𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈𝐗 ~𝐂𝐨𝐧𝐦𝐢𝐠𝐨.~

25 3 0
                                    

 VALLE DE SAN GABRIEL.

66KM HASTA EL LPR.

Está anocheciendo, la luz antes amarilla no tardó en volverse anaranjada hasta tomar los tonos violetas que tenían ahora. No sé cuánto tiempo llevo corriendo, pero ha sido mucho.

No hemos parado en ningún momento, con miedo de que uno de esos perro/bicho/alien/asesino hubiese decidido que era buena idea seguirnos. Las llamas nos han estado acompañando durante todo el camino, resguardandonos de alguna manera del frío que la noche amenazaba con traer.

— ¡Mierda! — Grita Dariush, después de un rato. — Os dije que era una idea estúpida.

Si os soy sincera, ya he perdido el hilo de que se refiere. Todo da repelús en este lugar, está completamente inhóspito, tanto que da incluso miedo. Llegaba al punto en el que me estresa ver las calles tan vacías.

— ¡Casi hacéis que me maten! — Vuelve a gritar Dariush, un poco a todo el mundo. — Es que ni quería ir al campamento. Debería estar en la playa bebiendo chupitos y sacando fotos del culo de alguna.

— Mira que eres desagradable. — Le digo, a lo que Zhen Zhen asiente, de acuerdo conmigo.

— Para... parar un poco. — Se queja otra vez Dariush, pero esta vez todos le hacemos caso.

Respiro de manera fuerte, intentando atraer todo el oxígeno que puedo hacia mis pulmones, los cuales se encuentran más exprimidos que una naranja en un colador.

— ¿Qué pensáis que quieren esas cosas? — Dice Zhen Zhen, después de haber recuperado un poco de aire.

— Comida, quizás. Recursos. — Dice Pirro, planteando una hipótesis.

Siento una mano en mi hombro, y me sorprendo al ver a Gabriel, quien me empuja hacia abajo, obligándome a sentarse.

— Conmigo. — Dice, refiriéndose a la respiración.

Imitó sus movimientos, con la vista clavada en el sube y baja de su pecho mientras intento recuperar mi ritmo normal. Su mano aún está apoyada en mi hombro.

— Posiblemente su planeta esté seco y quieran saquear este. — Sigue hablando Pirro.

— ¿Qué te hace pensar eso? — Le pregunto entrecortadamente.

— Nada. — Coloca ambas manos a cada lado de su cintura. — Es el típico argumento de las pelis de aliens.

— A lo mejor buscan pareja. — Dice esta vez Zhen Zhen.

—Eso explicaría la escena erótica con Dariush. — Me uno, chocando un puño con Zhen Zhen.

— Ehh, no, no sigamos por ahí ¿vale? — Se queja el recién nombrado. — Fue solamente platónico.

Zhen Zhen y yo nos miramos antes de asentir y reírnos.

— Vamos hacia el norte. Al desierto. — Dariush empieza a formar un plan. — Vamos lo más lejos posible de esas cosas ¿vale? Muy lejos.

— Oye — le cortó —, no podemos huir de esas cosas. Es imposible.

— Tiene razón. — Habla esta vez Pirro. — Sobreviviremos y le llevaremos la llave al Dr.Fielding, eso iba a hacer el soldado.

— ¡Ha muerto! — Grita Dariush. — Mira, si un porrón de marines no pueden llevarse la llave ni a diez metros sin que los frían como a patatas fritas ¿qué te hace pensar que nosotros podemos llevarla a 64 km de distancia?

— Sesenta y seis. — Le digo.

— ¿Qué? — Tanto Pirro como Dariush se giran a mirarme.

— El LPR está a sesenta y seis kilómetros de distancia, no sesenta y cuatro.

— ¡Aun peor me lo pones!

— ¿Tú qué dices, Gabriel? — Me giró, encarando al moreno. — Estás muy callado.

Estaba tan concentrada en mi respiración y en lo que debemos hacer con la llave que no me he dado cuenta de que Gabriel aún sigue sentado en el suelo, mirando a la nada. La luz del fuego deja ver parte de su cara, una que brilla por culpa de las lágrimas.

— Es mi calle. — Dice callado.

— ¡Genial! — Exclama Pirro ilusionado. — Podemos ir a tu casa.

Miro a Pirro con el ceño fruncido. Gabriel está viendo ahora mismo como todo lo que conoce está siendo destruido por el fuego y esos aliens raros, y al pelirrojo lo único que se le ocurre es ir de visita.

Se que necesitamos un refugio, algún lugar donde pasar la noche. Pero todo tiene su momento y lugar.

Y aunque admito que sigo sin fiarme de Gabriel (su coartada tiene muchas lagunas) eso no significa que no tenga corazón. Está pasando un momento duro, y tenemos que esperar a que él lo asimile, sin meterle presión.

Aunque supongo que no hay más presión que la de unos alienígenas asesinos sueltos por el mundo. 


N/A: Ultimamente estoy ON FIRE

Ok, no. Pero ya me entendéis. He pasado de meses sin actualizas a tres publicaciones en dos días, lo nunca visto. 

Pero lo cierto es que me esta gustando este proyecto, me divierto mucho escribiéndolo, y espero que os divierta también a vosotrxs. 

Si os ha gustado la historia no os olvidéis de votar!

LB.


𝑭𝒍𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒄𝒖𝒆𝒍𝒈𝒂𝒏 𝒃𝒐𝒄𝒂 𝒂𝒃𝒂𝒋𝒐 [𝑮𝒂𝒃𝒓𝒊𝒆𝒍 𝒙 𝑶𝑪]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora