Verdad

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Ya estaba sintiendo los síntomas del celo. Como no estaba marcado era terriblemente insoportable.
Tenía que terminar unas dos misiones más antes de regresar a casa.
Su cuerpo empezaba a ponerse caliente, su vista un poco borrosa, se le dificultaba levantar su nichirin, pero pudo terminar exitosamente.
Fue deprisa hacia su casa, quería tomar un baño para poder aguantar un día más. Mañana ya no tenía nada igual tenía que reportar su estado para que no le pidieran hacer algo durante ese día.
Senjuro apenas lo vio llegar empezó a preparar el baño para el.
Como eran familia no podían notar esos cambios así que no tenía que dar explicaciones. Solo su padre pudo notar cambios en como se estaba comportando así que pudo deducirlo. Prefirió no decir nada, ya sabía que iba a ir con su pareja.

Quería salir corriendo hacia Akaza, todavía no era totalmente su celo, pero los síntomas ya eran molestos.
Decidió relajarse un buen rato en el baño para después salir, cambiarse de ropa e irse a dormir.
Si no aguantaba hasta mañana no lo podría marcar como es debido. Iría a buscarlo en su casa por la mañana.

Pero no esperaba que el demonio lo fuera a buscar hasta su casa.

Puedo saber tu estado, mi lindo omega.-Se acercó rápidamente al menor.- ¿Por qué no fuiste corriendo hacia mi? No tienes que esperar tanto.
Empezó a lamer el cuello del rubio, quería quitarle la ropa que traía puesta, pero fue detenido en seco.

Todavía no es tiempo, tiene que se mañana.- Estaba jadeando, el también quería pero no era el momento ni el lugar, sabía lo ruidoso qué era como para hacerlo en su casa.

Eso es una tortura Kyojuro, estás desprendiendo unas feromonas increíbles, me estás volviendo loco.- Siguió abrazando al nombrado mientras olía más profundamente su cuello.
Quería dejarse llevar, pero antes de eso tenía que preguntarle sobre lo que le había pasado antes.

Akaza... Antes de que me puedas marcar quiero saber ¿Por qué hubo dos veces que estabas experimentando tanto dolor? Cuando estemos unidos totalmente esas sensaciones serán más fuertes. - Quería saber para estar preparado en el futuro, si iba a seguir seguido tenia que estarlo.

Eso, no tienes porqué saberlo.- Cambió su tono de voz, así como su rostro, a uno más serio.- No tienes de que preocuparte.

Tengo que saberlo, me duele pensar que estas pasando eso por mi culpa.-Puso una cara triste qué al demonio le causaba un poco de duda.
¿Tengo que decirle todo esto? ¿Será realmente necesario? Puede ser que si, así estaría preparado para algún tipo de ataque. No quería dejarlo desprotegido por no tener información, pero tampoco quería que supiera las humillaciones qué lo hacían pasar.
Con un poco de duda empezó a decirle.

Bueno... La primera vez que sucedió fue para tener el permiso de estar contigo.-comenzó a explicar.- Tenemos prohibido relacionarnos con humanos, más con los pilares y caza demonios. Para poder obtenerlo tuve que pasar un castigo qué eligiera el Padre de los demonios.
Estos fueron dos, una la tortura qué aplicó sobre mis celulas y el otro... Mandó a una luna superior a que me castigara.

No quería contar más detalles sobre lo que pasó esa noche, era humillante el no poderse defender por tenerlo prohibido.
El rubio sabía que le ocultaba algo más, así que decidió actuar su plan.
Comenzó a subirse encima de el dejando que su trasero quedara a la altura del pene de su pareja.

Sé que me estás ocultando algo, de esa noche qué te encontré.- Empezó a mover sus caderas rozando a propósito.
Esto hizo qué el demonio se pusiera nervioso. Quería agarrar la cadera del menor pero este no lo permitió.

Manos fuera, si me tocas mañana no pasaremos la noche.- El pelirosa se quedó sorprendido por eso, nunca lo había visto tan activo y desobediente.
Bueno, le seguiría el juego, a ver si le podía sacar la información.
Hizo algo que no se esperaba, mientras dejaba salir más sus feromonas se hizo un corte en la palma de su mano.

¡¿Pero que haces?!- Quería quitárselo de encima, pero sabía que Kyojuro iba a cumplir su promesa de no verse mañana.
Empezó a salivar demasiado, con el olor dulce y la sangre cayendo en su cara era difícil controlarse.
Empezó a gruñir como una bestia hambrienta, al Pilar le gustaba jugar con el peligro.

Vamos, dime que me estás ocultando.- Empezó a moverse un poco más rápido, acercando su mano a la cara de este, que apretaba sus ojos y boca fuertemente. Hacia de lado su cabeza para apartarlo sin tocar.

¡Y-yo! Esa noche, la segunda luna fue por mi. - Empezó a hablar más rápido de lo que pensaba.- El tenía un plan para molestar, quería aprovecharse de ti. Pero me dio la opción de que, si yo tomaba tu lugar dejaría de joder.
Sabía que era su plan desde el inicio así que lo dejé hacer lo que quisiera.

Kyojuro abrió los ojos como platos. Sabía que el se había dejado lastimar, pero no esperaba que también de esa forma.

¿Feliz? Déjame probar tu sangre, sino te comeré el brazo.- Rengoku le dio luz verde cuando abrió su mano dirigiendola a su boca.
El pelirosa empezó a lamer y chupar lo que le ofrecía.

Perdón, no debí haberte obligado a hablar.- Se sentía culpable por haberlo torturado de esa forma. Sabía que el hacía su mejor esfuerzo para no comérselo. De las dos formas.

Ya no tiene importancia, las peleas entre demonios son estúpidas.- Era verdad, no tenían sentido, pero no quitaba qué fueran dolorosas y sádicas.

Bueno, mañana podré compensarlo.- Dijo girando un poco su cara mientras esta se coloreaba de un color rosa.

Me voy a desquitar de esta, tu también tienes un lado qué da miedo Kyojuro.-Bueno, seguía siendo un hombre después de todo. No debía de de confiarse de su linda cara y como se mostraba pasivo frente a el, seguía siendo uno de los pilares más fuertes.
Mañana sería un gran día.

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Hasta el atardecer Akaza x Rengoku Where stories live. Discover now