𝐈𝐜𝐞 𝐂𝐫𝐞𝐚𝐦┃𝐂𝐡𝐚𝐞𝐧𝐧𝐢𝐞 𝐆!𝐏

5.

—¿Ma-mande?

—Jennie, estoy en tu regazo, sintiendo tu erección en mi entrepierna y me estoy excitando, por favor, quiero chupártela y después quiero que me la metas.

—¿Ya? —la menor suspiró, y llevó sus manos a su rostro, frustrada. Sólo rió, tratando de ocultar la frustración, y la miró.

—¿Nunca te la han chupado? —y el rostro confundido de Jennie le hizo saber que era así.— ¿Nunca has tenido... sexo?

El sonrojo que atacó su rostro le demostró que en realidad la mayor, puede que nunca, ha tocado a una mujer desnuda o la ha visto fuera de los manwhas o algún vídeo sucio.

Rosé la vio fijamente mientras acariciaba su mejilla con su lengua, y cerró sus ojos. Cierto, había olvidado que quería chupársela a una otaku friki que su único pasatiempo era jugar videojuegos y leer manwhas eróticos.

Sólo negó y bajó de su regazo, sentándose junto a ella. Jennie comenzó a jugar con sus dedos mientras se hacía bolita y miraba sus dedos, nerviosa, tragando saliva.

—A los quince besé a una chica...

—Está bien, Jen. —sacó su celular, viendo la hora. Apenas eran las 9 y ella no quería volver a su departamento de nuevo. Sólo suspiró.

—Es sólo que nunca me han... me han tocado, o, no me han dicho esas cosas...

Roseanne mordió su labio mientras la volvía a ver, poniendo ojitos.

—¿Nunca te preguntaste cómo se siente? —comenzó a pestañear varias veces, acercándose a ella y posando su mano en su muslo, sonriendo.

—Bu-bueno, ehm... —su pequeña sonrisa pervertida le hizo saber a Rosé que su mayor no era esa inocente que se sonrojaba por cualquier cosa, y sonrió, comenzando a acariciar con su dedo ese muslo que estaba cubierto por el pantalón.— So-sólo me han dicho que se siente bien...

—¿Y no te gustaría sentirlo? —vio como la rubia arqueó sus cejas mientras veía la tele en el menú de selección de personajes, evitando mirarla.— Saber cómo se siente...

Se acercó a su cuello, y subió a su oreja, atreviéndose a chuparla, llevando entre dientes y haciendo a Jennie gemir bajito para apretar más sus piernas y suspirar, cerrando sus ojos. Tragó saliva de manera fuerte.

—He tenido curiosidad... —admitió mientras veía a Rosé fijamente, ahora, pero después bajó su mirada de forma tímida.— Rosie... tú, tú quieres hacerme una felación, ¿Verdad?

Qué correcta era su mayor, fue lo que la menor pensó mientras acariciaba su rostro y asintió, besando su mejilla, y después su quijada.

—Entonces, yo... Dios... soy una pervertida. —volvió a llevar sus manos a su rostro y se quejó sonoramente.— ¿Puedotocartuspechos?

—¿Mande? —la menor se acercó a ella tratando de comprender las palabras de la más alta, que tragó saliva y volvió a jugar con sus dedos.

—Si yo... ya sabes... ehm, to-tocar tus... pechos.

Y Rosé sólo tomó las manos de la menor poniéndolas en su pecho izquierdo, haciendo a la menor gemir de forma rápida.

—Puedes tocarlos todo lo que quieras, cariño. —y notó cómo la menor se convirtió en una cereza de forma rápida.