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La luz perturbo su sueño apenas pestañeo.

Muy lentamente abrió los ojos, dejando que estos se acostumbraran a la molestosa luz de la habitación.

Sintió un fuerte dolor en su espalda baja, siquiera podía moverse un poco, ardía como el infierno.

Giro su cabeza lentamente encontrando al alfa pelinegro dormido sobre el pequeño sofá a un lado de su cama. Frunció el ceño confundido, toco su frente confundido.

¿Por qué estaba en un hospital y porque Yeonjun no estaba en silla de ruedas? O peor aún, ¿Por qué estaba lleno de sangre?

Intento levantarse, pero el estado de su cuerpo no le ayudo en nada.

La puerta de la habitación se abrió dejando ver a una enfermera, sonrió apenada y se encamino hacia él. Reviso su suero y lo miro con una extensa sonrisa.

– Me alegra que haya despertado – Dijo amable, Beomgyu la miro con el ceño fruncido.

Se sentía muy fuera de sí mismo.

El ronroneo del alfa llamo la atención de los dos, la enfermera miro al alfa y después al omega.

– Es muy afortunado – suspiro – Su novio no se ha movido de aquí en casi dos días, ni siquiera se a querido cambiar de ropa – ¿Su novio? – A estado muy al pendiente de usted.

Reviso el expediente con tranquilidad, mientras Beomgyu intentaba recordar que había hecho por la mañana.

Pero solo recordaba: Una habitación blanca y.... ver a Yeonjun al borde del desespero, otro alfa y muchas voces alrededor.

Muchas personas hablando y gritando algunas cosas a las cuales no les encontraba sentido.

¿Sabes a quien metiste a tu casa? A un bastardo. A un policía encubierto que no hizo nada más que poner tu vida en riesgo

– Esta todo en orden – La enfermera lo saco de sus pensamientos, pero Beomgyu solo se dedico a mirar al alfa.

El.... Ahora lo entendía perfectamente.

Ese alfa desconocido sometiéndolo con un arma y ver a el pelinegro al borde del desespero.

– En un momento le diré al doctor que a despertado – Dijo la mujer desde la puerta, cerro con fuerza y con ello logro despertar al alfa.

Yeonjun parecido desorientado los primeros segundos, miro por toda la habitación hasta que sus ojos se encontraron con los del omega rubio.

Sonrió enormemente levantándose enseguida, quería abrazarlo, besarlo, acariciarlo, su corazón estaba inmensamente feliz de verlo.

Sin embargo.

Beomgyu puso una mano al frente indicándole que se detuviera.

– Bonito – Chillo, pero el rubio lo miro fijamente.

– No te me acerques – La sonrisa del alfa se borró.

Su corazón se detuvo por momentos, ya no se sentía la misma emoción.

Beomgyu llevo sus manos a su cabello, peinándolo un poco, todo ante la atenta mirada de Yeonjun.

Ese alfa le había disparado.

Lo recordaba, ese alfa con aspecto intimidante le había disparado por la espalda.

Un escalofrió le recorrido el cuerpo en cuanto recordó la sensación de algo ardiendo atravesándolo, después caer al frio suelo y...

– Beomgyu – Llamo Yeonjun sutilmente – ¿Qué ocurre?

– Esto... – Tartamudeo, ni siquiera podía encontrar las palabras correctas – Ese alfa... el dijo la verdad, ¿Por qué?

– No entiendo – El rubio frunció el ceño.

– Tu eres un policía – Recalco fríamente.

Yeonjun lo miro atentamente, como si estuviera buscando algo en el contrario para contestar lo que ya era una afirmación.

Bajo la cabeza y asintió en silencio.

Y a Beomgyu le rompió el corazón ese simple gesto.

– Me usaste – murmuro.

El alfa negó de inmediato, pero eso no fue suficiente para evitar que el rubio rompiera en llanto.

– No fue así – Dijo firme – Escucharme, por favor... Bonito, déjame explicarte... – El omega lo miro, aún con sus hermosos ojos llenos de lágrimas.

Aún con el nudo en la garganta.

– ¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué no me lo dijiste antes? – Yeonjun tomo sus manos, sabía que no podía ser demasiado brusco con él – Yo... ¿Por qué me seguiste mintiendo? – El alfa beso sus manos y se recostó sobre su regazo – ¡Yeonjun!

– Te amo – Confeso de la nada, el omega se quedo quieto – Jamás había experimentado tanto dolor hasta que casi mueres en mis brazos – suspiro – Todo era parte de una misión, ángel, se supone que me escondería en tu casa hasta recuperarme y le haríamos creer a ese imbécil de Donhyun que había muerto después de nuestro combate.

– ¿Donhyun? – Yeonjun asintió y Beomgyu se sintió un tanto inquieto.

– Pero las cosas salieron mal y ese infeliz comenzó a desviar las cosas, dieron con las placas del auto que me atropello y así dieron contigo, justamente el mismo día que había decidido dejar este trabajo, Donhyun te alejo con engaños – El rubio frunció el ceño.

Ahora lo recordaba perfectamente, el alfa que le había pedido su teléfono para llamar, era justamente el mismo que le había disparado. Yeonjun decía la verdad después de todo.

– Jamás quise llegar a esto, creí que ese alfa mantendría los códigos de honor y no involucraría a terceros – Lentamente se reincorporo sobre la cama, mirando atentamente los ojos del omega – Pero encontró mi punto débil.

Beomgyu lo miro en silencio.

¿Qué podía decir? Aun si su corazón estuviera latiendo como loco, su cabeza tenia muchas dudas.

– Soy el alfa mas débil de todos cuando se trata de lo que mas quiero en la vida – Continuo – Eres lo que quiero proteger siempre, no me importa si tengo que comenzar de nuevo, no me interesa – sonrió – Solo dime que te vas a quedar conmigo.

La habitación se inundo en otro horrible silencio.

El omega no decía nada, solo se dedicaba a mirarlo atentamente.

Beomgyu bajo su mirada a las ropas del alfa, había tanta sangre en ella que parecía recién salido de una película de terror.

– Eso... – Negó pasando sus manos por debajo de sus ojos, limpiando el resto de lágrimas de sus ojos – ¿Es mío?

– No importa, ya no importa – Con sus manos acuno las mejillas del omega – Escúchame bien Choi, eres el primer y único omega en la tierra a quien le preguntaría esto – El rubio asintió – ¿Quieres ser mi novio?

El omega parpadeo un par de veces, ni siquiera podía procesar el hecho de que había recibido un balazo. Sin duda Yeonjun era un alfa bastante extraño

Pero Beomgyu lo adoraba.

– No quiero que existan mas secretos Yeonjun – El alfa asintió – Así que seré completamente sincero contigo – Con sutileza retiro las manos del alfa de su rostro, Yeonjun lo miro preocupado – Quiero confesarte que... eres el alfa más increíble que he conocido en mi vida y claro que quiero que la mentira mas grande mi vida sea haga realidad – El pelinegro sonrió volviendo a tomarlo por las mejillas.

– ¿Entonces...?

– Es un si Yeonjun, si quiero ser tu omega.

El alfa lo beso tan pronto dijo lo último.

Estaba ansioso, estaba sediento se los besos del omega. No era mas que un alfa sometido a los extraordinarios encantos involuntarios del omega.

De su omega.

𝘿𝙚́𝙗𝙞𝙡 | Yeongyu | omegaverseWhere stories live. Discover now