30.

247 28 0
                                    

—¡Amor, ya llegué! Nayeon nos mandó pastelillos que hizo con su mamá, la verdad le quedaron deliciosos, me comí lo restantes de su casa... ¿Todo bien? —apenas prendió la luz, suspiró aliviada al saber que no era una fiesta sorpresa, porque no había nada de decoración.

Alzó una ceja mientras entró a la cocina para llevar los pastelillos a algún plato, sintiendo su corazón latir.
Con una mano alisó su cabello, chasqueando su lengua al sentirlo levemente húmedo, mientras la otra levantaba su reloj para verlo, causando confusión.

—Amor, ¿no llegué antes que la sorpresa? —sacó su celular caminando al cuarto, pero apenas vio la pequeña sala de Rosé, ahí vio, a una pelirosa. Frunció su ceño al darse cuenta que no la notó apenas entró, pero carraspeó.

Se acercó sólo para ver si no era un maniquí, pero los ojitos de Rosé la hicieron abrir sus ojos, sorprendida.

—Te te-teñiste al mismo tiempo que yo, somos go-

—¡Capitán Kim! —la nombrada sólo abrió su boca y frunció su ceño, pero apenas vio cómo estaba vestida su novia... no supo qué decir.

Su vista bajó a sus piernas, queriendo evitar su cintura porque sabía que se iba a perder ahí, y tragó saliva al diferenciar los cuernos cafés que se enredaban sobre su piel cubierta de malla.

—¿Es el... es el... Dios... ¿Estás haciendo cosplay de Historia? —si hasta tenía los pupilentes. Jennie abrió su boca y comenzó a saltar emocionada donde estaba, abrazándola, chillando— ¿Puedo tomarte una foto? ¿Podemos ir a la convención ma-

—Capitán, ¿qué le parece si comenzamos con, compensarla a usted por su gran trabajo? Ya sabe, estos días ha estado trabajando tan duro y con demasiado empeño en mí, que quiero agradecerle. —su labio que minutos antes fue pintado por tinta roja fue mordido, casi arrastrándolo, y apenas hizo eso, la ahora rubia se sonrojó, abriendo sus ojos.

—¿Qué hice? —preguntó, más no refutó en el momento que la otra la sentó en el suelo en un movimiento sutil. Rosé se acercó a ella gateando, haciendo que la otra parpadeara un montón de veces que perdió la cuenta. Se acercó, sosteniendo su rostro con su dedo, haciendo que la vea.

—Follarme todos los días sin descanso, lo ha hecho perfecto, pero es momento de que yo tome el control, capitán —dejó un piquito en sus labios, sonriendo—. No ha habido tiempo para que yo la monte, ¿sabe? Y sé que mis caderas harán que te corras en segundos.

—¿Lo ha-harán? Oh sí... —la manera en la que se sonrojaba y no apartaba la mirada de su rostro, cómo poco a poco sus mejillas se enrojecían junto a su nariz, la forma en la que hasta comenzó a sonreír, de seguro por sólo imaginarlo.

Su pequeña pervertida, pero en cuanto sintió un bulto endurecerse en su muslo, se recordó que no era pequeña. Tragó saliva mientras se acercaba a besarla, sentándose en su entrepierna, comenzando a moverse sólo para sentir cómo poco a poco ese nombrado bulto se endurecía más y más hasta querer salir, porque lo pedía a gritos.

Sus besos bajaron de sus labios a su cuello, donde comenzó a morder y a besar, y después a su hombro, besando sobre la sudadera de SpiderMan que llevaba su ahora, no-tan-inocente rubia.
Rió, viéndola, viendo el rostro de Jennie con sus cejas alzadas, hablando bajo. Entendió.

—Por favor escúpeme...

—¿Alguien quiere ser liberado ya? —la rubia asintió, pero volvió a hablar, casi necesitada.

—Písame, pégame, escúpeme, maltrátame, yo... por favor, escúpeme. —¿Una situación donde quiere someterse y comenzar algo más kinky? Rosé sonrió viéndola, acariciando su polla marcada entre sus pantalones, mordiendo su labio.

Casi no había explorado esa capa de Jennie, pero que ahora esté frente a ella, pidiendo casi a gritos lo kinky, un brilló se activó en sus ojos. Acarició su mejilla.

—Pero capitán, ha sido muy buena, yo no debería hacerle todo eso por cumplir su duro trabajo al pie de la letra, siempre me folla bien, me obedece, con su gran polla me hace venir como nadie lo ha hecho, usted me hace sonrojar por lo que está diciendo, jamás pensé que pidiera eso...

—Rosie dejando el rol de lado, por favor escúpeme, tu cosplay de Historia es genial, por favor, hazme lo que quieras, es el mejor regalo que me han dado. —la ahora pelirosa carcajeó, buscando el botón del pantalón de la otra pero encontró algo, un cinturón.

Alzó su ceja mientras se lo quitaba, mostrándoselo.

—Pero aunque la capitana fue buena, quiero darle un toque a esto. —con sólo una mirada le pidió sus manos, que se las cedió al instante, y comenzó a amarrarla con el cinturón, con ese viejo truco. Sonrió.

—No sabía que podías hacer esto —habló sorprendida, viendo cómo sus dedos comenzaron a enredar el cinturón entre sus muñecas, pero luego aterrizó—. ¿Esto significa que no podré tocarte? Pero... tu cintura con ese traje se ve espectacular, quise tocarla apenas la vi... R-

—Te la pondré de correa, entonces. —la sonrisa de la mayor apareció, haciendo que la pelirosa sólo sonriera, viéndola.
Sí, la amaba, mucho.

Apenas notó que la correa no le apretaba mucho, sonrió satisfecha al ver que funcionada de manera satisfactoria, haciendo a la rubia sonreír mientras saltaba, casi meneando sus cadera, tierna, pero apenas bajó a su entrepierna...
¿El panel puede ponerse de tono morado oscuro, por favor? Mejor.

Mordió su labio de nuevo, besando su bulto sobre su pantalón. Alzó su ceja, levantando la camisa hasta su bralette, viéndola mientras una mano viajaba a su pecho.

—¿Sabes masturbarte?

—¡Cla-claro que sé! ¿Quieres que lo haga frente a ti? —Rosé asintió, apoyándose en su mano mientras veía el miembro de la rubia, pero apenas aterrizó, parpadeó.— ¿De verdad?

—Claro que sí, quiero verla en acción, capitán. —una sonrisa pequeña apareció en su rostro, una maliciosa, y la rubia sólo asintió un par de veces, asintiendo.

Sus manos viajaron a su pantalón para bajarlo al mismo tiempo que su bóxer, mientras se paraba en sus propias rodilla, carraspeando. Sus dedos primero acariciaron su cabeza, pero se sonrojó, viéndola.

—¿Podemos pasar al cuarto? Me da penita en la sala...

Y Rosé sonrió tierna, como si el motivo de esa sonrisa no haya sido imaginarse a ella misma saltando en esa polla, provocando el sonrojo y nerviosismo de la rubia.

𝐈𝐜𝐞 𝐂𝐫𝐞𝐚𝐦┃𝐂𝐡𝐚𝐞𝐧𝐧𝐢𝐞 𝐆!𝐏Where stories live. Discover now