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Hakkai y Souya

Hakkai era una persona madrugadora. Despertaba junto con el Sol, y al volver eso una rutina, sentía que sus días eran más largos. Lo motivaban a ser eficiente y dinámico.

Él diariamente se entrenaba para mantenerse en forma; y es que tenía que hacerlo más allá del deseo de conservar su cuerpo tonificado. Cada mañana llenaba un botellón, tomaba sus llaves y sus audífonos inseparables para ir a correr a su parque favorito.

Al cabo de una hora, regresaba a casa empapado de sudor, rezando por un buen baño. Y cuando volvía, era normal encontrar a su compañero todavía por el quinto sueño.

Souya era más dormilón, pero tenía una justificación: salía tarde del trabajo.
Despertaba a buena hora, a las 8:00, justo a tiempo para tomar unas clases en línea, con el rostro todavía pegajoso y la garganta hecha un desierto. A veces solo entraba al link de la clase y dejaba la laptop hablando sola, a todo volumen, para escuchar su apellido en el pase de lista.

Hakkai podía ver la trampa que hacía, pues Souya era descuidado y dejaba la puerta entreabierta. Él se asomaba sin malicias a la recámara, tal vez para reírse un poco de su amigo.

—Kawata— habló el profesor.—Kawata— repitió, con voz más fuerte y entrecortada.

El recién llegado se apuró en prender el micrófono y hablar por Angry, tuvo que fingir la naturalidad de su voz.
Las cosas por poco salían mal, porque Souya daba ronquidos leves, que bien pudieron escucharse a la hora de hablar ante el grupo en línea.

—Atención a la lista, por favor— avisó el profesor, el único con la cámara encendida. Siguió con otros apellidos.

—Angry, ya despierta—Hakkai lo movió con suavidad—. Oye, ya dijeron tu nombre, despierta.

El joven manoteó al otro, murmuró cosas sin coherencia. Le importó más envolverse con la sábana para jugar a ser un gusano en vez de prestarle atención a sus deberes.

—Yo te lo advertí, luego no te enojes— Hakkai apretó los labios.

Abandonó la habitación, sabía que en una hora más su amigo de rizos escandalosos estaría cabizbajo, arrepentido de su falta de interés.

La clase dio por terminada exactamente a las 9 en punto. Los estudiantes se fueron desconectando, quedaban pocos cuadros en la pantalla, en el trascurso se escucharon voces y palabras de despedida. Souya se había dormido durante toda la clase, y su excesivo cansancio no lo obligó siquiera a despegar un poco los párpados.

Se quedó privado, progresando ronquidos. El profesor, que estaba listo para desconectarse, tuvo que permanecer un rato más para preguntarle a Souya si tenía alguna duda de la clase, ya que era el único que seguía conectado.

—Kawata, ¿Tiene alguna pregunta por hacerme?— habló, miraba atento al monitor—Kawata, le estoy hablando.

Angry despertó por gracia divina, de un sobresalto. La pesadilla de caerse en un acantilado lo corrió del mundo onírico.

Tardó el procesar la realidad, en darse cuenta que se había perdido muchas explicaciones y que tristemente, tendría que ver la clase grabada en otra ocasión.

—Kawata, ¿Sigue ahí o está dormido?— cuestionó el adulto.—Hoy no participó para nada, para la próxima clase será el primero al que le pregunte.

Viviendo juntos|| Hakkai × AngryWhere stories live. Discover now