Capitulo LXXXVII

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Aarón me susurra, diciendo que lo suponía, habían rumores de que Mammón había tenido un hijo con una humana. Pero no creyó que fuera cierto.

Al principio no entendía por qué meterse con una humana, pero si Mammón es el padre de Casey, puede imaginar que su hijo podría gobernar un gran imperio y quizás todo el mundo.

Su avaricia ocasionó la traición hacia Noah y toda su familia.

Que cruel.

No puedo creer que en mi primera vida era hijo de alguien así.

Al menos me alegra de morir a temprana edad, si me hubiese quedado más tiempo y averiguado lo que hizo mi verdadero padre...

Sentiría náuseas.

Y aún me parece asqueroso.

Lucifer suspira.

-Había escuchado rumores, pero no pensé que fuera Casey el hijo.

-Esa cosa mató a alguien importante para mí-dice Muerte, sus ojos brillan con más intensidad.

-Te pido perdón en su lugar.

-No hagas eso.

-Me encargaré de Mammón.

Muerte sonríe con maldad.

¿Que hizo está vez?

-Mejor busca un reemplazo.

Lucifer no parece sorprenderse.

-No hagas nada más estúpido.

Y se va después de decir esas palabras.

Muerte golpea la pared, su puño queda marcado y el respira intentando calmarse.

-Esto no servirá.

Le escucho decir antes de que se vaya.

Tengo que hablar con el, y decirle lo que me dijo Dios.

Le explico a Aarón sobre lo que me habló Dios, menos la parte de que estoy embarazado y que conocí un futuro triste. El aprieta sus dientes enojado.

-Otra vez con sus órdenes...

Lo siento, no tienes que saber que es un trato.

-Ire a hablar con Muerte, no puedo dejar que destruya la otra dimensión.

Aarón me da un beso en la frente.

-No te he visto comer.

-Dile al chef que me prepare algo rico.

El sonríe.

-¿Algo más rico que yo?-me susurra tocando mis labios.

Sonrío, ¿Cómo podría...?

-Nadie es más rico que tú-le respondo y le doy un beso corto.

Se ríe y me dice que vaya antes que el pastel sea otra cosa.

Me voy con una gran sonrisa.

Me hace feliz.

Por eso, lo protegeré con todo mi poder.

No importa si es un mestizo, le mataré, y ni su alma quedará.

Una cosa molesta no puede tocar a mi familia.

Ni siquiera atreverse a acercarse a ellos.

Veo a Muerte tomar, ¿De dónde saco esa petaca?

Me siento a su lado, el me ofrece, pero rápidamente retira lo dicho.

-Olvide que estás embarazo.

De todas formas le agradezco por la oferta.

-¿Que hay de el?-le pregunto-¿Has encontrado su alma?

Muerte aprieta el frasco.

-Lo encontré.

¿Entonces?

-Pero él no me recuerda.

Se toma un sorbo.

-Y yo soy la Muerte.

Noto el dolor en sus ojos.

Al menos se calmó y ya no están rojos.

-Sacame una duda-el me mira-¿No estás con el Cuarto Anciano?

Muerte escupe lo que estaba tomando, y se ríe en el proceso.

-¿Que....? Pfff....¿De dónde sacas...?

Me avergüenzo.

-¡Les ví coqueteando!

Todas las veces que entrenaba con ambos, ellos dos soltaban cualquier estupidez y nombres tan...

Juro que no miento.

-Eso...son solo bromas-el vuelve a reírse- no somos nada.

Pero, ¿Por qué se veían tan bien juntos?

-¿Realmente no lo son?

-Somos amigos.

Claro...¿Y lo que estaban haciendo era para reforzar la amistad?

-¿Por qué no vas donde el chico de ojos dorados?

El se queda en silencio un momento.

-¿Sientes inseguridad?

El vuelve a beber y maldice por qué no le queda.

-Sinceramente, no se lo que siento, esperé tanto por el, y lo ame de la misma manera en su momento...pero ahora...no se, se siente diferente.

-¿Ya no lo amas?

Muerte no me responde y mira el cielo.

-Lloverá.

Nos levantamos, el saca su paraguas negro y me cubre cuando la lluvia cae.

-Tal cómo dices, estoy confundido.

La lluvia cae en su rostro, pero de mi boca no sale ninguna palabra.

Continúa con lo que dirás...

-Puede que lo mío con el Cuarto Anciano sea solo un juego, o puede que no. Pero ahora mismo, no se a quien amo.

Está eligiendo, entre su primer amor, o quizás, el amor de su vida.

-Solo el tiempo me lo dirá.

Agarro su paraguas, y nos cubro a ambos.

-Sigue a tu corazón, Muerte.

El me sonríe.

-Lucas.

-¿Si?

-Aarón lo sabe.

¿Mm? ¿Que sabe Aarón?

El me da la vuelta y me hace mirar a pelinegro de ojos azules.

Ambos nos miramos por un buen tiempo, Aarón tiene un paraguas en su mano, que lindo, supo que estaba afuera y que me podría mojar.

Siento a Muerte susurrar.

-Aarón sabe que estás embarazo.

Soy el príncipe de un libroWhere stories live. Discover now