Verdades y mentiras

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Había demasiado ruido a mi alrededor.

Golpes en la puerta.

Una voz gritando.

Más voces uniéndose a la primera.

No podía respirar.

Quería vomitar.

No veía nada.

Mi cabeza iba a toda velocidad y no sabía como respirar.

Un pequeño murmuro a mi alrededor.

- Valeria, necesito que me digas cuál es tu canción favorita.

Alguien habló muy cerca de mi.

Esa voz.

Qué voz y acento más bonitos.

Respirar.

Mi canción favorita.

- Roma. -conseguí murmurar.

La calidez del cuerpo a mi lado se fue y la respiración se me aceleró.

Pero unos segundos después los primeros acordes de Roma, de Pole, me envolvieron a través de unos cascos que me acababan de colocar.

Alcé la vista a manera que mi respiración iba calmándose.

Mis manos estaban entre las suyas.

Ya no escuchaba nada.

No había gritos fuera, ni golpes en la puerta.

Solo mi canción favorita y sus ojos delante de los míos.

Su cara reflejaba miedo, pero estaba ahí, estaba conmigo.

Me había sacado de ahí.

Sus labios se movían pero no sabía lo que decía.

Mi respiración se había calmado cuando él bajó el volumen.

Aún seguía escuchándola pero ahora le podía oír a él.

Ya no había golpes ni gritos.

- Eso es ángel, ya estás conmigo. -asomó un atisbo de sonrisa y yo sonreí.

- Lo siento. -murmuré a punto de llorar.

- No voy a permitir que llores, no es tu culpa, me encargaré de que te metas eso en la cabeza, te ayudaré con la comida, conseguiré que te quieras como mereces. -aseguró y me ahogué en el marrón de sus ojos.

Roma seguía sonando.

Delante de la llama enamorada de mi ruina, viendo como se quema mi Roma.

Esa frase me caló hondo al mirar sus ojos y intenté levantarme, alejarme de él.

Él se levantó conmigo.

- ¿Quieres ir a tu habitación? Eric debe de seguir en el pasillo, Nadia y Javi estaban con él, incluso Pedri ha venido. -hablaba de una forma calmada.

Negué con la cabeza.

No. -murmuré.

- ¿No quieres ver a Eric o no quieres ir a tu habitación? -preguntó mirándome.

- No quiero ver a nadie. -contesté.

Me quité los cascos y la canción dejó de sonar en mi cabeza.

Vi como se iba hacia la puerta y la abría, cerrándola detrás de él al salir.

Me acerqué a la puerta.

- ¿Cómo está? llevo tiempo vigilándola con la comida, no creía que fuese tan grave. -Nadia lloraba.

Silencio +18 - GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora