♯ ❛ Capitulo: Seis ❜ ꦽ

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El grupo continuó su camino sin interactuar para nada, a pesar de que toda la situación se había resuelto, el ambiente seguía algo tenso, Paimon, aburrida del silencio, empezó una conversación. -Entonces... ¡Paimon cree que es buen momento para buscar tesoros! Hay cuevas, campamentos y más por dónde buscar, vamos, anímense. -Chilló, tirando del brazo al rubio para animarlo a seguirle el juego.

-Buena idea, quizá si encontramos algo valioso podremos usarlo como dinero extra para ir al bazar a comprar unas cosas. -Contestó el rubio, después de salir de sus propios pensamientos. -¿Te parece buena idea, Wanderer?

-¿Uh? Claro, me parece. -Seguía estando pensativo, le parecía sorprendente el como es que el rubio se había recompuesto tan rápido después de revivir uno de sus mayores traumas ¿Era él más fuerte emocionalmente o era Wanderer más débil? Ese cuestionamiento le dio justo en el ego, así que trató de enfocarse en continuar por el camino.

-¿Sabes qué, Paimon? Deberías usar tu habilidad de flotar de una buena vez y revisar si hay algún cofre por aquí cerca. -Pidió el de ojos ámbar.

-¡Gran idea, viajero! Pero tendrás que darle una comidita extra a Paimon por el esfuerzo.

-Ya sabía yo que pediría algo a cambio, pero acepto el trato.

El acuerdo es aceptado y la pequeña compañera se eleva más de lo que nunca se había elevado antes e investiga rápidamente la zona.

Los dos chicos se quedan mirando el cielo, vigilando que Paimon no se meta en algún problema.

Poco tiempo después, la mencionada regresa con los ojos llenos de brillo, eso significaba que había visto un premio jugoso.

-¡Paimon encontró tres cofres que tienen toda la pinta de prometedores! El único problema es que están sobre un graaaan hongo y hay unos cuantos monstruos alrededor. -Paimon lucía entusiasmada a pesar del pequeño inconveniente.

-¿Y ahora cómo llegaremos allá arriba? No me siento muy escalador hoy. -Se cuestionó el rubio.

Una idea llegó a la mente de la marioneta, ya sabía como llegarían a por esos cofres y de seguro esa buena acción sería conveniente para contarle a la arconte dendro.

-Saben, con mi nueva visión anemo adquirí la habilidad de levitar y volar, si Aether me lo permite podría cargarle hasta los cofres -Comentó tratando de sonar lo más indiferente posible.

-¡Debiste decirlo antes! ¿Por qué dejaste a Paimon subir allá primero? -Se quejó la hadita.

-Para que te ejercites, ya que nunca haces nada. -su sonrisa maliciosa se hizo presente.

-Bueno, bueno, no discutan y sí, no me molestaría ser elevado hasta allá, mientras no me sueltes en medio del aire. -Aceptó el viajero, diciendo esto último en voz baja para no ofender al contrario.

-En ese caso... -En apenas unos segundos, varias marcas en el cuerpo de la marioneta se iluminaron de un verde azulado y con la misma rapidez cargó al viajero en sus brazos "al estilo princesa" y comenzó a elevarse con lentitud para evitar cualquier problema.

El rubio se abrumó por la espontaneidad del asunto y por miedo a caer, instintivamente se aferró al cuello del contrario, ni siquiera sabía por qué lo hizo si ya había caído de lugares mucho más altos con anterioridad y tan lesionado no había salido... Tan.

A mitad de camino, Wanderer se sintió extraño al tacto del viajero, se sentía cálido y acojedor, cosa que no le suele pasar con las demás personas, era el mismo sentimiento que apareció con el abrazo de hace un tiempo atrás, pero no era tiempo de cuestionamientos ni un debate interno, debía concentrarse de llegar al lugar correcto.

Unos pocos metros más y llegaron al destino, estando ya en la plataforma que era el gran hongo, se separaron para luchar contra los monstruos fúngicos que resguardaban el tesoro.

Con ambos peleando fue fácil deshacerse de ellos, teniendo el camino libre, cada uno abrió un cofre, encontrándose con varios puñados de mora que definitivamente costarían una vicita al bazar y quizá también a algún café por los alrededores.

-¡Perfecto! Tenemos más que suficiente con todo esto, ahora deberiamos ir volviendo a la ciudad, para gastar esto y para que Mr.Redención tenga una sonrisa aprobatoria de su profesora. -Definitivamente los tesoros le subieron el ánimo a Aether.

Podría decirse que el comentario molestó un poco al pelimorado pero no dijo nada ya que ni la pena valdría, sabiendo que el viajero tenía un planeador, voló con rapidez hasta el tope del "acantilado" y ahí esperó a los dos compañeros.

Estando ya todos juntos se dirigieron a la Ciudad de Sumeru, no sin antes armar una pequeña fogata, ya estando más alejados del lugar anterior.

Aprovecharon de cocinar unos hongos que habían por ahí cerca y unas porciones de pollo que habían almacenado anteriormente, haciendo brochetas con el resultado.

Todo el grupo comió, incluyendo al muñeco que, como siempre, no lo hizo por necesidad biológica, si no para descubrir el sabor de algo nuevo y quizás por compartir tiempo de calidad con los otros dos... Quizás.

Acabada la merienda, los dos jóvenes se sentaron en el suelo a charlar, el de ojos anaranjados comenzó, ya que estaban en paz y tranquilidad para poder comunicar su sentir.

-Sabes, estoy agradecido de haber aceptado esta aventura, me he dado cuenta que has cambiado y no eres la misma persona increíblemente cruel de antes y eso me alegra, es bueno tener aliados, claro, si tu quieres... Y por cierto, te perdono por lo que has hecho, luego de saber la historia completa y ver que te esfuerzas aunque sea un poco en mejorar me basta para ello. -Le dedicó una sonrisa acompañada de una risilla algo tímida.

Para el de ojos violeta, esas afirmaciones fueron suficiente para dejarlo en shock, ¿De verdad el viajero lo perdonaba genuinamente? ¿Todo lo sucedido no era un compromiso nada más? ¿Quería que fueran aliados? ¿Amigos? Y además todo eso acompañado de una de sus dulces sonrisas, por primera vez la marioneta sintió sus mejillas arder, lo cual no era para nada normal siendo él, pues, una marioneta la cual normalmente no reacciona de tal manera, pero supuso que era su parte humana saliendo impulsivamente al igual que cuando lloraba.

Se avergonzó de sus propias reacciones involuntarias y volteó la cara hacia otro lado, tapándose con una mano. El rubio quedó extrañado, pero intuyó que solo se tomaba su tiempo para procesar lo dicho.

Después de retomar la calma, Wanderer respondió. -Gracias... Por confiar en mí. -Dijo en un tono más bajo pero aue el rubio escucho. Se volteó dándole la cara al contrario. -Tambíen acepto ser aliado tuyo... Pero no pretendas que dejaré de molestarte y burlarme de ti y tus compañeros, ya ves que soy como soy.

Retornó a su típica actitud luego de sentirse tan liberado, más que nunca.

Paimon no sabía si poner cara de asco o enternecerse de la escena.

El pelimorado se levantó del suelo y reunió a todos para continuar la travesía de vuelta a ""casa"".

Tenía mucho que contar y preguntar a su mentora, sobre todo cosas relacionadas al enigmático joven.

Ah, y gastar el dinerito por supuesto.

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Hola, perdón por haber tardado tanto en este cap y también perdón denuevo si sienten que la trama va muy apresurada, no es mi intención pero no tengo mucho con lo que rellenar como dije anteriormente.
Espero les haya gustado y gracias por el apoyo. El scarasucia está aprendiendo a sentir que lindo.

⌗ꦸ𔘓 ꒰ Redención - ⟮Scaraether⟯ ꒱ ⿻⁺₊ (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora