Capítulo I: La Enfermedad Mortal

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Caminado por un callejón, apretando su vieja herida que se había vuelto a abrir, se sienta un momento en el suelo para recuperar fuerzas, con la esperanza de que la fiebre bajará y podrá salir de la tormenta que azota a su "grupo" como decía el noticiero. Ya no pensaba con claridad y en busca de reposo se mareaba, la lluvia empapando su ropa y la sangre corriendo en el piso, hizo que recordara esos tiempos felices antes de que todo se fuera a la borda, balbuceaba sin cesar que todavía tenía que llegar, tenía que estar, tenía que regresar, sus palabras eran relacionadas al destello de recuerdos que tenía en ese momento. Aunque eran más un desvarío lo que padecía, y al ver su sangre, el arma en su mano, la lluvia dejándolo empapado, escuchar el sonido de los tanques y más el cansancio que ya tenía, solo pudo desmayarse.

Dicen que vivir es cambiar, con el deseo de que cuando todo terminara, su mundo y sus héroes cambiarían, ese es el verdadero deseo, pero no pasó, nadie cambió. Hasta ahora nuestros "héroes" habían peleado contra monstruos (ladrones, traficantes, terroristas) de todo tipo, pero el último fue distinto, pero el último fue distinto, atacó a Marcello, Akira y N, que es una metáfora de la mente, dividido en tres para el "ello", él "yo" y el "super yo", esto fue su objetivo principal, corromperlo para asesinar a Akira y N.

¿Qué haces cuando el enemigo está en tu interior? ¿Cuándo usa las herramientas de tu propio organismo para destruirte? Bueno, esto tratará de explorar este problema. Esto se llama como el libro de Søren Kierkegaard.

Para Kierkegaard, la enfermedad mortal es la desesperación, para Kierkegaard la vida está compuesta de dos elementos fundamentales: lo "finito" y lo "infinito". Vivir es balancearse entre ambos; caer en lo infinito provoca ansiedad, pues el futuro se vuelve impredecible, no sabes lo que va a ocurrir y nunca puedes aprender, te pierdes en el potencial inexplorado de las cosas y nunca concretas nada. Pero caer en lo finito es peor, pues provoca desesperación, caes en lo finito cuando sabes exactamente que va a pasar, la vida se vuelve predecible y no tienes poder para cambiarla, te conviertes en un engranaje más, vives sin vivir, y te has perdido a ti mismo...

Para Kierkegaard la solución, la vida ideal, yace casi en el centro, pero inclinado hacia lo infinito, debes aprender a vivir con ansiedad. Tal como decía David Bowie que debe trabajar un buen artista:

"Si te sientes seguro en el área en donde trabajas no estás trabajando en el área correcta, siempre ve un poco más lejos dentro del agua de lo que crees que eres capaz, ve un poco fuera de tu área. Y cuando sientas que tus pies ya no tocan el fondo, estarás justo en el lugar correcto para hacer algo emocionante."

Como dijo Kierkegaard:

"La ansiedad es el vértigo de la libertad."

Era de noche, y por las calles de Brooklyn no parecía haber pasado por mucho, pero se debe a que es un suburbio, y si estás con uno, estás con todos, y aquí todas las pandillas han logrado mantener la calma. Todavía se podía caminar sin el temor de toparte algún cadáver colgado de los postes, los niños podían jugar en las afueras de sus casas, no había angustia; todo llegaban a este pequeño paraíso solar-punk donde gente ha logrado volver a construir una sociedad a través del apoyo mutuo y la solidaridad. Ahora sí que como dijo Mark Fisher:

"Nos parece más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo."

Solo piensa en esta comunidad y dime que nos impide vivir como ellos: tras el corte de suministro eléctrico por no aceptar la nueva ley dada por la constitución, usan paneles solares, cuidan de los bosques, comparten sus recursos de manera equitativa, y reconocen que está frágil organización pende de un hilo, pero vale la pena trabajar por ella, es como si estos desamparados hijos del país hubieran reconocido de que la nueva constitución (llamada "Constitución de los Siete"), es la metáfora de nuestro propio fin del mundo hecho por manos humanas de la vida real y hubieran aprendido las lecciones que nos salvarían de nosotros mismos, y en el proceso han construido este pequeño paraíso sobre la tierra donde todos cuidan de todos. Esta comunidad tampoco es autosuficiente, intercambian recursos con otras comunidades a través de un sistema que llaman "Credit" pero... ¿Porqué "Credit"? Hoy en día, cuanto pensamos en "crédito", nos imaginanos a Bill Gates y a los bastardos de Wall Strett que rompen la economía cada diez años, pero, en su sentido más básico: el crédito es confianza en el otro. En su libro de "Deuda, Los primeros 5000 años", David Graeber explica que las primeras sociedades estaban unidas por complejos lazos de gratitud y reciprocidad, cuando la supervivencia es precaria y los recursos son escasos, cuando la convivencia con el otro es tan cercana, no hay espacio para el egoísmo, todos deben compartir(algo que la humanidad moderna no es capaz de comprender, por eso la próxima guerra como Einstein dijo, será con palos y piedras). David escribe qué:

Hackeando la Justicia 2: A las calles de Detroit Where stories live. Discover now