Edén

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La blanca espuma de mar, impoluta y etérea, me acaricia, mientras mis pisadas se graban en la arena mojada. Recorro la orilla del mar, rodeado por un gris atardecer de tormenta. Las nubes se acercan a los islotes, para intercambiar entre susurros los secretos de la tierra y el cielo. Mis pies me llevan hacia unas vastas dunas de color ámbar. Junto a ellas, se encuentra una destartalada casucha de madera, donde una preciosa gata siamesa alimenta a sus pequeños. Otra gata, cuyo pelaje se dividía en parches de distintas tonalidades, se acerca a saludarme. Paseo la vista, encontrándome con pequeños botes pesqueros y las luces citadinas, reflejándose en la acuosa estela dejada por el agua.

Quizás, sin saberlo, he hallado mi propio Edén.

Historias cortasWhere stories live. Discover now