43. Futuro

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Nicky estaba completamente nerviosa cuando subió al avión.
Había estado pensando en simplemente llamar a Lorna y decirle todo lo que había reflexionado respecto a la boda, y lo mucho que la quería, pero no le pareció suficiente.
Su novia era el ser más maravilloso que había conocido en toda su vida, y ni siquiera hacía falta preguntar quién era en su mundo, porque prácticamente la castaña la había salvado de una vida vacía y de perderse en las drogas porque era prácticamente el único lugar seguro que conocía antes de Lorna.

La pelirroja la había amado desde la primera vez que habían discutido por la manera en que arrojaba la colilla de un cigarro fuera del cenicero en la parada de autobuses frente al centro comercial.
Se conocían porque tomaban algunas clases juntas, pero Nicky no era el tipo de chica para ella, o eso creía hasta que se habían conocido de verdad.
Y desde entonces, habían sido inseparables. Claro que habían peleado de formas terribles y por tonterías, además que rara vez estaban de acuerdo en algo, pero se amaban indudablemente.

Nicky recordó con una sonrisa llena de nostalgia la ocasión en que esa pequeña castaña la había enfrentado completamente molesta por su descuido con el cigarrillo, a lo que, desde luego, la pelirroja le restó importancia con esa sonrisa de lado que siempre le mostraba a la gente para no darles importancia, lo que desde luego enfureció más a Lorna, al grado de gritarle frente a las personas que pasaban por ahí lo irresponsable y descuidada que era.
Y luego de ello, habían compartido una serie de palabras altisonantes y burlas por parte de Nicky que pronto se convirtieron en una cachetada que solo hizo que Lorna se sintiera más avergonzada.

Las cosas desde entonces habían sido diferentes entre ellas y cada vez que se encontraban en el campus, Nicky le sonreía y Lorna solamente bajaba la mirada con completa irritación. Hasta que un día se decidió a enfrentarla de nuevo y no hubo vuelta atrás, pues en vez de recibir pelea, la pelirroja simplemente le dijo lo linda que le parecía y lo mucho que le gustaba verla, aunque fuera molesta, y que sería descuidada las veces que hicieran falta para tenerla frente a ella discutiéndole sobre cualquier cosa.
Esa confesión hizo sonreír a Lorna, aunque por más que intentó fingirlo, simplemente no pudo resistir a tanta coquetería por parte de esa chica que pronto se vio lejos de su amiga pelinegra para ir detrás de ella cada vez que se la topaba, invitándola a salir hasta que terminó aceptando, y el resto era historia.

Definitivamente no quería darle fin a toda esa historia de amor que le había dado los momentos más lindos de su vida.
No estaba lista para dejar todo lo bueno que Lorna le había traído a su mundo, ni mucho olvidarse de esa historia de amor que la había tenido enganchada desde hacía tanto tiempo y que por más que estuviera acostumbrada a la castaña, jamás tenía suficiente de ella.
Así que sí, efectivamente se merecía al menos la presencia de Nicky para enterarse sobre la situación que no dejaba dormir a la pelirroja, por más que aquello le costara tanto para expresar.

Y sucedió exactamente lo que la pelirroja se había imaginado, pues Lorna estalló en enojo y reclamos cuando su prácticamente prometida le estaba pidiendo un poco más de tiempo para solucionar sus conflictos y reencausar su relación hacia el equilibrio que tanto les hacía falta.
Y seguramente lo que Lorna había escuchado era que no quería casarse con ella o alguna cosa parecida, puesto que sus lágrimas de decepción hicieron a Nicky sentirse culpable por haber hablado sobre todo eso para su propia tranquilidad.

Intentó disculparse, pero las palabras de Alex y Piper resonaron en su mente haciéndola entender que, aunque las cosas habían tomado ese rumbo, jamás había sido su intención lastimar a nadie, mucho menos a la persona que más amaba en el mundo, la única que la había visto como un diamante mientras que el resto solamente la distinguía como un trozo de carbón pretendiendo brillar.
Lorna era todo lo que tenía, la única que de verdad se había interesado por ella y que la había hecho tomar un rumbo diferente a lo que habría definido para su destino.

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