Indeleble Parte I y II ~ [TERMINADA]

Capítulo 34.

NAYRA

Adexe me abraza con más fuerza, como si tuviera miedo de perderme y eso hace que me sienta peor.

Estoy tan confundida, no puedo evitar pensar en Ian, en todo lo que vivimos y sentimos, me veo a mí misma observándolo cuando estaba distraído, amando sus rizos, sus ojos verdes, su sonrisa…

—No —me separo del abrazo— Adexe no… puedo.

—Nayra…

—Te quiero, pero… no sé… no se si pueda… —me corto a mí misma.

No puedo hacerle esto y es que, también lo quiero a él, los recuerdos de todo lo que he vivido con él vienen a mi mente, los momentos felices, las sonrisas…

—Nayra por favor.

—Estoy confundida —niego— no sé qué hacer —retrocedo.

—No me hagas esto.

—Necesito tiempo.

—Nayra…

—Necesito tiempo para pensar las cosas, necesito estar lejos de los dos, lo siento Adexe —me doy la vuelta.

Mis ojos dan con los de Ian, encuentro culpa y arrepentimiento en ellos. Seguro está pensando que no debió haber venido. No quiero hacerlo sentir mal, sé que él no quería venir a confundirme ni hacerme daño, solo me extrañaba tanto como yo a él.

Tanto como yo a él.

Carajo.

Me armo de valor, limpio mis lágrimas y sigo andando.

—¿Estás bien? —pregunta cuando estoy cerca.

—Si, solo… necesito irme a casa, quiero estar sola.

Él solo asiente y lo rodeo para entrar a la cafetería. Él me conoce mejor que nadie y sabe que es lo que necesito.

Entro a la cafetería y me dirijo con el abuelo, le explico lo que pasa y después de insistirle mucho para que me deje ir sola, finalmente acepta.

—¿Estarás bien? —Matías llega conmigo, preocupado.

—Si, solo necesito irme.

—¿Quieres que te lleve?

—No, el abuelo te necesita aquí ¿estarás bien tú solo atendiendo a los clientes mientras llega Max?

—Si, no te preocupes.

—Nos vemos Matías.

—Nos vemos Araceli, cuídate.

Salgo de la cafetería, no hay rastro ni de Adexe ni de Ian. Mejor, no puedo verlos ahora.

Camino sin rumbo alguno, solo necesito despejar mi mente y controlar todo lo que siento en mi interior.

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No sé cuánto tiempo llevo dando vueltas, pero finalmente llego a casa de los abuelos encontrándome con el hermano de Adexe frente a ésta.