Chapter 2

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Habían transcurrido dos días desde su llegada al cuartel de la Port Mafia. Para Chuuya y Dazai esos días habían sido relajantes, y para Ryūnosuke, sólo había sido juego y diversión.
Traían sus nuevos trajes de la Port Mafia, incluyendo al más pequeño, y estaban por recibir la primera orden de Mori.

- Buenas tardes, mis queridos niños-. Saludó con sarcasmo, tomando a Ryū en brazos.

- Buenas tardes, señor-. Saludaron en respuesta, haciendo una reverencia de cortesía.

- Como sabrán, ustedes han sido acogidos por la Port Mafia y yo soy el jefe. He venido a traerles las primeras indicaciones y al mismo tiempo, sus trabajos. Si no lo realizan en el tiempo adecuado, tendrán un castigo-. Explicó.
- Conozco sus poderes, y sé que se odian mutuamente, pero tendrán que trabajar en equipo si no quieren sufrir castigos pesados.

Chuuya se veía interesado en trabajar para la mafia. Prestaba atención a las indicaciones y estaba dispuesto a cumplirlas con o sin la ayuda de Dazai. Por su parte, al joven del vendaje le era indiferente si cumplía o no con la misión de Mori. Sabía que podía si lo intentaba, era muy capaz. Pero también, estaba tan acostumbrado a los "castigos" de todo tipo que esperaba ser castigado y torturado hasta la muerte, pues morir era su mayor deseo.

- ¡Entendido, señor Mori!-. Accedió el pelirrojo, mostrándose motivado. Dazai chasqueó la lengua con enfado.

- ¿Qué me dices tú, Dazai-kun?-. Preguntó al verlo desinteresado.

- Lo haré. Sólo dígame de qué se trata-. Contestó. Cruzó sus brazos y posó su mirada en Ryūnosuke, quien parecía incómodo en los brazos de Mori. - Mori-san, ¿qué papel jugará el niño?

A pesar de que Ryūnosuke era producto de violaciones, abusos y castigos constantes, Dazai lo quería y se preocupaba por él. Era su hijo después de todo y le había costado mucho tenerlo. Estaba decidido a no decirle sobre su parentesco a Mori e incluso pidió a Ryūnosuke que no comentara nada.

- Este niño también será parte de la Port Mafia, Dazai-kun. Cuando él tenga catorce años, serás tú quien le enseñe a ser buen ejecutivo de la mafia. Tengo la sensación de que serás muy bueno para esto.

Esas palabras causaban celos en Chuuya. ¿Por qué el jefe de la Port Mafia halagaba tanto a Dazai cuando nadie lo había hecho jamás? Él también podría ser buen ejecutivo, ¿por qué sólo Dazai? No lo comprendía.

- ¡¡¿Y qué hay de mí?!! ¡¡¿Cree que no seré un buen mafioso?!!-. Interrogaba molesto, mientras se ponía sus guantes negros y sombrero.

- Ambos serán muy buenos, Nakahara Chuuya-kun-. Respondió con seguridad. Bajó a Ryūnosuke de sus brazos y lo tomó de una mano.
- También este niño.

Entregó una carta a Chuuya, con las indicaciones de su primera misión en equipo. Caminó de la mano con el niño, hacia la puerta de la habitación. Se lo llevaría a otro lugar de la Port Mafia, lejos de Dazai y Chuuya.
Ryūnosuke volteaba a ver a Dazai, estirando su brazo libre hacia él, y derramando lágrimas. Lloraba en silencio.

- ¡D-Dazai-san!-. Dijo, para no decir "papá" como acostumbraba en el Orfanato cuando nadie estaba cerca.
Dazai fingió una sonrisa.

- Ve, Ryūnosuke. Nos volveremos a encontrar más adelante-. Fue su manera de despedirlo, fría y cortantemente. Le prestaba atención hasta perderlo de vista detrás de esa puerta.

Chuuya terminó de leer la carta y se sentó a la orilla de su cama, suspirando.

- ¡Oye! Pareces idiota mirando a la puerta. ¿Por qué no dejas ir a ese mocoso ya? ¡Sólo ha sido un estorbo para tí, una pesadilla! ¿Acaso le tomaste cariño a tu desgracia?-. Decía con burla.

ESCLAVOS DE LA PORT MAFIAWhere stories live. Discover now