Capítulo 46 - Causas

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Dos semanas después.

Michael había estado todos los días hábiles en Nueva York junto con Tessa. Ambos hicieron el traspaso de acciones según lo estipulado y concluyeron el contrato adquirido por la empresa de Tessa. Reestructuraron el contrato que estaba pendiente, ya que Macarena se rehusó a cortar lazos con ellas. Y el moreno recibió una oferta del departamento financiero por toda su intervención en la transacción bursátil; y necesitaban personal ya que, con todos los acontecimientos, Macarena había firmado el despido de varios empleados que habían caído en las trampas de la Junta Directiva anterior. Él lo estaba pensando mientras fungía de asistente de Tessa en lo que ella necesitara.

Bárbara hablaba con Tessa de temas estrictamente laborales referentes a Macarena y su empresa; todavía estaba hermética a cualquier intento de su amiga por hablar de los acontecimientos. La castaña medió ante Macarena para darle más tiempo a su amiga, pues estaba al pendiente de su madre, la cual esa semana ya empezaba a superar la crisis y pasó a estar con diagnostico estable a mediados de semana.

Ese día Bárbara se despejó un poco, fue a su apartamento, pero su prioridad era trabajar. Ya se sentía en sus cabales para retomar varios asuntos. Después de refrescarse y comer, llamó a su tía para saber de su madre. Al colgar la llamada, y para estar segura, hackeó el sistema de la clínica y buscó el boletín de novedades de la habitación de su madre y confirmó la información, creando una alarma para notificarle de cualquier cambio.

Luego hizo sus ejercicios de estiramiento de sus brazos, manos y dedos, sentada delante de su laptop, y comenzó a trabajar.

Tres horas después había terminado, al menos una muy buena parte de todos sus pendientes, y solo así es que se fue a reposar en su cama. Tenía días sin dejar descansar su columna adecuadamente, por ello, apenas tocó su lecho quedó rendida.

—¡Balo, me va a matar! —comentó Tessa a Michael, ambos en la oficina atentos a sus portátiles.

—Por lo que veo a ti también te escribió —respondió sin apartar su atención de la pantalla.

—Sí, esperaba con ansias que se conectara, pero ya me quitó el entusiasmo...

—Yo por lo menos tengo definido lo que me toca terminar por hacer, aunque obvió mi correo en el que le mandé la propuesta de trabajo que me hicieron aquí.

—¿No has decidido aún? —quiso saber.

—Esperaba de ella un consejo, me gusta la propuesta. Mucho. Pero cambiar de ciudad y todo es drástico.

Tessa suspiró sonoramente y bajó la tapa de su laptop, se incorporó. Caminó por un vaso de agua.

—Ella aprobó los términos del nuevo contrato —comentó, bebió un sorbo y luego continuó—. Pero va a trabajar remoto, las horas de trabajo aquí quedan a mi cargo o para la persona que contrate para este puesto bajo su dirección. Ya mandó el cartel de actividades y todo. Es demasiado rápida.

—Entonces, ¿te vas a mudar aquí? —El moreno igualmente se levantó para buscar algo de agua fresca.

—Me tocará, al menos por los seis meses que vienen. Eso le correspondía a ella.

Los dos se miraron con pesar, sabían que el tema se estaba complicando. Caminaron hacia la ventana y admiraron la ciudad pensativos.

Un par de minutos después, Ivanna tocó la puerta y los saludó.

—Bárbara me escribió.

—Y a nosotros —respondieron ambos a la vez.

—Macarena quiere reunirse con ustedes, de hecho, venía para acá, pero tuvo que desviarse para finanzas.

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