DRUNK | SEUNGIN

PT10: Dos ebrios

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–Uno... Dos... Tres... Cuatro... ¿Seis?, ¿Seis o siete?

–Diez...– Respondió Seungmin, ya fuera de sí.

–Tan rápido estás ebrio.
Yo me he tomado cinco... Creo. Y estoy perfecto, ¿no?

—Seungmin lo miró de arriba abajo—
¿A qué te refieres con eso?

–Jeongin: A nada, sólo digo no parece que hubiera bebido.

—Jeongin se quedó un momento cruzado de brazos frente a Seungmin, quien estaba embobado mirándolo en silencio.

–¿Cuáles son las probabilidades de que recuerdes todo esto mañana?– Habló Jeongin, acercándose al chico.

–¿Por qué...?, ¿Qué me harás?

–Ni que te fuera a violar– Habló Jeongin en tono de burla.

–Seungmin: Pues no... No lo sé.

–Jeongin: ¿No sabes sí recordarás algo mañana o no sabes sí te violaré?...

—Seungmin se quedó confundido con la boca media abierta viendo a Jeongin, sin saber sí responder, ya que nisiquiera había entendido lo que acababa de escuchar— Eh... No sería-- ¿violación?

—El pelinegro comenzó a acercarse más a el chico frente a él, tumbándolo en el sofá para luego comenzar a subir en su regazo.

–¿Q-qué haces--?– Dijo mirándolo sin hacer nada más que eso.

–¿Qué hago de qué?– Respondió acomodándose encima, con una expresión de seriedad.

–Seungmin: ¿Estás ebrio...?

–Jeongin: ¿Ebrio? ¡No! Tú estás ebrio.

–Seungmin: ¡Pero tú haces cosas raras!

–Mmh... ¿Cómo qué?– Jeongin respondió mientras pasaba su dedo índice sobre todo el rostro de Seungmin, quién lo miraba con completa confusión.

–No te entiendo, ¿quieres dejarme en paz?– Habló el castaño, tomando al menor de los muslos para intentar empujarlo hacía otro lado– No sé por qué sigues aquí...

–Ya te dije– Quitó las manos que intentaban apartarlo, volviendo a sentarse– Me gusta molestarte.

–Seungmin: ¿Cuando sabré el porqué te caigo tan mal?

–Jeongin: No, ¿por qué yo te caigo tan mal?

–Porque-- eres una mierda– Respondió sin vergüenza alguna

–No sabía que te gustaban los que eran una mierda– Dijo inclinándose hacía él, deteniéndose a escasos centímetros de la punta de sus narices– ¿O vas a mentir...?

–¿De qué estás hablando--?

–Dilo, dilo de nuevo, como la otra vez.

—Seungmin frunció el ceño, mirando fijamente su boca, tragando saliva al seguir oyendo su voz tan cerca—
¡Ya--! Basta, idiota.

–...¿De qué?

–Me tienes harto!-- Vienes a mi casa... Te metes... Me molestas, y me das alcohol... Y ahora no sé ni lo que haces, ¡eres insoportable!

–Cállate...

–¡Cállame!

Cómo él lo pidió, Jeongin hizo que callara.
Se acercó en un segundo a sus labios, besándolo con fuerza, mientras una de sus manos sostenía la cabeza del contrario, empujándolo hacía él.

Seungmin intentó alejarse, apartando su cabeza al momento que sintió que el beso se comenzaba a intensificar.
–Qué mie--

–¿Eso querías?– Habló Jeongin, orgulloso.
Pasaba su dedo pulgar por la humedad de sus labios en un intento de secarlos.

–¿No--?

Jeongin se bajó de las caderas de Seungmin, riéndose mientras este lo miraba confundido.

Aquel pelinegro que tanto odiaba,
acaba de besarlo. No se percató del momento que pasó de estar frente a la puerta de su casa, a sus piernas.

¿cómo podría recordarlo?

-

–Ughh...– Seungmin se levantó nuevamente con un dolor muy fuerte de cabeza.

Esta vez, no estaba su amigo para ayudarlo, darle de comer o beber.
Sin embargo, no tenía frío. Estaba sobre su sofá con la misma ropa de ayer, mientras una cobija le tapaba el cuerpo.

–Mierda...– Habló en voz baja, sentándose sobre sus piernas cruzadas.

Giró a su alrededor, esperando lo peor.
Para su suerte, todo estaba ordenado, a excepción de un par de botellas vacías sobre la mesa central, al igual que la gorra que apenas anoche había recuperado.

–Bebí... ¿Cómo se me pudo ocurrir?

Seungmin se puso de pie, con una mano en la frente, intentó recordar

Dió unos cuantos pasos por su casa, llegando a la cocina, dónde vió una chaqueta color negro sobre la encimera. No era suya, eso estaba claro.

Por alguna razón, decidió llevarse dicha camiseta cerca, oliendo un perfume que no era el suyo. Su mente estaba en blanco.

–¿Esto es... De Jeongin?– Habló colocando la prenda nuevamente sobre la encimera, cruzado los brazos mientras veía hacía abajo.

–"Claro que es de Jeongin, es el único que estuvo aquí anoche"– Pensaba.
Pero... ¿Cómo llego aquí?"

El castaño se dirigió nuevamente a la sala, tomando el teléfono sobre el sofá.

Revisó un poco su página de inicio, entrando a sus mensajes, pero por suerte, sus conversaciones estaban igual que el día anterior.
Al tocar el botón para ver las pestañas abiertas, notó la de galería y la abrió.

Su última foto era una de él durmiendo en el sofá, con la cobija ya puesta y la boca entreabierta, quien tomaba la foto, tenía la otra mano sobre su cabeza, acariciándole el pelo.

–Que hijo de puta...

Seungmin tuvo un golpe de razón en el último segundo, dándose una palmada en la frente.
Recordó el momento en el que tomó el trago que el pelinegro le ofreció, pero después de eso, absolutamente nada.

–"Sólo a mí se me ocurre dejar a ese tipo pasar... ¿Y beber con él? Debo estar loco."

Se colocó de pie, iba a caminar hasta que escuchó una notificación proveniente del teléfono que estaba sosteniendo.

+"¿Ya estás despierto?"

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