Colombia comía con una expresión de susto, sus manos medio temblaban junto a los palillos en las manos, el pobre chico tuvo el susto se su vida, se prometió que jamás volverá a pisar un lago a pie descalzo.
Rusia-...¿Desde cuándo está así de alterado?-le pregunto a el japonés.
Japón-No lo sé, le dije que trajera agua y le advertí que no tocará el lago con los pies descalzos...y al parecer se callo en el lago.
Derrepente la puerta se abrió, todos miraron menos el cafetero quien comía perdido en sus pensamientos.
China-disculpen la demora- cerro la puerta- me encontré un encantador gato en la puerta de tu casa.
Colombia al escuchar la palabra 'gato' se atragantó un arroz, comenzó a toser, Corea preocupado le dió golpecitos en la espalda, el latino al dejar de toser miro a el chino con el gato en sus brazos, el felino miro fijamente a el cafetero con un aura extraña alrededor y parecía de muy mal humor.
Rusia-Come con más calma, te puedes morir.
Japón-rusia!
Rusia-¿Que? Parece que tiene un agujero negro en el estómago.
La bola de pelos gris se bajó de los brazos del asiático y se dirigió al lado del colombiano. El moreno lo observó con atención con una expresión de terror.
Colombia-No es verdad, no es verdad, lo que vez no es verdad- susurró para si mismo, tomo un sorbo de té del que le ofreció el coreano.
Los presentes se miraron entre ellos con duda, el demonio por su parte, estaba arto de la situación, pero lastimosamente no tenía de otra, tenía que permanecer al lado del latino, por toda su vida.
En la noche-
El colombiano camino por toda la casa, un abrumador silencio inundaba aquel jardín, todos se habían dormido, menos el, la presencia de aquel demonio lo tenía atormentado.
-Deberias dormir- Colombia abrió sus ojos y se volteo, el de ojos dorados lo miro con atención-No es bueno para ti, siendo medio humano.
-Dejame en paz- el demonio sonrió irónico y se acercó.
-eso quisiera, pero lastimosamente tocaste esa maldita flor.
-...pues te dejo en libertad-Colombia se alejo- No quiero lidiar contigo.
-Yo también quiero que las cosas sean así de fácil, pero eres mi dueño, desde ahora me servirás y viceversa.
El cafetero dió el último paso atrás pisando mal el escalón de madera, el demonio agarro a el chico por detrás de la cintura antes de caer a el piso, los lisos cabellos taparon el rostro del colombiano, el de ojos esmeraldas miro fijamente a el hombre.
-Que patético eres-levanto a el colombiano con cuidado.
-pues no me fuera agarrado.
El colombiano tomo compostura y alejo a el otro, lo miro fríamente y suspiro.
-Mira, no estoy muy seguro de que es lo que está pasando, pero me iré de este país a mi territorio, no pienses que me quedaré aquí contigo.
El colombiano se dió la vuelta, el demonio solo se dedicó a observarlo y una sonrisa marco en su rostro.
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