicos comprueben las cámaras, pero esta arena está cerrada desde ahora mismo. 

—Haré que Charle y Tate traigan el resto del novillo y hagan retroceder a esta multitud. Sal por ahí.—asiente hacia la puerta que conduce al túnel.

—Te lo agradezco. — Lo abrazo rápidamente en el hombro antes de escabullirme de la muchedumbre y de la seguridad de la oscuridad.

Esta es la razón por la que dejé de ir a los espectáculos. Cuando era yo quien montaba el toro, las mujeres no me dejaban en paz, y cuando estaba en las gradas, los hombres eran igual de malos. Soloquiero poder disfrutar del deporte como los demás, pero nunca es tan fácil.

Las multitudes, la gente, la atención, nada de eso era lo que quería. Incluso cuando sonreía y jugaba bien. Hice todo lo que pude para poner un límite entre el trabajo y yo, pero incluso cuando tomaba todas las precauciones posibles, de alguna manera la gente entraba en mi casa o en mi caravana para llamar mi atención. O se presentaban en el vestuario, pensando que sería fácil. Ya es suficiente, y si eso significa que tengo que quedarme en una oficina mientras se celebra el rodeo, que así sea. 

Tardo una eternidad en dar la vuelta al ruedo, pero cuando llego a la oficina de atrás, me encuentro con Camila cerrando por la noche. 

Ya era hora, porque ya estoy muy enojado por haber tenido que  buscarla para empezar.

— ¿Has terminado?— le pregunto, y asiente, pero antes de que pueda responderme, la agarro de la muñeca. —Bien, nos vamos. 

—Espera, ¿qué pasa?

—He dicho que nos vamos. 

—No puedes arrastrarme fuera de aquí. No soy tu... 

—Puede que quieras replantearte eso, dulzura. — Oigo su gruñido frustrado, pero no me importa. —¿Por qué estás tan enojada? Soy yo quien debería estar enojada.

No dejo de moverme mientras prácticamente la arrastro hasta 
mi camioneta y la sujeto en el asiento. Una vez que le he puesto el 
cinturón, me inclino y la miro fijamente.

—Estoy enojada porque tuve que verte caminar con ese pequeño 
atuendo toda la noche con cada maldito hombre en esa arena  queriendo un pedazo de lo que es mío. Ahora siéntate y cállate.

Cierro la puerta de la camioneta y le doy instrucciones a los de seguridad de la puerta para que consulten a Maguire y cierren la arena. Me aseguro de que sepan llamarme después de comprobar las imágenes, pero tengo que salir de aquí.

Cuando subo a la camioneta, ella se pone en marcha.

—No puedes decirme lo que tengo que hacer, Lauren. He visto tu club de fans esta noche y veo a todas esas conejitas saltando a tus pies. No soy una de ellas, y no pienso serlo. Me niego a mendigar tu atención, y no voy a permitir que me digas lo que puedo o no puedo llevar. 

Tiene la cara roja y respira con dificultad, como si tuviera que soltar eso lo más rápido posible. Salgo del estacionamiento y agradezco a Dios que mi casa esté tan cerca.

— ¿Has terminado?— abre la boca para discutir de nuevo, y 
levanto el dedo. —Es la última advertencia que recibirás de mí esta noche.

— ¿O qué?— Se inclina, desafiándome a hacer algo.

COMPRADA ~Camren G!P~Where stories live. Discover now