31

58 8 2
                                    

2018

Esa noche Bianca no lograba dormirse. No podía terminar de entenderse a sí misma. Ella había buscado el encuentro, lo había disfrutado, no podía esperar nada de parte de él. Normalmente, no hubiese querido nada de él. Pero por qué estaba molesta entonces. 

Giraba en su cama, sin encontrar respuestas cuando su teléfono sonó. Un mensaje en la pantalla anunciaba un whatsapp de un número no agendado. 

ME PODES EXPLICAR QUE ME HICISTE QUE 

NO PUEDO DEJAR DE PENSAR EN VOLVERTE A VER

Bianca se incorporó en la cama y encendió la luz. Miró la foto de perfil, donde un sonriente Martin lucía una gorrita azul y una sonrisa se dibujó en su rostro. No sabía muy bien cómo responder, eligió usar el emoticón que lleva los ojos de corazón. En seguida Martin le respondió.

ESPERO NO HABERTE DESPERTADO

Bianca se puso un poco más cómoda y le respondió.

NO ME DESPERTASTE. ¿CÓMO TE FUE EN LA CENA?

Esperando no sonar como un reproche, aguardó ansiosa la respuesta.

CREO QUE BIEN. ME QUIEREN OFRECER UN PUESTO DE DIRECTOR, LA CENA ERA EXCLUSIVAMENTE PARA MI. NO HUBIESE QUEDADO MUY BIEN SI NO ME PRESENTABA. 

Bianca volvió a sentirse animada y tecleó:

ESPERO NO HABERTE DEMORADO DEMASIADO.

Martin que estaba recostado en el sillón de su departamento se rio y abriendo una lata de cerveza que había decidido tomar continúo escribiendo.

VALIO LA PENA.

Continuaron chateando por una hora, un poco de trabajo, un poco de la vida y con muchas indirectas que los hacían sonreír. Cuando Bianca se dio cuenta de que eran las 3 de la mañana le escribió.

NO PUEDO CREER LA HORA QUE ES. MEJOR LA SEGUIMOS MAÑANA.

Martin sorprendido por la velocidad con la que se había pasado el tiempo y con muchas más ganas de volver verla le escribió.

DALE, MAÑANA TE PASO A BUSCAR A LAS 12, 

PONETE CÓMODA QUE TE VOY A LLEVAR 

A ALMORZAR A MI LUGAR FAVORITO

Bianca abrió los ojos con sorpresa. La estaba invitando a salir. ¿Cómoda? ¿Qué quería decir con eso?

¿COMODA? ¿ME TENGO QUE ASUSTAR?

Martin se río y  le respondió.

NUNCA, SIEMPRE PODES CONFIAR EN MI

Esas palabras fueron como una lluvia helada para Bianca. La presencia de Benjamin que había evitado toda la noche se apareció cuando menos los imaginaba. Recordó su gesto cuando se lo dijo en aquella primera cita y la emoción la invadió. Sabía que no estaba haciendo nada malo, pero no podía entregarse libremente. Cerró los ojos e intentó ordenar sus sentimientos. Martin era un chico lindo con el que estaba intentando pasarla bien, tampoco era que se había enamorado, era tiempo de volver a vivir, debía vencer sus propias barreras e intentar volver a disfrutar de algo. Con el corazón latiendo, luchando contra sí misma, a toda velocidad tecleó.

TE ESPERO A LAS 12

Volver a bailarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora