♡ Capítulo 5 ♡

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Nunew se levantó la mañana del domingo en su horario habitual, se duchó y se vistió antes de ir a comprobar a Kimberley.

La cuna del bebé estaba vacía. Vacía. Mierda. No había manera de que pudiese haber trepado para escaparse. Todavía era muy pequeña.

Bajó las escaleras de dos en dos, pero todo estaba tranquilo. Cocina, tranquila. Sala de estar, tranquila. Estudio, tranquilo. Mierda. Corrió de nuevo a las escaleras y comprobó el cuarto de Robin. La cama también estaba vacía.

Mierda.

Una revisión rápida del cuarto de baño confirmó que los niños estaban definitivamente desaparecidos en combate.

Se dirigió a la puerta de Zee y llamó, sin esperar una respuesta, antes de abrir la puerta, su corazón latía alrededor de cinco mil pulsaciones por minuto.

Los niños estaban en los brazos de su papá, Robin tirado a un lado, Kimberley acunada en el ancho pecho, con una mano en su trasero cubierto por un pañal.

Oh, maldita sea. Era una lindura. Le hubiera gustado tener una cámara, porque apostaría que a Zee le encantaría tener una foto de esto. Miró un momento más, disfrutando de la hermosa imagen y luego retrocedió lentamente.

Podía hacer un poco de bacón y café y ver la mala televisión de los domingos por la mañana.

Acababa de terminar con el café cuando oyó chillidos provenientes del piso de arriba, luego un rugido bajo y a Kimberley riéndose. Ahora bien, los ruidos eran buenos. Zee podría estar un poco agobiado, pero tenía buenos instintos, instintos paternos. Esos niños iban a estar bien porque su padre los amaba y quería hacer lo correcto.

―¡Papi Zee! ―La voz de Robin sonó―. ¡Papi!

―¡Voy por ti, Robbie! ¡Voy a morderte los dedos de los pies!

Se escuchó el grito feliz de Robin.

―¡Vamos, Kimmie! ¡Vamos a por tu hermano!

Nunew se echó a reír y revisó el bacón, colocando suficiente para Zee y Robin, también, ya que estaban presentes ahora.

Los tres jugueteaban, los brazos de Zee estaban ocupados mientras bajaba las escaleras. ―¡Buenos días!

Se rió y asintió. ―Sí, lo son.

―Voy a preparar el desayuno, si lo deseas. ¡Prepararé asquerosos y desabridos huevos!

―¡Papi Zee! ¡NO!

Los ojos de Zee brillaban. Era increíble lo que un par de noches de sueño podían hacer por un hombre.

Nunew se mordió los labios para no reírse. ―Asquerosos y desabridos huevos, ¿eh? ―Realmente estaba deseando conseguir una comida preparada por un verdadero chef.

―Sí. ―Zee le guiñó un ojo―. Aunque, supongo que si Robin se lava las manos y la cara, podría hacerlos revueltos para él.

―Eso suena como una muy buena oferta. ―Nunew sonrió mirando al niño―. ¿Qué piensas, Robin?

―¡Siii! ―Los descalzos pasos de Robin se dirigieron al baño de la planta baja, y Kimberley fue puesta en su balancín.

―Buenos días. ¿Quieres huevos?

―Quiero, gracias. ―Nunew fue al armario y empezó a sacar los platos.

―Perfecto. ―Zee puso un poco de música, cogió los huevos de la nevera y una hogaza de pan de la panera.

Nunew puso la mesa, ahora, lo suficientemente familiarizado con la cocina como para no interrumpir a Zee.

Robin regresó cuando Nunew había terminado y arrastró su nueva silla al mostrador de Zee, subiéndose en ella. ―¡Yo ayudo!

♡ Papá, papá y yo ♡ [Zeenunew]Where stories live. Discover now