Colombia camino sin casi paciencia hacia el felino.
-¿No va a comer?
El gato lo ignoro, el animal miro la ventana el paisaje de la capital, Bogotá.
-Mire, se que esto es...raro- se acercó a el esponjoso animal- pero, debe comportarse ¿Si?
El demonio se volteo haciendo todo un drama, la pupila de sus ojos estaban grandes y recostó su cabeza en el pecho del Colombiano, Colombia solo sobó a el felino mientras miraba la ventana.
-esto es raro, ya que eres un demonio convertido en gato.
-Y tu un humano con problemas de genetica.
✦💮💮💮
-¿No habíamos quedado en algo?
-¿En qué?
Colombia frunció el seño al sentir encima a el felino, todo estaba oscuro y solo los ojos dorados del demonio se veían, el gato se acurrucó entre los brazos del medio humano.
-ahhh, nada, buenas noches.
En la mañana siguiente 💮💮💮
El demonio, cómodo se volteo entre las sábanas, después olfateo un aroma muy familiar, abrió sus ojos lentamente por la molesta luz del día, levantó su cabeza y se encontró con el rostro del colombiano durmiendo plácidamente, este con curiosidad llevo su mano hacia las morenas mejillas del mortal.
-Es suave- Se acerco más a su rostro- es blandito- olfateo su mejilla- huele rico.
Derrepente el demonio mordió suavemente la mejilla del cafetero, el humano abrió sus ojos desconcentrado y sintió unos colmillos en su cachete. Colombia, separó su cara y se encontró con los ojos del demonio observando fijamente su mejilla.
-...¿Que estabas haciendo?-pregunto ronco y sin poder abrir casi sus ojos.
-Nada, solo admiro lo horrendo que eres.
-ah bueno- Colombia se volteo y se acomodo en las sábanas, cerro sus ojos y de nuevo comenzó a dormir.
-¡oye! ¡no puedes dormir todo el tiempo!- se colocó de pie haciendo que sus largos cabellos tocaran la cara del latino-¡Ya es tarde!
-mmm déjame en paz, son la seis de la mañana.
El imperio se negó a dejarlo en paz, comenzó a menear a el colombiano de un lado para otro.
-despierta- siguió molestando, pero el cafetero estaba medio muerto- DESPIERTAAAA-se montó encima del cafetero, Colombia abrió los ojos.
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-En tu forma humana pesas más ¡Dejame dormir!
-No, no, no-se acercó a el rostro del colombiano, el Altino miro fijamente a el japonés y un silencio abrumador inundó el apartamento-¿Y si nos besamos?
