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—Ok-kay —susurró el castaño temblando de frío. No era secreto las temperaturas excesivamente bajas en esta época del año en Corea, la nieve eres hermosa y lo que quieras pero si tu cuerpo no estaba lo suficientemente abrigado lo resentía terriblemente—. Me lo merezco.

Aún después de haberle lanzado un vaso de litro y medio lleno de agua Jin se había lamentado comprar los pañales biodegradables del bebé, si pudiera, tendría uno de los desechables ya usados y eso le hubiera echado en la cara en vez de un vaso de agua helada, pero bueno, los sueños sueños son.

—¿I-Irás por otro vaso de a-agu-a? —preguntó el castaño aún temblando de frío al ver el semblante pensativo del rubio frente suyo.

—Me gustaría —menciona Jin sincero—, pero le haría daño al bebé permanecer más tiempo fuera —responde después de un silencio, el bebé en sus brazos ahora permanece quieto, atento a las interacciones por parte de los mayores.

—En-ntien-do —diablos, el agua le había escurrido hasta la espalda y la sentía recorrer toda su anatomía, creyó que después de haber recibido el agua en su chaqueta todo estaría bien, pero no contó con que Jin literalmente se lo dejara caer encima de la cabeza.

—Okay —después de un largo suspiro y de disfrutar las muecas que realizó NamJoon decidió empezar a hablar:—, pasa.

—Gr-acias —murmuró el castaño cuando Jin le dejó pasar en su casa, solo podía seguirlo cual perro.

—¿Por qué estabas de rodillas?, ¿Sabes lo raro que fue encontrarte así? —preguntó curioso, no quería imaginar los rumores si una de sus vecinas lo hubiera visto—, peor, ¿Si uno de mis papás hubieran abierto la puerta?

—Sabía que no pasaría —murmura con la mirada baja—, los vi salir anteriormente.

—Se fueron al menos hace una hora —aclara Jin, pero al ver a NamJoon inmutable haciendo saber que conocía de esa información le es inevitable sorprenderse—. ¿Has estado fuera de mi casa todo este tiempo?

—Sí —confiesa sin poderle sostener la mirada—, estaba a la espera de tener el valor y llamarte.

—¿Y eso te llevo fácil una hora? —exclama curioso el rubio, increíble que alguien estuviera fuera de su casa por más de una hora y él ni tenía idea.

—Me dio miedo —confiesa, y es que después de pensarlo un poco sabía que Jin tenía todo el derecho de cerrarle la puerta de cara y no querer escucharlo hablar.

—¿Y si alguien te hubiera visto? Recuerda que quieras o no, eres una figura pública —pregunta con el temor de que su vecina chismosa corra la voz y sus padres lleguen de imprevisto—, les parecería raro a los vecinos.

《Pues les pareció》, pensó NamJoon. Después de haber visto a los padres de Jin salir y permanecer frente a su puerta como 10 minutos sin reaccionar, un vigilante de seguridad se acercó a cuestionarle el porqué de su estadía, esta de más decir que NamJoon se sorprendió que una persona no fuera capaz de permanecer en la nada unos cuantos minutos sin que la difamen de delincuente.

—Llamaron a los de seguridad —comentó aún con el mal sabor de boca.

—¿A los? —preguntó curioso—, ¿pues cuántos vinieron?

—Tres —aclaró pensativo—, lo bueno fue que uno me reconoció de una revista y después de enseñarle mi ID dejaron de molestarme.

—Bueno, mínimo te dejaron en paz —intentó animarlo, al inicio su semblante denotaba nerviosismo, pero cuando empezó a contarle lo del incidente con los guardias sus facciones se volvieron más rudas demostrando su enojo con la situación.

Opción Perfecta ||NamJin|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora