♡ Papá, papá y yo ♡ [Zeenunew]

♡ Capítulo 18 ♡

Robin había tomado la noticia mejor de lo que Nhu se había esperado. Había estado más alterado porque Zee no pasará con ellos la próxima semana que por el hecho de perder la casa. Nhu pensó que ese concepto todavía no era real para Robin. Sin ver la casa, era algo irreal.

Una vez que le dijeron que Zee llamaría todos los días y que todos estarían juntos de nuevo el fin de semana, Robin se había calmado.

Ahora, cuatro días más tarde, Nhu y los niños tenían una rutina en marcha con Samantha y Mike. Era raro, tener a otros adultos alrededor, en la tarde y la noche, pero aparte de extrañar bastante a Zee, Nhu se estaba adaptando tan rápido como, al parecer, los niños lo hacían.

Esa mañana, era la introducción de Kimberley al puré de batata con resultados hilarantes. Era mayor la cantidad de comida que iba fuera que la qué iba dentro, pero Robin estaba casi al borde de las lágrimas de tanto reírse y Nunew no podía culparlo.

―¿Quieres intentarlo? ―Le ofreció la cuchara a Robin. Tal vez ella sería más feliz si venía de su hermano. Sin duda lo adoraba.

―Lo intento. ―Robin le dio de comer un bocado, con mucho cuidado y Kimberley babeaba, empujando el puré con la lengua.

―Tienes un talento natural para esto. Debe ser porque tú eres su hermano mayor. ―Dios, amaba a estos niños. Menos mal que estaba enamorado de su padre. Un pensamiento pasó por él, podría haberlos perdido a todos en ese incendio. Se acercó y abrazó a Robin con fuerza, sin importarle que ambos estuvieran en el comedor cubiertos del anaranjado desastre de puré.

―¿No es una... desastrosa escena? ―Samantha llegó, sonriéndoles a todos―. Voy a salir al jardín para que tener todo listo para Halloween. ¿Alguien quiere venir?

Robin se retorcía en sus brazos. ―¡Yo! ¡Yo! ¡Halloween, dulces!

Nunew se rió entre dientes. ―Si no me necesitas, veré si puedo conseguir que Kimmie coma un poco más y luego limpiaré todo.

Samantha y Mike habían sido muy buenos con ellos.

―Vamos a estar bien. ¿Has hablado con Zee hoy? Les dije que los tres son bienvenidos a quedarse todo el tiempo que necesiten, pero... bueno, tiene que venir a visitarnos.

―No ha llamado todavía. Lo hará cuando se despierte, estoy seguro. ―Miró su reloj. Eran casi las diez, apostaría que Zee llamaría pronto. Esperaba que así fuera. Echaba de menos a su amante, mucho y sabía que Robin y Kimberley también lo hacían.

Necesitaban organizar lo que iban a hacer para que los niños y él pudieran estar con Zee, incluso si era sólo una solución temporal.

Zee siempre sonaba tan monótono, tan tranquilo por teléfono. Cansado. Distante. Deprimido. Necesitaba a su familia con él. Nunew sabía que era difícil ver lo positivo dada las circunstancias, pero centrarse en lo negativo y estar deprimido no era una manera de vivir.

―Sólo grita cuando llame, Nunew y enviaré a mi nieto.

―Lo haré.

Se despidió de Robin mientras el niño salía con Samantha y volvió su atención a Kimmie y su anaranjado desastre. ―Muy bien, señorita. Vamos a probar con un poco más esto, antes de darte el puré de manzana.

Ella se rió de él, sus manos golpeando la bandeja de la silla.

Él rió en respuesta y luego trató de probar el puré de batata por sí mismo.

―No están nada mal. Necesitaba algún aderezo, pero aun así estaba bien. ―Tomó otra cucharada pequeña y la metió en la boca del bebé.

Ella giró esos enormes y hermosos ojos y luego lo escupió nuevamente.