Ya en la casa del cafetero, cada uno tenía su plato de comida, Imperio ruso miró fijamente a imperio japonés, una densa vibra emanaba en el apartamento, los vecinos la sentían. Y no hace falta la vieja que hace mil rituales en el apartamento para que se vayan los espíritus malignos, el humo llegó a las narices de los medio humanos, Colombia se levantó de su silla en el comedor y cerro la ventana; mientras, los demonios se siguieron observando.
Colombia-mmm...y ¿ustedes se conocen o son amigos?
Imperio japonés- somos viejos amigos, pero lastimosamente la traición siempre separa tanto a mortales como a inmortales- este agarro los palillos y comenzó a comer sus fideos.
Imperio Ruso-La soledad puede ser cuestionada por quienes no ven la realidad.
México- :0 No es mudo.
Colombia-¿Acaso no habla con usted?-le susurró a su amigo.
México-¿desde que salió de la pintura? No, ni una palabra salía de su boca.
Derrepente el japonés dió un fuerte golpe en la mesa y se colocó de pie, los mortales se espantaron y los miraron con curiosidad.
Imperio japonés- Si, era ciego, al no ver qué era feliz con un farsante como lo es usted- el ruso solo lo miro con prepotencia- Pero no te equivoques, ahora lo soy mucho más al no tener a hipócritas como tú serca de mí existencia.
Imperio ruso-en ese tiempo yo fuera preferido mi soledad, somos demonios, no humanos, pero al parecer las emociones siempre te chocan de más.
México-¿A qué hora es la novela?-tomo un sorbo de tinto que le ofreció el colombiano.
Colombia-No se, pero esta vaina está más interesante que tu voz esterio-tomo un sorbo de tinto y le ofreció un pan de sal a su compadre.
Imperio japonés-Me lo fueras mencionado, tu indiferencia me hizo caer en la soledad como tú- el ruso se colocó que pie y se puso adelante del asiático.
Imperio Ruso-Bueno, pues ya no estamos solos.
Se miraron media hora como en las novenas turcas, Colombia y México están re intrigados y accidentalmente Colombia hizo ruido por comerse el pan de sal, los demonios observaron a los viejos amigos.
Colombia/México-
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México-yyy...ustedes son ex pareja o...
El japonés hizo una mueca igual que el euroasiatico.
México- ohh...no lo son, interesante.
Imperio japonés-Como sea, vámonos-le ofreció su mano delicadamente a el colombiano, Colombia miro a todos los presentes y acepto la mano del japonés, el demonio gato, comenzó caminar sin soltar a su dueño. Después, serró la puerta y se convirtió en el felino que tanto le gustaba ser.
Colombia-...¿Estás bien?
El minino se sentó y bajo su esponjosa cola alrededor de sus patitas.
