capítulo 36

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Narra Dmetry.

Dos días después de que ella destrozada lo que me quedaba de mi madre.

Eso me ha herido y enojado bastante.

Nunca ha permitido que nadie toque lo que es de él.

Y ahí está ella no solo lo tocó si no que lo hizo mierda.

Siempre dice que le arruiné la vida, ella ha cambiado mi vida por completo.

No sé en que me he convertido después de haberme enamorado de ella.

He aprendido de ella... Todo el dolor que le he causado va en contra de como a mi criaron.

Mi padre me decía que teníamos que cuidar de ellas y hacernos respetar. Que las mujeres tenían el poder de controlarnos y convertimos en lo que ellas quisieran. Me dijo que me convertiría en la cabeza de la familia y así fue. Para poder enfrentar el mundo que me esperaba tenía que ser fuerte con todos sin excepción ninguna.

—¿Sabes hijo? Yo espero que lo que te digo nunca se te olvide. Eres mi primogénito, mi hijo fuerte que liderará este negocio y lo vas a expandir porque yo creo en tí y creo en lo que podemos lograr si sigues mis pasos. Por eso te digo qué, ser débil nunca debe ser tu última opción. Descártalo. No cometas el error de convertir a una mujer en tu punto débil, porque ella te destruirá por completo. Se llevará todo lo que tienes y te dejará solo.

—¿Por eso le gritas a mamá? ¿Para que no sea tu punto débil?

—¿Has visto a tu madre llorar  o quejarse? Tu madre entendió cuál es su papel como esposa y mujer ante la sociedad, y así deberían de ser todas, entender que deben servir a su marido o hombre que esté a su lado. —Comenta limpiando su arma con un pañuelo blanco. —Primer paso, no trates a las mujeres de la calle como si fueran tuyas, solo es algo que usas y desechas, hay un sin números de pasos para dominarlas. Pero para conseguirlo tienes que asegurarte de que sea tuya. Recuerda mi regla de oro, lo que es tuyo nadie lo puede tocar y quién lo haga debe morir, es la regla que me ha mantenido vivo durante todo éste tiempo. No permitas que nadie te quite lo que es tuyo. Y si quieres algo vé a por él, que importa el cómo lo hagas, solo hazlo. Recuérdalo. —Me da el arma para que apunte. —Mira atentamente al centro, visualiza bien ese punto en marcha y jalas el gatillo.

Hago lo que me dice perforando la pared de entrenamiento.

—¡Lo has conseguido! Ese es mi muchacho. Serás grande como tú padre.

—¿Por qué no trajiste a Sasha también?

—Sabes que tú hermano le gustan más esas cosas de las escuelas, te dije que el no está hecho para estas cosas, pero tú sí lo estás, cuando yo no esté tú cuidarás de él y de tu madre. Lo harás muy bien.

—No menciones a la muerte papá.

Se ríe. —Hijo mío, es lo más seguro que tenemos después de haber nacido.

Recordar esos momentos me trae nostalgia.

Miro hacía la ventana de mi habitación.

Observo el paisaje nocturno iluminado por los rascacielos que bañan la ciudad de nueva York.

Me sentía sin rumbo, lo mejor que pude hacer es alejarme de ella por un tiempo hasta poder recuperarme.

Como había dicho mi padre, convertir a una mujer en tu punto débil puede arruinarme.

Estaba a punto de caer por ella.

¿Cuánto tiempo podré pasar sin ella?

¿Seré capaz?

YO SIEMPRE CONSIGO LO QUE QUIERO Where stories live. Discover now