Chapter 7

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Mori los había llevado de regreso a la sede de la Port Mafia. No pagó tanto dinero para que sus huérfanos se escaparan.

Les ofrecía cena y un postre que había comprado recientemente. Ryūnosuke estaba fascinado al ver tanta comida, aun cuando no le agradaba mucho estar en ese lugar, se sentía seguro con Osamu a su lado.

El castaño cenaba al lado derecho de Ryū, todos sobre sus cojines en una mesa de piso. Chūya miraba disimuladamente la manera en que Dazai saboreaba sus alimentos. Le parecía lindo, cuando negó varias veces con su cabeza para salir de sus pensamientos. ¿Cómo se suponía que iba a enamorarse del tipo que odiaba? Era imposible.

— Chūya, me estás mirando. ¿Por qué eres tan bobo?

Preguntó Dazai sin ni siquiera voltear a ver, sólo sentía la mirada del pelirrojo puesta en él desde hace un rato. Ryū rió divertido.

— ¡N-No te estaba viendo, Dazai! No te sientas importante.

Se negó avergonzado, con ligero rubor en sus mejillas.

— Mami, ¿por qué no podemos salir de la casa de Mori-san? Quiero ir al kinder como los demás niños.

Hubo un silencio de segundos. Osamu sonrió y palmeó tiernamente la cabecita de su azabache.

— Algún día seremos libres y podrás ir a la escuela, Ryū.

En ese momento, Mori entró al cuarto comedor y tomó asiento en uno de los cojines. A los jóvenes les pareció extraña la acción y se incomodaban por su presencia.

— Dazai-kun, Chūya-kun, saben que ser un miembro de la Port Mafia involucra no temerle a la muerte y estar consciente de que en cualquier misión podrían terminar con su vida. ¿Lo saben, verdad?

— Claro.

Contestó Chūya con rapidez, atento a lo que su superior le decía. Por su parte, Dazai se mantenía callado, envolviendo sus fideos con sus palillos.

— ¿Dazai-kun? ¿No estás de acuerdo?

— Mori-san... Usted sabe que mi sueño era morir tranquilo y sin dolor. Pero mi sueño cambió... Quiero vivir libremente con mi hijo y ser felices. ¿Habrá alguna manera de salir de la Port Mafia y dejar de estar involucrado?

Para Mori Ougai, no era conveniente que Chūya o Dazai abandonaran su organización siendo dos adolescentes con habilidades muy poderosas. Debía convencerlos a cómo diera lugar, y si no accedían, volvería a tenerlos a la fuerza siendo parte de la mafia.

— Dazai-kun. Cuando creí que te perdía por completo me preocupé. Eres de los pocos que son bastante funcionales dentro de la Port Mafia junto con Chūya-kun.

Mori palmeó un par de veces la cabeza del joven del vendaje. Le tenía gran respeto y admiraba su inteligencia. Veía en Dazai la capacidad de ser el futuro jefe de la Port Mafia por sus habilidades.

— Gracias, Mori-san. Pero quiero que mi Ryū tenga una vida normal y feliz como los niños de su edad, fuera de la mafia.

— ¡Mami también quiere ir a la escuela, Mori-san!

Intervino Ryū. Recordaba aquellas pláticas que tenía con Dazai en el orfanato sobre su carrera ideal. Dazai estaba interesado en ser médico pediatra y poder curar a todos los niños enfermos que llegaran a su consultorio, al mismo tiempo que atender a Ryū cada vez que enfermara.

— ¿Eso es cierto, Dazai-kun?

Cuestionó Mori. Chūya comía lentamente para prestar mejor atención. A pesar de que veía día y noche a su compañero del orfanato, jamás platicaron de manera sana y sin pelear.

ESCLAVOS DE LA PORT MAFIAWhere stories live. Discover now