Por favor leer las notas del final, graciass <333
Los chicos salieron después de al menos media hora. Cogimos nuestras bicis y volvimos a ponernos en marcha. No pasó mucho tiempo antes de que llegásemos por fin a una ciudad.
Aunque de ciudad ya le quedaba poco, estaba cubierta de polvo y escombros, salía humo por todas partes y teníamos que ir haciendo malabares para poder avanzar sin comernos un trozo de pavimento.
— ¡Cuidado Pirro! — Grito, al ver como varios coches de aspecto militar pasan por delante suyo.
Pirro casi se cae de la bici, por lo que me apresuro a cogerle, él se apoya contra mi, agradeciéndomelo por lo bajo. Pronto, los otros tres se nos unen mientras les gritamos a los coches que pasan que paren a por nosotros.
Aunque no da mucho resultado.
— ¡Quietos! — Brama un voz desde un megáfono. — ¡No os mováis!
Los cinco nos damos la vuelta lentamente encontrándonos cara a cara con una decena de militares apuntándonos con unas armas. Dejo caer mi casco, alzando mis brazos en señal de rendición.
— Aliados, aliados. — Susurra Pirro, como si de un mantra se tratase.
— ¡Son niños! — Vuelve a decir el del megáfono, haciendo que los demás militares den un paso atrás y bajen el arma. — Deberían haberos evacuado. Estamos en guerra.
El militar es alto, de ojos azules y demasiado guapo como para morir en una guerra.
— Cuando todo empezó estábamos en la montaña. — Empieza a explicar Pirro. — ¿Puede decirnos qué ocurre? ¿De qué escala es el ataque?
— ¿Ha dañado al mejor concesionario de Mercedes del país? — Interrumpe Dariush, aun con las manos en alto.
— ¿Pero cómo puedes preocuparte por eso ahora? — Le gritó, sin saber muy bien cómo puede estar pensando en eso ahora.
— Mi padre es dueño de ese concesionario, y en el futuro será mía.
— ¡Cállate! — Le grita esta vez Zhen Zhen.
— Solo puedo deciros que no estáis a salvo. — Volvió a tomar la voz al mando el militar. — Subid todos al autobús ya. Os llevará al centro de evacuación.
¿Centro de evacuación? Puede que no fuese la mas experta en lo que a ataques alienígenas respecta, pero ir a un centro de evacuación era lo mas demente en el momento. Y al parecer no fui la única en pensarlo, porque todos los demás empezaron a gritarle al militar de la misma manera en la que yo hacia, esperando que nos prestara un mínimo de atención.
— ¡Espere! ¡Espere! — Exigimos una y otra vez, pero el militar no nos hace ni caso, callándonos con unos simples "vamos" y avanzando hacia el vehículo.
Hasta que por fin lo conseguimos.
— ¿Que queréis?
— Tiene que llevar esta llave a Pasadena. — Le digo, quitándome el collar del cuello y dándoselo. Él la mira unos segundos antes de volver a fijarse en mí.
— ¿Quien os la ha dado?
— Una astronauta de la Estación Espacial. — Le expliqué. — Dijo que la lleváramos al LPR.
— Puede detener a los aliens. — Añadió Gabriel, mirándolo decidido. — Tiene que dársela al Dr. Fielding.
— Recibimos código morse del Dr. Fielding — Explica el militar, para luego dirigirse a nosotros con una gran sonrisa. — Encontrar esta llave era el objetivo principal. Gracias, chicos, puede que salvéis el mundo. — Y por último me mira a mi. — Buen trabajo, como se nota que eres hija de Miller.
YOU ARE READING
𝑭𝒍𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒄𝒖𝒆𝒍𝒈𝒂𝒏 𝒃𝒐𝒄𝒂 𝒂𝒃𝒂𝒋𝒐 [𝑮𝒂𝒃𝒓𝒊𝒆𝒍 𝒙 𝑶𝑪]
ActionAdrestia Miller, si Adrestia, cliches raros de autora con nombres, era una niña normal con una vida normal, bueno se entiende, hasta que su madre murió. Dejando ese "trafico" echo detrás, con ganas de escapar de su pueblo se encontró un folleto que...